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Voto de Natxo Borràs:
8
Drama François es un joven profesor de lengua francesa en un instituto conflictivo, situado en un barrio marginal. Sus alumnos tienen entre 14 y 15 años, y no duda en enfrentarse a ellos en estimulantes batallas verbales; pero el aprendizaje de la democracia puede implicar auténticos riesgos. Al comenzar el curso, los profesores, llenos de buenas intenciones, deseosos de dar la mejor educación a sus alumnos, se arman contra el desaliento. ... [+]
28 de enero de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza la película con un primer plano del rostro del maestro de ceremonias de tan sugestivo drama realista, un joven profesor, tomandose un café en una cafetería cercana a tan frío y encerrado microcosmos de una agitada escuela del extraradio parisino. Ya no vamos a ver más escenas de calle porque la película ya dispone de un título que lo dice todo en el original; "Entre les Murs". Y no estamos ante un drama carcelario aunque profesores como alumnos viven reclusos; los primeros enseñando y los segundos vacilando como tienen que hacer los primeros su trabajo. Pero sin decirlo en voz alta, sinó más bien al principio mostrando su punto de rebeldía basado en el bochorno, el vapuleo, la pasividad y los "novillos". La crudez en la improvisación (sobretodo en lo que se refiere a los alumnos) es digno de un estudio de actores lo que hace que el realismo plasmado en este film sea digno de un palmarés colectivo. De hecho muchos de los actores que intervienen no son profesionales. Incluso François, el profesor de lengua francesa, es lo que es en la vida real; un maestro de bachiller que escribió un libro relatando su difícil experiencia con los estudiantes que había tenido y Cantet no tuvo ningún problema de poner en escena tan duras y comprometedoras situaciones que había vivido François como docente valiéndose de un repertorio de aficionados enfrentados a la cámara y a la improvisación.

El director de "Recursos Humanos" y "El Empleo del Tiempo" expone con crudez y realismo una confrontación entre alumnado y profesorado en un marco sociológico alimentado por la dialéctica verbal y la legítima defensa entre los dos grupos enfrentados. François intenta sobrevivir a su trabajo mientras los chicos (que podrían parecer pequeños diablillos) se desahogan ante unas instituciones que tampoco les obligan a quedarse sentados en un pupitre y aprender. Van a a la escuela para reunirse como todos los días; pero a jugar a futbol, a hablar, a pelearse... La falta de comunicación será la gota que derramará el vaso. Más que exponer una visión crítica de las escuelas de su país, Laurent Cantet nos presenta un experimento social tan real como la vida cotidiana en el difícil mundo de los institutos poblados por profesores dispuestos a cumplir con su obligación profesional y de estudiantes hambrientos de aprendizaje pero incapaces participar o tomar decisiones, ya sea por orgullo o rebeldía.
Natxo Borràs
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