Muchos nos preguntábamos por qué Disney había relegado la famosa historia de Rapunzel entre sus clásicos de princesas. No sabremos la respuesta a esta pregunta, pero lo que sí podemos ver es que fue un acierto el habérsela reservado hasta ahora.
Es una película con un excelente trabajo técnico de modelados perfectos, animación mas fluída que nunca (con la gracia y calidez del 2D) y una fotografía hermosa.
El hecho de que esta princesita sea en 3D, mas allá de las modas, tiene un por qué: El cabello es una de las cosas que mas se destaca, sobre todo en un trabajo tridimensional. Cuanta mayor calidad tiene un pelaje, mas impresionante se ve el trabajo final… y esta película se centra en el cabello! El resultado fue sorprendente.
Con respecto a la historia, es atrapante, amena y redonda. Tiene gags muy buenos y además, es de agradecer que, si bien hay momentos románticos, no se llega a la cursilería.
Los personajes son carismáticos, simpáticos, están muy bien diseñados y es particularmente original ver que ellos no son precisamente perfectos.

Enredados es la película número 50 de Disney y se dice que Rapunzel será la última de las princesas. Es probable que por esto muchas escenas nos recuerden a clásicos como Blancanieves, La Bella y La Bestia, Aladdín, y por sobre todo, La Sirenita (que de hecho, el diseño de Rapunzel es parecido: su carita y expresiones tanto faciales como físicas se parecen y hasta su carácter nos la recuerda). No obstante, esto no le quita peso, ya que todo está totalmente justificado y enriquece a la cinta.
Sin embargo, hay un pequeño detalle que da sensación de falta de originalidad y es que el caballo blanco, Max, inevitablemente nos hace recordar al Burro de Shrek cuando se convierte en corcel, en lo que al diseño se refiere. Pero es un detalle mínimo que no mancha a una obra de arte como Enredados.

Sabía que iba a ver una buena película, pero claramente superó mis expectativas.
Es bella y redonda desde el primer fotograma hasta el último.