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España España · bilbao
Voto de ernesto:
8
Animación. Fantástico. Terror Basada en una novela de Neil Gaiman, narra la historia de una niña que, al atravesar una pared de su casa, encuentra una versión mejorada de su vida: sus padres son más considerados con ella, pero la las sensaciones maravillosas darán paso al miedo y a la angustia. (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de animación se mueve en una amplia gama de registros, desde la animación tradicional, que actualmente sigue utilizando con éxito el japonés Hayao Miyazaki, hasta las deslumbrantes virguerías informáticas de la factoría Pixar. En este abanico de posibilidades una de las que mejores resultados da a nivel artístico es la técnica de stop motion, en la se simula el movimiento a partir de pequeños movimientos fotograma a fotograma. Así hemos podido disfrutar de los cortos de la factoría inglesa Aardman, o de un largometraje espléndido como fue La novia cadáver. Pero por encima de todas, y desde hace ya muchos años, hay una película de culto realizada siguiendo esta técnica, que es Pesadilla antes de Navidad. Su director Henry Shelick se ha prodigado poco desde entonces, y tras James y el melocotón gigante, vuelve a ofrecernos una nueva película, Los mundos de Coraline, un soplo de aire fresco en la cartelera actual.
Coraline es una niña que se ha ido a vivir con sus excéntricos padres a una casa perdida en el bosque. Todo en esta nueva vida resulta un poco oscuro y deprimente para Coraline. Hasta que descubre una pequeña puerta en un rincón de su casa. Una puerta que, a través de sus sueños, le conducirá a un mundo paralelo, con unos padres paralelos, en el que su vida será más luminosa. Pero el sueño, que tal vez no sea un sueño, no tarda en convertirse en pesadilla para Coraline.
La película parte de un guión donde la imaginación y sobre todo la originalidad son sus puntos fuertes, sin dejar de lado en ningún momento la cohesión de una historia que solo en algún momento está a punto de perder el rumbo por un exceso de situaciones demasiado recargadas visualmente. Lejos de las historias banales e infantiloides de muchas películas de animación, Los mundos de Coraline se mueve en terrenos mucho más inquietantes y tenebrosos, pero sin perder en ningún momento de vista el universo juvenil del público al que va dirigida. Aunque la podamos disfrutar los mayores de la misma manera.
Antes he dicho que hay algún exceso visual que resulta demasiado abrumador para el espectador, pero, pese a esto, de lo que no cabe duda es que la película es una maravilla en ese aspecto. Con una dirección artística magistral, las imágenes de la película son deslumbrantes en la mayoría de los casos, y ya desde los primeros minutos te trasportan a un mundo irreal y fascinante. La sensible banda sonora del francés Bruno Coulais no hace sino potenciar cada una de las virtudes de la película
ernesto
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