Hace un tiempo, Watts defendió con bastante vehemencia esta película ante la tibieza de Mottola, y yo, aunque con menos pasión que él, desde luego que me pongo a su rebufo.

No esperaba un nivel así, la verdad, pero lo cierto es que debe de ser una de las películas más decentes y consistentes del año. Hay ciertas lagunas y alguna que otra inverosimilitud, pero en mi opinión los pros ganan a los contras, y el resultado es una película no muy original pero bastante absorbente y amarga, y filmada con bastante buen pulso, bien medida.

El personaje de Naomi Watts está algo desdibujado, de hecho yo creo que nadie entiende bien qué hace ni por qué, pero por lo demás Quique Sánchez Owen está bien en su papel, aunque cada vez sospecho más que su recital en Closer no fue ni más ni menos que el sonido de una flauta.

Los fans de Bourne creo que la gozarían bastante. Creo.