Guy Hamilton dirige la tercera y más popular entrega de toda la saga Bond. A cual la más irónica por la razón que Gert Frobe llegó a cobrar más que Sean Connery en su rol de Auric Goldfinger, amante del oro y del dinero, que quiere hacerse amo del mundo una vez la economía occidental se desestabilize, planeando volar por los aires y llenar de radiación las instalaciones de Fort Knox (donde se guarda la reserva federal de dinero en EEUU) con una bomba atómica que tiene en su poder. Goldfinger, en sus primeras apariciones, se le muestra como un hombre rechoncho, paciente y bonachón aunque algo truhán en el juego de las cartas. Pero el desliz en el personaje es engañoso ya que en el catálogo de villanos de la série, podría considerarse el más letal en cuanto a cinismo y sangre fría. También cuenta con un asesino entre sus fieles colaboradores, el coreano Odojob (Harold Sakata) y su mortífero sombrero de alas afiladas. La "mala" aunque luego redimida chica bond es Pussy Galore (Honor Blackman), dueña de un atractivo circo aéreo pilotado por amazonas enmalladas en uniformes muy "chick". Pero la palma se la lleva la actriz Shirley Eaton y su desnudo integral bañado en oro que, merece la pena subrayarlo, vale su peso en oro.

"James Bond Contra Goldfinger" se rodó en Miami, Kentuchy y Suiza. Notable diseño de producción (en acero inoxidable, y esta ocurrencia es mía por lo que los Bond de antaño mostraban unos laboratorios parecidos entre si y a la cocina de El Bulli, el restaurante de Ferrán Adrià). La nota musical la pone Shirley Bassey, colaboradora ocasional de la saga en otros films como "Diamantes para la Eternidad" o "Moonraker".