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Voto de pikyturiellos:
8
Comedia. Drama Marcel Marx, famoso escritor bohemio, se ha exiliado voluntariamente y se ha establecido en la ciudad portuaria de Le Havre (Francia), donde vive satisfecho trabajando como limpiabotas, porque así se siente más cerca de la gente. Tras renunciar a sus ambiciones literarias, su vida se desarrolla sin sobresaltos entre el bar de la esquina, su trabajo y su mujer Arletty; pero, cuando se cruza en su camino un niño negro inmigrante, tendrá ... [+]
8 de abril de 2014
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Descubrí a Aki Kaurismaki con su “Trilogía del proletariado” (“Sombras en el paraíso”, “Ariel” y “La chica de la fabrica de cerillas”) en una época, finales de los ochenta, en que el apellido se relacionaba más con su hermano Mika, que había filmado entonces la interesante “Helsinki Nápoles, todo en una noche”. “Ariel” fue mi primera experiencia akikaurismakiana y me impactó absolutamente. Contenía esa maravillosa sutileza que el autor maneja magistralmente, concentrada en poco más de una hora en la que ningún personaje reía y los diálogos eran escasos, que comenzaba con un disparo suicida y remataba con Judygardlandovertherainbow. Después vi más películas suyas y ninguna me decepcionó. Tramas diversas en lugares variados, pero siempre buen cine. Y unos colores que se repiten cuando filma en interiores, una suerte de azules y grises y verdes muy particulares que los amantes de su cine volvemos a reconocer en “El Havre”. Y personajes excelentes. Hablemos de ellos.
Las películas de Aki Kaurismaki están pobladas por seres diferentes, inadaptados, generalmente sensibles, normalmente maltratados por la vida - incluso a veces sin que sean del todo conscientes de ello-, personas que asumen la mano que se les ha repartido sin renegar de su condición ni echarle la culpa a la baraja. Son tipos dignos, poco amigos de las representaciones duras de la autoridad, extraños en mundos que no lo son en absoluto. Resultan amables para el espectador que se sorprende al identificarse con individuos, en principio tan diferentes entre sí, y por tanto tan diferentes de él, como un basurero de Helsinki, una chica de origen humilde que trabaja en una fábrica tirando a horrible, un ex presidiario de buen corazón, una policía que no se parece al estereotipo de los de su gremio. Gentes que hacen extraños encargos que luego quieren revocar, músicos extravagantes, y podríamos continuar la serie, porque en las películas de A. Kaurismaki no sólo los protagonistas tienen entidad de buenos personajes. En su cine siempre aparecen personajes episódicos bien construidos que resultan fundamentales para contar sus historias. Si las expresiones que vamos a utilizar a continuación no estuvieran tan gastadas, podríamos decir que las historias de don Aki, y los seres que las pueblan, resultan entrañables, poseen un encanto especial, están rodeadas de un halo poético.
Así ocurre también en “El Havre”, a la que le encajan a la perfección los adjetivos citados. En esta ocasión la historia transcurre en Le Havre, actividad portuaria e inmigración ilegal en la Europa de estos tiempos. Infancia y desprotección, amor y enfermedad, vecindad solidaria, cumplimiento de la ley a costa de la justicia, son temas que se nos van apareciendo a la par que se nos muestran tabernas con clientes malencarados y taberneras de buen corazón, por las que pulula un limpiabotas que fue escritor y va tirando. Y unos gendarmes que nos recuerdan a los Keystone Kops de Mack Sennett persiguen sombras, y un policía, otra vez diferente, juega la carta inesperada. Y muchas más cosas que merecen disfrutarse. Veanla y proclamemos juntos:
¡Viva Finlandia!
pikyturiellos
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