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España España · El puerto de Santa Maria,Cadiz
Voto de Nachogf:
8
7,8
8.111
Documental Tras el golpe de estado militar de 1965, el general Suharto ocupó el poder en Indonesia. A continuación llegó el genocidio: miles de comunistas, reales o presuntos, fueron asesinados por los escuadrones de la muerte indonesios. Unas décadas después, se les pide a dos de los más sanguinarios mercenarios de la época -ellos se hacían llamar "gángsters"-, Anwar Congo y Herman Koto, que participen en una película en la que recreen los ... [+]
27 de enero de 2014
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No nos encontramos ante una obra de no ficción corriente. No es realmente una pieza histórica que nos explicará el antes y el después de la masacre, es un vistazo a las personas detrás de todo ello, ya sean las víctimas, indirectamente, y a los propios asesinos. Los primeros se retratan como unos cobardes que no se atreven a luchar por sus derechos por miedo a las represalias de un gobierno que razona lo necesario que son, para el estado, los gangsters. Los criminales se demuestran orgullosos y presuntuosos ante la villanía que realizaron. Su violencia ha callado a las víctimas y las opiniones que difieren a sus ideales. Lo increíble de este documental, es la capacidad de contar parte de la historia de un país de forma que se vuelva algo universal. La clave de ellos, como antes mencioné, es que el núcleo de la obra son esas personas, no la masacre.

Es interesante como el mundo del cine influencia a nuestros protagonistas. Estos genocidas adoran el cine Hollywoodiense. Cuentan anécdotas de cómo ciertas películas han influido en su manera de matar, e incluso critica algunos asesinatos que considera sucios en algún largometraje. Estos hombres nos explican sus numerosas formas de matar a los comunistas, alguno con una sonrisa de oreja a oreja, con cierto aire nostálgico. Incluso recriminan a los comunistas, ya que ellos los tachan de verdugos, pero ellos se llaman a si mismos salvadores, y las víctimas eran demonios que debían ser erradicados. Repiten ellos cual mantra `la historia la escriben los vencedores´.

Pero “The Act of Killing” no se queda sólo en retratar el orgullo de los genocidas, esto es más grande. Trata sobre el poder del cine. Los gangsters son influenciados por una visión errónea de películas como “Scarface” de Brian de Palma, ellos ya están ligados a este arte. Y cuando se conoce el poder que tiene el séptimo arte, sabes cómo transciende en la vida de ellos lo que puede crear un verdadero juicio de valor. Joshua Oppenheimer aprovecha el poder de la imagen y de las películas para que los propios asesinos retraten sus actos de maldad. El orgullo de ellos les lleva a aceptar sin miramientos, pudiendo ver como estos representan sus asesinatos de la manera más sobrecogedora.

El director es capaz de unir la indulgencia y la empatía. Les da la indulgencia a los torturadores dándoles una versión idealizada de sus actos, dándoles lo que ellos quieren, reafirmar su poder contra su contrario. Destacando plenamente la secuencia de sueño onírico donde las divinidades recompensan al protagonista principal por sus asesinatos. La empatía la reciben cuando ven sus actos en una pantalla, ven de verdad el reflejo de sus actos. Ellos son incapaces de ver el asunto con una perspectiva alejada de su realidad, no pueden empatizar con las víctimas. Por lo tanto la labor de formar ese sentimiento, lo produce el increíble poder del cine. Ellos sentirán sus actos, sobre todo nuestro principal conductor en este infierno, Anwar Congo.

Nombrando el tema de los reflejos, el principio del documental y el final demuestran la evolución de Anwar, uno de los gangsters principales en masacrar a los comunistas. “The Act of Killing” se vuelve el viaje de Anwar en comprender la gravedad de sus actos y superarlos. En el comienzo, nos lleva a una terraza donde estrangulaba a sus víctimas. Él nos explica gozoso como lo hacía, incluso cogiendo a un compañero y enseñando explícitamente su técnica. Pero entonces, nos demuestra algo de su humanidad que parecía desaparecida. Nos habla de cómo fuma marihuana o bailaba, para olvidar lo que hizo. Sus sueños sobre sus actos. El dolor le persigue pero él no quiere entenderlo.

En su viaje representándose a sí mismo, reafirmará sus decisiones, sus asesinatos. Pero al verlos se siente algo incomodo, y cada vez ese sentimiento crece. Como contraposición a su cambio, existe un compañero suyo que esto solamente le hace crecerse, deseando que esto lo pudiesen ver los niños para comprender su historia. Pero Anwar va sintiéndolo, hasta que finalmente el ejercicio de empatía se completa, debe actuar como una víctima en una de las escenas. La negación es tan grande en él que no puede ordenar sus pensamientos, solamente puede sentirlo. El cambio ha ocurrido en su interior, su corazón y su mente están enfrentándose a la realidad de sus actos. Tanto que al final, el reflejo es volver a explicar cómo mataba a los comunistas en esa terraza, con resultados distintos.

El impacto que ha creado todo este documental ha sido algo increíble. Una nominación a los Oscars es el menor de sus logros. Ha cambiado la perspectiva de los ciudadanos de Indonesia creando el debate sobre la situación actual, que aún el gobierno impidiendo su distribución en cines, Joshua Oppenheimer y su equipo ha conseguido distribuir gratuitamente la película en Indonesia. La valentía de estos cineastas ha supuesto un antes y un después en la sociedad y el impacto positivo que ha podido generar este documental es mejor que cualquier premio y cualquier puntuación de un crítico. Ha conseguido hacer sentir al mundo la situación de Indonesia y ha conseguido cambiar la visión de muchas personas. Por ello “The Act of Killing” es única y uno de los mejores documentales de la historia. Debes verlo para creerlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nachogf
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