Dos situaciones vividas en una. Esa fue la conclusión que extraje de éste pausado, no lento pero le exigiría más gas, film de Mike Mills estructurado en un antes y después en los ojos de Oliver (Ewan McGregor) que, después de la muerte de su madre, su padre Hal (Christopher Plummer) le confiesa que vivido cuarenta años de matrimonio ocultando su homosexualidad. A partir de esa referencia, disparada ya en los primeros minutos de la película y siempre desde la visión adoptada por Oliver; los cuatro años siguientes hasta la muerte del progenitor supondrán también un descubrimiento y despertar en la vida del hijo entrando en su vida Anna (Mélanie Laurent) una chica de Nueva York con la quien mantendrá una relación especial después de conocerse en una fiesta de disfraces.

Los sentimientos abordan plenamente éste film con lo que Mike Mills pretende que seamos partícipes de las vivencias del pasado y del futuro, antes y después de un hecho brusco (simplificado por una sola frase: soy gay), y partiendo de éste contraste de hechos pasados y por vivir saquemos nuestras emocionales conclusiones.

“Beginners” está bien realizada. Las interpretaciones (Plummer está sobresaliente) están por encima de la media. Pero a la película le falta la fuerza tan dramática como cómica que ha pretendido vender, debido a su exceso de emotividad. Fórmula que se transmite bien, sin lugar a dudas, pero no cuaja a la perfección.