38/01(01/03/14) Joya de animación clásica atemporal y universal proveniente de Francia, un conmovedor relato canto a la amistad por encima de todas las barreras, de cómo un gran oso y una ratita destinados por los convencionalismos a odiarse traban una tierna amistad, y que encontraran puntos en común en la soledad, su pasión por la vida, el arte, y la incomprensión de los demás ante sus sueños, metáfora sobre la intolerancia y los prejuicios sociales que los niños entenderán y disfrutaran, y los mayores gozaran de su entrañable trazo de acuarela y por su dulce historia, se agradece que en la época de la animación digital y del 3D aún haya valientes que nos deleiten con esta fábula de gran imaginación visual.

El escenario son dos ciudades paralelas antagónicas pobladas de animales antropomórficos, en la superficie una urbe de osos, y en el subsuelo de esta villa otra de ratones, que se dedican a hacer incursiones al exterior para hurtar cosas, lo más valioso dientes de oso, que después se los colocan en la mandíbula un dentista para roer mejor, es por este ‘pirateo’ que los osos les odian, además los ratones abominan de los osos por creerlos fieros y dispuestos a comérselos. Los protagonistas son una ratita, Celestine, una huérfana que la están preparando en la preciada carrera de odontología, pero ella quiere ser pintora, el otro protagonista es Ernest, es un oso solitario, un bohemio, es un músico callejero al que la policía acosa, tras una accidentada misión de búsqueda de dientes por parte de Celestine se encuentra con Ernest, surgiendo entre ellos amistad, tienen muchos elementos en común.
El trío de realizadores Benjamin Renner, Stéphane Aubier y Vincent Patar, adaptan el guión original del debutante Daniel Pennac, que a su vez se basa en una serie de cuentos los personajes (Ernest y Celestine) creados por la escritora e ilustradora infantile, la belga Gabrielle Vincent, serie con más de 25 títulos publicada entre 1981 y 2003 (aunque ella murió en 2003). La producción artesanal, a la antigua usanza, ha llevado más de 4 años. Los dibujos a hermosa pluma y acuarela han sido obra de Vincent Patar, transmitiendo dulzura, ternura, amor, con eses tonos delicados pastel, cuasi-esbozos que emiten entrañabilidad.

La cinta en su trazo tierno deja traslucir un mensaje universal contra los prejuicios, la intolerancia, las ideas preconcebidas, una oda a la comprensión, a la alegría de vivir, a intentar realizar tus sueños, a la libertad personal, a romper con lo establecido, ello en un bello marco de ritmo fluido, con momentos divertidísimos que beben del hilarante slapstick, mezclando hábilmente el humor con la acción, con persecuciones delirantes, con recursos narrativos que aumentan su atractivo como el montaje paralelo, secuencia maravillosa en su ingenio con una persecución en dos niveles, el subterráneo y el exterior, o las escenas oníricas de gran sensibilidad e imaginación, un goce visual, a lo que se añade una deliciosa música de Vincent Coutois, que mece las imágenes con cariño.

La historia te engancha desde su comienzo en que nos presentan estos dos universos paralelos destinados a odiarse, para a continuación imbuirnos de una trama que juega con ironía y agudeza con la lucha de estratos sociales, con los miedos a lo desconocido, ello en un desarrollo que toca en grandes secuencias con lo lírico, sin caer en lo sensiblero y maniqueo. Componiendo escenas que se te quedaran, como la primera y sugestiva aparición de Celestine y su intriga por los osos (animales que les han contado son sus enemigos), en esta escena denotamos no está muy de acuerdo, o como la primera aparición del bohemio Ernest invernando, o como el impactante primer encuentro entre Celestine y Ernest, derrochando Celestine mordacidad y picardía con su labia para evitar que un hambriento Ernest se la zampe, magnífico, donde es patente la tierna personalidad de uno y otra, o el despertar de Ernest en la ciudad de los ratones y la posterior devastadora persecución, o la impresionante persecución de la policía de osos al furgón en que huyen Ernest y Celestine, un delirio de acción, imaginación y humor, o el reseñado montaje paralelo, antológico, o el ingenioso gag del furgón que pintan para camuflarlo, y la lluvia y una pendiente crean un divertido momento, o los sueños comunicantes, o el momento juicio paralelo, estupendo, o su espléndido epílogo (spoiler).

En conjunto una notable propuesta de animación con aroma a clásico y con mensaje de fondo. Fuerza y honor!!!