Ser o no ser es una brillante demostración del talento extraordinario de Ernst Lubitsch para la comedia. Una comedia completa en la que su elaborado engranaje argumental funciona de forma insuperable.
El comienzo es antológico. Las calles de Varsovia se paralizan ante la presencia de una persona en ellas. Es el mismísimo Adolph Hitler. O no. La secuencia está concebida de forma magistral. A partir de ahí asistimos a una sucesión de enredos y equívocos absolutamente delicioso sobre un trasfondo dramático que siempre esta presente.
La crítica despiadada pero sutil al nazismo se adueña de una historia en la que una compañía de actores se convierten en protagonistas inesperados de la mejor obra de teatro de toda sus vidas. Partiendo de un guión milimétrico y perfecto, se van sucediendo las situaciones y los giros de una historia tan elaborada y compleja, que ,en cambio, resulta ligera y muy fácil de seguir.
Sin olvidarse nunca del escenario histórico en el que acontece la historia, Lubitsch consigue integrarlo de forma maravillosa en una comedia de enredo, y salir reforzado por ello.
Además cuenta con un equipo de cómicos que, salvo Carole Lombard, no son demasiado conocidos, pero resultan absolutamente brillantes, destacando especialmente el protagonista Jack Benny.
Después de ver Ser o no ser, casi cualquier comedia actual resulta un derroche de vulgaridad. Y es que si algo caracteriza esta película es su estilo, elegancia, finura y clase.