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Voto de Natxo Borràs:
7
Acción. Thriller. Drama Sin abandonar su particular estilo que combina el melodrama al más puro estilo Douglas Sirk con la violencia de Peckinpah, el director asiático John Woo consigue su obra maestra dentro del género de acción "made in Hong Kong": una violencia desatada irrumpe tras momentos de calma. (FILMAFFINITY)
14 de septiembre de 2013
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Tsui Hark produjo esta largometraje de acción que se presenta como un thriller puro y duro emulando al cine negro francés, concretamente al “polar” de “El Silencio de un Hombre” (Le Samourai, 1967) con tintes del mejor Peckinpah en que plantea dilemas como el honor, la lealtad o la traición. La cinta dio más proyección internacional a John Woo, a pesar de que no esté a la altura de otros films notables en su primera etapa asiática como “Una Mañana Mejor” (Ying nung boon sik, 1986) o “Una Bala en la Cabeza” (Die xue jie tou, 1990).

En su inicio “The Killer” se embellece con el fondo musical de una balada cantada en el si de una tensa atmósfera en las instalaciones de un local de copas, previo a lo que será un festival de tiros después de que Jeffrie (Chow Yun-Fat) un asesino a sueldo contratado por su mejor amigo Fung (Chu-Kong) que le hace de relaciones públicas, cumpla con uno de sus trabajos. Durante la refriega, la cantante del local, Jennie (Sally Yeh) recibe un disparo de Jeffrie, por lo que el asesino se comprometerá a protegerla y pagarle una trasplante de córneas para que así intente recuperar la vista de nuevo. Mientras tanto el inspector de policía Lee (Danny Lee) asume la investigación de lo sucedido y va tras la pista de Jeffrie, incluso cuando la vida de éste corra peligro tendrá que aliarse con él aunque tengan que encañonarse mutuamente por un enemigo común: el peligroso Johnny Weng (Shing Fui-On) y su banda de secuaces, dispuestos a aniquilar al hombre que contrataron con la ayuda de Fung.

El doblaje occidental en algunos países obligó a las distribuidoras a cambiar algunos nombres para que el público se familiarizase más rápidamente con los personajes de la historia. Así no es de extrañar que en algunas secuencias los principales protagonistas, esos dos colegas a la fuerza que interpretan Chow Yun-Fat y Danny Lee se traten de Mickey Mouse y Dumbo respectivamente.

Una película que, dejando los prejuicios a un lado, entretendrá a los que se quieran iniciar en el cine oriental con influencia cercana a las variopintas cintas de acción que mercados más próximos nos tienen acostumbrados. Pero Woo aporta su arte, aunque sobre demasiada pólvora.
Natxo Borràs
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