Media votos
5,4
Votos
3.250
Críticas
699
Listas
16
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Txarly:
3
5,8
14.972
Drama
Narra los orígenes del líder militar francés y su rápido e imparable ascenso de oficial del ejército a emperador de Francia. La historia se ve a través de la lente de la relación adictiva y volátil de Napoleón Bonaparte con su esposa y único amor verdadero, Josefina. (FILMAFFINITY)
Estreno en Apple TV+: 1 de marzo 2024
Estreno en Apple TV+: 1 de marzo 2024
24 de noviembre de 2023
102 de 171 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando hace algo más de un año leí que mi actor favorito iba a interpretar a mi personaje favorito el volumen de mi cuerpo engrosó unos cien gramos. Fue como si cantase la prima de un bingo sobre una quiniela de catorce: sublime, descomunal e inmenso. Para todos los que consideramos a Bonaparte el personaje más importante de los últimos quinientos años era ya procedente que por fin el séptimo arte hiciera justicia a su figura y legado. Lamento comunicarles que no ha sido así. De ningún modo. Debí haberme olido que la rancia ideología anglosajona podía distorsionar las hazañas de un pueblo que se levantó para luchar por su libertad, pero el primer tráiler que nos colaron rezumaba arte, épica y pasión, y permitía traslucir a un emperador poderoso, inteligente y determinado, y además con el careto de Joaquin Phoenix, así que cerré mentalmente posibles fisuras y desajustes sobre una de las historias más grandes acontecidas en Europa desde la caída del Impero Romano. Nada podía salir mal. Ridley Scott posee tres de mis dieces en esta página. Los duelistas, Alien o la denostada 1492, la conquista del Paraíso dan fe de ello. Me cegó el ansia y el sueño, y de ahí la decepción conmigo mismo.
Obvié a sabiendas una verdad amarga, que desde Waterloo hasta la caída de Berlín los británicos fueron dueños del mundo, y tras pasar el testigo a sus primos, los americanos lo son desde Hiroshima hasta nuestros días. Canadá (los Estados Unidos del Norte) más Australia (los Estados Unidos del Sur) y su primo tonto, Nueva Zelanda, conforman lo que yo llamo los putos Smith, es decir, una tribu europea de blancos, anglosajones y protestantes diseminada por tres continentes, con una percepción de la Historia, del pensamiento político, de la religión y de la raza muy cuestionable y absolutamente ridícula, y aunque Scott no se apellide Smith, doy por hecho de que algún primo tonto tendrá, porque si no, hubiera sido imposible rodar esta puta mierda sobre un ciudadano corso, después francés, y de apellido imposible. Supongo que al ser vasco tengo una perspectiva diferente sobre la superioridad racial o ética que albergue cualquier pueblo europeo sobre otro. Para nosotros todos los blancos de la vieja Europa son basura. Gente que vino después nuestro a dar por el culo, ya sea desde el norte, desde el sur, o desde el este. Para nosotros, como digo, son todos escoria. Y por ello creo que poseo un prisma más imparcial a la hora de acometer este asesinato cinematográfico que sobre le grand homme ha perpetrado un jodido Smith analfabeto.
Viviendo como vivimos en el año 28 d. .com (2023 para algunos), aún no entiendo cómo portando a Dios en el bolsillo llegan a cometerse tantas y tantas infracciones, faltas y licencias sobre la vida y obra de Bonaparte. Y eso sin mencionar mi ira ante la ausencia durante la película del mejor mariscal francés de Napoleón, Nicolás Davout aka el Mariscal de Hierro, que si se fijan aparece entre Matthew Needham y Phil Cornwell en la lista de actores que encabezan la película. Pues bien, el bueno de Scott no le ha dado ni un solo plano en las soporíferas dos horas y media que dura la cinta. Y se supone que era uno de los secundarios principales, bien por su enérgica contención del ala izda. austro rusa durante la batalla de Austerlitz, que supuso un agujero en el centro austriaco que aprovechó el Mariscal Soult (tampoco sale) tomando los altos de Pratzen y definiendo la contienda, o bien durante la batalla de Auersdatt, en la que 26 mil bravos franceses de su III Cuerpo terminaron con el grueso del ejército prusiano que lo conformaban más de 60 mil hombres, disminuyendo notablemente la importancia de la victoria de Napoleón en Jena. Tampoco aparecen Auguerau, Massena, Lannes, Murat, Ney o Marmont, mariscales de leyenda. En vez de ello, podréis contemplar una clase de interpretación entre Napoleón y Josefina, cuyo leitmotiv es la improvisación. Y se nota un huevo. Aquí Fenix se puso chungo y le dijo a Scott: "psssss... esto lo hacemos a mi manera, es decir, mitad Joker y mitad Comodo, y luego si eso, pues que me nominen de nuevo." Y reconozco que aún así, de la peor manera, sigue siendo el puto amo actuando, pero el personaje le ha quedado grande, y supongo que él también lo sabe.
Vomitaré las inconsistencias históricas y las campañas no mostradas en la zona spoiler, son tantas y tan onerosas que dudo de si tendré espacio para apuntillarlas.
La gota que colmó el vaso y que define mi tono en esta crítica fueron las explicaciones que Ridley Scott añade al final de la película con el fundido en negro. Enumera seis o siete batallas y da la cantidad de muertos franceses en ellas. Es decir, más o menos su mensaje podría resumirse en: no he rodado todas esas jodidas batallas porque me pasaba de presupuesto, y os coloco ahí los muertos franceses para que penséis tras verla, lo que un puto loco que no era anglosajón, le hizo a su pueblo. Y además le vencimos, porque cómo no, Waterloo ocupa más minutos de metraje que las demás batallas juntas. Y encima con Napoleón cargando a caballo como si fuera el puto Braveheart. Ridley, haznos un favor y retírate ya. Marvel, a la que siempre criticas, te da mil vueltas (hasta End Game, of course). Y eso te pasa por molestarte ante las dos inexactitudes históricas que un par de críticos igual de analfabetos te hicieron llegar, a lo que respondiste en plan chulete que se busquen una vida. No tío, que va, busca tú el móvil y sácalo del bolsillo, luego vas a Google y escribes Napoleón. Y así aprendes como fue la Historia de un tipo que no era anglosajón y os dio de hostias por toda Europa para socorrer a los pueblos oprimidos de las botas de sus gobernantes.
No dudes en seguirme en www.cómetemiputalefagafasdemierda.com
Obvié a sabiendas una verdad amarga, que desde Waterloo hasta la caída de Berlín los británicos fueron dueños del mundo, y tras pasar el testigo a sus primos, los americanos lo son desde Hiroshima hasta nuestros días. Canadá (los Estados Unidos del Norte) más Australia (los Estados Unidos del Sur) y su primo tonto, Nueva Zelanda, conforman lo que yo llamo los putos Smith, es decir, una tribu europea de blancos, anglosajones y protestantes diseminada por tres continentes, con una percepción de la Historia, del pensamiento político, de la religión y de la raza muy cuestionable y absolutamente ridícula, y aunque Scott no se apellide Smith, doy por hecho de que algún primo tonto tendrá, porque si no, hubiera sido imposible rodar esta puta mierda sobre un ciudadano corso, después francés, y de apellido imposible. Supongo que al ser vasco tengo una perspectiva diferente sobre la superioridad racial o ética que albergue cualquier pueblo europeo sobre otro. Para nosotros todos los blancos de la vieja Europa son basura. Gente que vino después nuestro a dar por el culo, ya sea desde el norte, desde el sur, o desde el este. Para nosotros, como digo, son todos escoria. Y por ello creo que poseo un prisma más imparcial a la hora de acometer este asesinato cinematográfico que sobre le grand homme ha perpetrado un jodido Smith analfabeto.
Viviendo como vivimos en el año 28 d. .com (2023 para algunos), aún no entiendo cómo portando a Dios en el bolsillo llegan a cometerse tantas y tantas infracciones, faltas y licencias sobre la vida y obra de Bonaparte. Y eso sin mencionar mi ira ante la ausencia durante la película del mejor mariscal francés de Napoleón, Nicolás Davout aka el Mariscal de Hierro, que si se fijan aparece entre Matthew Needham y Phil Cornwell en la lista de actores que encabezan la película. Pues bien, el bueno de Scott no le ha dado ni un solo plano en las soporíferas dos horas y media que dura la cinta. Y se supone que era uno de los secundarios principales, bien por su enérgica contención del ala izda. austro rusa durante la batalla de Austerlitz, que supuso un agujero en el centro austriaco que aprovechó el Mariscal Soult (tampoco sale) tomando los altos de Pratzen y definiendo la contienda, o bien durante la batalla de Auersdatt, en la que 26 mil bravos franceses de su III Cuerpo terminaron con el grueso del ejército prusiano que lo conformaban más de 60 mil hombres, disminuyendo notablemente la importancia de la victoria de Napoleón en Jena. Tampoco aparecen Auguerau, Massena, Lannes, Murat, Ney o Marmont, mariscales de leyenda. En vez de ello, podréis contemplar una clase de interpretación entre Napoleón y Josefina, cuyo leitmotiv es la improvisación. Y se nota un huevo. Aquí Fenix se puso chungo y le dijo a Scott: "psssss... esto lo hacemos a mi manera, es decir, mitad Joker y mitad Comodo, y luego si eso, pues que me nominen de nuevo." Y reconozco que aún así, de la peor manera, sigue siendo el puto amo actuando, pero el personaje le ha quedado grande, y supongo que él también lo sabe.
Vomitaré las inconsistencias históricas y las campañas no mostradas en la zona spoiler, son tantas y tan onerosas que dudo de si tendré espacio para apuntillarlas.
La gota que colmó el vaso y que define mi tono en esta crítica fueron las explicaciones que Ridley Scott añade al final de la película con el fundido en negro. Enumera seis o siete batallas y da la cantidad de muertos franceses en ellas. Es decir, más o menos su mensaje podría resumirse en: no he rodado todas esas jodidas batallas porque me pasaba de presupuesto, y os coloco ahí los muertos franceses para que penséis tras verla, lo que un puto loco que no era anglosajón, le hizo a su pueblo. Y además le vencimos, porque cómo no, Waterloo ocupa más minutos de metraje que las demás batallas juntas. Y encima con Napoleón cargando a caballo como si fuera el puto Braveheart. Ridley, haznos un favor y retírate ya. Marvel, a la que siempre criticas, te da mil vueltas (hasta End Game, of course). Y eso te pasa por molestarte ante las dos inexactitudes históricas que un par de críticos igual de analfabetos te hicieron llegar, a lo que respondiste en plan chulete que se busquen una vida. No tío, que va, busca tú el móvil y sácalo del bolsillo, luego vas a Google y escribes Napoleón. Y así aprendes como fue la Historia de un tipo que no era anglosajón y os dio de hostias por toda Europa para socorrer a los pueblos oprimidos de las botas de sus gobernantes.
No dudes en seguirme en www.cómetemiputalefagafasdemierda.com
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Omisiones e inexactitudes históricas o lo que Ridley Scott llama "búscate una vida":
1. Nada que objetar durante los primeros minutos. Omite su infancia en Córcega (gracias) y pose tope pordiosera para espiar las defensas británicas de Toulon. Buen despliegue de medios durante la batalla, la mejor de la película, y consigue que prometa algo que después no da.
2. ¿Y la campaña italiana, origen de la reputación de Napoleón? ¿Dónde está? Pues en ningún lado.
3. Tras esa grave omisión pasamos a Egipto y observamos con estupor como le mete un cañonazo a la cúpula de la pirámide de Kefren. Invent total!! Y ni rastro de la batalla de las Pirámides en la que los franceses reventaron a los hijos de Hamas a base de bien. Luego vemos lo que se supone que es el sarcófago de Alejandro Magno que se abre ante Napoleón para que éste le brinde sus respetos. Invent total!!! Pero tampoco lo explican, así que debes imaginártelo tú. Y dije, bueno, tranqui, que aparecerán los expedicionarios científicos franceses descubriendo la Piedra de Rosetta con la que años después se descifrarían los famosos jeroglíficos egipcios. Pues qué va, ni rastro. Ok, te espero en Marengo.
4. 1800. Batalla de Marengo. Pues siga esperando. ¿La carga de caballería de Kellermann? ¿La aparición de Desaix con sus fuerzas durante la tarde y la muerte de éste de un tiro en el pecho? Como diría un erudito gallego: "no ssssé de la batalla de la que usted me habla, oiga!"
5. 1801-1805. Políticas y leyes del directorio y de Napoleón para mejorar la vida de su pueblo que llegan hasta nuestros días y que conforman en buena parte la Europa democrática y de derecho que tenemos hoy. Ni rastro.
6. 1805. Batalla de Austerlitz. Absurda y delirante. La batalla más grande de Europa desde los Campos Catalaunicos, rodada como si fuera una trampa en la nieve, cuando ese hecho ocurrió en el ala derecha del ejército francés comandada por el Mariscal Davout, y casi terminada la batalla. Lamentable.
7. 1806. Campaña de Prusia. Batallas de Jena y Auersdatt. Ni idea. Entrada en Berlín. Otro ni idea.
8. 1807. Campaña de Polonia o primera campaña rusa. Batallas de Eylau y Friedland contra los rusos. No había presupuesto supongo. Nada se dice, nada se hace, nada de nada. Tu puta madre.
9. Campaña española. Produce resquemor que tal campaña no sea expuesta, ya que se
piensa que derrotaron al corso y sus huestes. Más bien abandonaron la península por agotamiento mental. Tener todo el puto día a una legión de analfabetos en contra, dirigidos por unos gobernantes y un clero que los esclavizaba debió ser muy duro para cualquier soldado que luchara en esas tierras. La de hostias que se comieron los españoles es infinita, como las batallas que perdieron ante los franceses. Eso sí, en los libros patrios aparecen las batallas de Bailén y Vitoria, así como el sitio de Zaragoza o Valencia como grandes gestas del pueblo español (ayudadas un tanto bastante por los putos Smith), aunque a esa parte no se le da mucho bombo. Asumidlo, los franceses se piraron porque pasaban de ayudar a un pueblo que no deseaba ser libre. Los únicos que le echaron huevos fueron los gaditanos, y así les fue después. Aquí Scott acierta, al no sacar estos vergonzantes hechos a la luz.
10. 1809 Batalla de Wagram. El mariscal Lannes, mejor amigo del Emperador, muere de forma heroica. Ni rastro. Ni tampoco de que tuviera un amigo.
11. 1812. Campaña rusa. Batalla de Borodino. Prácticamente inexistente. Un plano por ordenador bastante lamentable. Retirada francesa, batalla de Berezina. Nada. Nada de nada.
12. 1813. Batalla de Leipzig. Derrota que lleva al exilio a Napoleón. No existe.
13. Los Cien Días. Llegada del corso a Francia. No aparece el mariscal Ney a detener al emperador. No hay abrazo, y el discurso de éste es inventado. Absolutamente lamentable.
14. 1815. Waterloo. Napoleón cargando a caballo. Luego peor, escapando a caballo. Qué hijos de puta.
Coléricamente vuestro.
1. Nada que objetar durante los primeros minutos. Omite su infancia en Córcega (gracias) y pose tope pordiosera para espiar las defensas británicas de Toulon. Buen despliegue de medios durante la batalla, la mejor de la película, y consigue que prometa algo que después no da.
2. ¿Y la campaña italiana, origen de la reputación de Napoleón? ¿Dónde está? Pues en ningún lado.
3. Tras esa grave omisión pasamos a Egipto y observamos con estupor como le mete un cañonazo a la cúpula de la pirámide de Kefren. Invent total!! Y ni rastro de la batalla de las Pirámides en la que los franceses reventaron a los hijos de Hamas a base de bien. Luego vemos lo que se supone que es el sarcófago de Alejandro Magno que se abre ante Napoleón para que éste le brinde sus respetos. Invent total!!! Pero tampoco lo explican, así que debes imaginártelo tú. Y dije, bueno, tranqui, que aparecerán los expedicionarios científicos franceses descubriendo la Piedra de Rosetta con la que años después se descifrarían los famosos jeroglíficos egipcios. Pues qué va, ni rastro. Ok, te espero en Marengo.
4. 1800. Batalla de Marengo. Pues siga esperando. ¿La carga de caballería de Kellermann? ¿La aparición de Desaix con sus fuerzas durante la tarde y la muerte de éste de un tiro en el pecho? Como diría un erudito gallego: "no ssssé de la batalla de la que usted me habla, oiga!"
5. 1801-1805. Políticas y leyes del directorio y de Napoleón para mejorar la vida de su pueblo que llegan hasta nuestros días y que conforman en buena parte la Europa democrática y de derecho que tenemos hoy. Ni rastro.
6. 1805. Batalla de Austerlitz. Absurda y delirante. La batalla más grande de Europa desde los Campos Catalaunicos, rodada como si fuera una trampa en la nieve, cuando ese hecho ocurrió en el ala derecha del ejército francés comandada por el Mariscal Davout, y casi terminada la batalla. Lamentable.
7. 1806. Campaña de Prusia. Batallas de Jena y Auersdatt. Ni idea. Entrada en Berlín. Otro ni idea.
8. 1807. Campaña de Polonia o primera campaña rusa. Batallas de Eylau y Friedland contra los rusos. No había presupuesto supongo. Nada se dice, nada se hace, nada de nada. Tu puta madre.
9. Campaña española. Produce resquemor que tal campaña no sea expuesta, ya que se
piensa que derrotaron al corso y sus huestes. Más bien abandonaron la península por agotamiento mental. Tener todo el puto día a una legión de analfabetos en contra, dirigidos por unos gobernantes y un clero que los esclavizaba debió ser muy duro para cualquier soldado que luchara en esas tierras. La de hostias que se comieron los españoles es infinita, como las batallas que perdieron ante los franceses. Eso sí, en los libros patrios aparecen las batallas de Bailén y Vitoria, así como el sitio de Zaragoza o Valencia como grandes gestas del pueblo español (ayudadas un tanto bastante por los putos Smith), aunque a esa parte no se le da mucho bombo. Asumidlo, los franceses se piraron porque pasaban de ayudar a un pueblo que no deseaba ser libre. Los únicos que le echaron huevos fueron los gaditanos, y así les fue después. Aquí Scott acierta, al no sacar estos vergonzantes hechos a la luz.
10. 1809 Batalla de Wagram. El mariscal Lannes, mejor amigo del Emperador, muere de forma heroica. Ni rastro. Ni tampoco de que tuviera un amigo.
11. 1812. Campaña rusa. Batalla de Borodino. Prácticamente inexistente. Un plano por ordenador bastante lamentable. Retirada francesa, batalla de Berezina. Nada. Nada de nada.
12. 1813. Batalla de Leipzig. Derrota que lleva al exilio a Napoleón. No existe.
13. Los Cien Días. Llegada del corso a Francia. No aparece el mariscal Ney a detener al emperador. No hay abrazo, y el discurso de éste es inventado. Absolutamente lamentable.
14. 1815. Waterloo. Napoleón cargando a caballo. Luego peor, escapando a caballo. Qué hijos de puta.
Coléricamente vuestro.