Todo el mundo la destaca por sus premios, su grandeza, sus decorados, su bonita narración religiosa y por como ha pasado a la historia. Pués bien, yo la voy a destacar por otra cosa, por un aspecto que me embarga cada vez que la veo (lo que habré hecho al menos 10 veces). Se trata de la venganza, simple y llanamente la venganza de Judah hacia Messala. Charlton Heston imprime a su papel imagenes de auténtico odio, de las que dejan marcado. La primera discusión en casa de Judah, el enfrentamiento en la cárcel con la lanza, y la muerte de Messala ilustran dichos sentimientos. Para mí ese es el motor de la cinta, el verdadero y unico Dios (como dice Messala). Nunca me cansaré de verlos pelearse, nunca me cansaré de ver como un sentimiento tan horrible como es el deseo de venganza, da el hálito de vida suficiente a un hombre (aunque los religiosos dirán que es la fe en Dios lo que le mueve). "Sigue Judah, la carrera no ha terminado"