Paul Sheldon (James Caan) acaba de ultimar el fin de su exitosa y casina carrera de escritor de "bestsellers" alimenticios; la última publicación de una de las novelas de la heroína romántica Misery y se dispone a llevar el manuscrito a su editora en Nueva York (Lauren Bacall). Pero un accidente de coche en medio de una tormenta de nieve se lo impide y es rescatado por Anne Wilkes (Kathy Bates) ex-enfermera con pasado turbio y, para más inri, fanática lectora de las novelas de Sheldon. El escritor se convertirá en la presa de una enfermiza psicópata que lo mantendrá aislado en un dormitorio, sedado por medicación, a la espera de que reescriba una nueva entrega, un renacer, de Misery.

Rob Reiner ya había adaptado a Stephen King en la nostálgica y a la vez cruel "Cuenta Conmigo", considerado uno de sus relatos no-terroríficos junto con "Cadena Perpetua". Si uno indaga se dará cuenta que "Misery" podría incluirse dentro de este grupo; por mucho que la atmósfera de suspense y la concesión al susto reinen en las estancias de esa cabaña-prisión en el que está Sheldon al cuidado de la hospitalaria Wilkes.

Una razón justificada sería porque King se lanza una autocrítica hacia lo que le ha deparado su profesión de autor de "bestsellers". Retomando a la idea de que no es una simple película de terror basado en una novela que tampoco alcanza al cien por cien en su substancia; si analizamos el personaje de Sheldon, es el de un escritor maduro que quiere volver a empezar de cero, que esta harto de fama y que le encasillen con unos libros estampados en rosa y violeta protagonizadas por Misery. Eso le pasa a King con la Literatura Gótica. Basta con la sensata decisión que dispara Sheldon a su agente: "Quiero acabar con Misery de una vez por todas, y empezar a ser un escritor de verdad".

Kathy Bates (Tomates Verdes Fritos) se llevó el Óscar a la mejor actriz principal. Merecen especial atención las apariciones secundarias de Lauren Bacall y Richard Farnsworth, en un papel de bondadoso sheriff, que mantienen una curiosa conversación "tete a tete" acerca de la desaparición del escritor interpretado por James Caan.

Tampoco se olvidarán jamás detalles como el del pinguino de porcelana o la torpeza en que se le derrama a Anne Wilkes una copa de vino probablemente mezclada con somníferos.