¿Qué es Westworld?

En apariencia es un parque de atracciones para adultos, donde gente muy adinerada puede pasar unas vacaciones matando, follando o haciendo casi todo lo que se le antoje a robots cuasi humanos viviendo aventuras en un bello entorno que recrea el Far West americano.

Pero el verdadero propósito del parque es bien distinto, como cabe intuir. (ver Spoiler)

Análisis:

En esta historia basada en el libro escrito por Michael Crichton (Sí, el de Parque Jurásico. Sí, de nuevo un parque con excusa de partida. Sí, lo sé, qué pereza de hombre) se nota en gran medida el peso de los guionistas, en especial el de Jonathan Nolan, tanto para lo mejor como para lo peor.

Se escuchó antes del estreno de esta serie que Westworld sería el nuevo Game of Thrones de la cadena HBO o un nuevo “Perdidos”. Rumor difundido probablemente por algún necio ejecutivo vendehúmos. Olvídense. Ni el tono ni el fondo tienen algo que ver. Aunque hay muertes a tutiplén (principalmente de robots, claro está) la mayor baza de esta serie está en apelar a la reflexión del espectador, no al entretenimiento visceral.

Las referencias argumentales son múltiples y variadas. Por citar unas cuantas: Blade Runner, Atrapado en el tiempo, Isaac Asimov, El Show de Truman, Frankenstein, Alicia en el país de las maravillas, Shakespeare (cómo no) o incluso algo de Terminator.

Naturalmente aderezado todo con el toque Nolan, así que esperen ver algún que otro giro más o menos inesperado en la narrativa. Y también dilemas, éticos derivados de provocar sufrimiento a seres inteligentes, e intelectuales como el papel que juega la memoria, el libre albedrío, la personalidad y la consciencia en la conformación del yo.

Como es de esperar un planteamiento tan aparatoso se presta a todo tipo de fallos argumentales. Yo por ejemplo aún no entiendo cómo funcionan las balas en ese parque, y tampoco acabo de entender cómo dos empleados mindundis ,en una organización tan sofisticada como la que maneja Westworld, tiene acceso a tanto material y tantos privilegios.

Pero aunque el guión es la piedra angular de la serie, hay que reconocer que es un auténtico deleite que pesos pesados de la interpretación como Ed Harris o el mismísimo Anthony Hopkins (ya era hora de que aparecieras en un proyecto decente, que los eliges como el cu..) se sumen al, cómo casi siempre, magnífico elenco actoral en el cual destaca particularmente la muy bella Evan Rachel Wood.

Tampoco es baladí el fastuoso diseño de producción, se nota que no… han reparado en gastos (guiño, guiño).

En definitiva, algunos se empeñarán en ver la fealdad de este mundo. Yo prefiero ver la belleza.