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Voto de TOM REGAN:
9
7,8
2.204
Documental
Paradise Lost narra la historia real del asesinato y tortura de tres niños en Robin Hood Hills, un pequeño pueblo de Arkansas. El horripilante asesinato parece tener connotaciones satánicas y conduce a juicio a tres muchachos "distintos"... (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2021
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
29/29(26/01/21) Gran documental cumple ahora 25 años de su estreno en la HBO, enmarcado en el sub género ‘true crime’, resulta antecedente del homérico “Making a murderer” (2015), teniendo los dos trabajos muchos puntos en común. Dirigido, producido y editado por Joe Berlinger y Bruce Sinofsky sobre los juicios de ‘West Memphis Three’, donde tres jóvenes adolescentes fueron acusados de los asesinatos y mutilación sexual de tres niños como parte de un supuesto ritual satánico. La noche del 5 de mayo de 1993, tres niños de ocho años, Steven Branch, Christopher Byers y Michael Moore, fueron torturados y asesinados en Robin Hood Hills-West Memphis-Arkansas. La policía tardó un mes en realizar los arrestos de los sospechosos, Jessie Misskelly, de 17 años; Damien Echols, 18 años; y Jason Baldwin, de 16 años. La cinta documenta los eventos siguieron a los mencionados arrestos. Los directores tuvieron gran acceso a todos los lados, entrevistando a numerosas personas relacionadas con el caso, incluidos padres de las víctimas, padres de los acusados, miembros del de Policía de West Memphis y los acusados involucrados en el juicio, asistimos a las estrategias de los abogados defensores. Berlinger y Sinofsky no se filman ellos mismos, y el diálogo lo proporciona el entrevistado, en lugar de utilizar un formato de "preguntas y respuestas", ello con el añadido de insertos sobreimpresionados para alguna elipsis. Le siguieron dos secuelas, también realizadas por Berlinger y Sinofsky, siguieron la evolución del caso a lo largo de los años: Paradise Lost 2: Revelations en 2000 y Paradise Lost 3: Purgatory en 2011. Primera vez la banda de heavy metal Metallica autorizó su música se usara en una película, el grupo favorito de uno de los acusados, Damien Echols, empieza con el "Sanitarium (Welcome Home)" de Metallica. Joe Berlinger y Bruce Sinofsky consiguieron lo que todo documentalista aspira, y es que su trabajo trascienda, y es que su labor hizo que hubiera una campaña a favor de los acusados y la revisión de su caso.
Retrato de una comunidad cerril, emite prejuicios por como vistes, te peinas, la música que escuchas o los libros que lees, microcosmos fundamentalista cristiano intolerante al diferente, y ello atomizado por amarillismo de una prensa ávida de crear monstruos de los que retroalimentarse. Ello narrado con tremendo vigor por mor de un magistral montaje que va de un lado a otro con enorme fluidez, con agilidad narrativa, cual thriller apasionante que te atrapa en las malsanas redes de una microsociedad de la América profunda. El éxito del documental radica en que se convierte en un alegato contra las grietas en los sistemas judiciales por donde se cuelan los prejuicios sociales.
Comienza de modo impactante no apto a sensibles, mediante video policial nos situamos en el escenario del crimen con aun los cadáveres desnudos en el suelo como fueron descubiertos, ello en medio de un bosque en la orilla de un río, y como escuchamos que todo el macabro infanticidio se asocia a ritos satánicos de sacrificios humanos. El primer tramo se centra en cómo se llegó a los acusados. Partiendo de un oficial de libertad condicional que puso tras la pista a la policía de un chico llamado Damien Wayne Echols, que vestía camisetas de grupos de heavy, tenía personalidad gótica, y era aficionado a religión Wicca, y con este gran indicio (ataque de cinismo!), la policía local lo detiene junto a sus dos mejores amigos, Jason Baldwin y Jessie Misskelley Junior, y tras un controvertido interrogatorio a este último los detienen acusándolos de asesinar a los críos durante un ritual satánico.
Primero tenemos el juicio a Jessie Misskelly, se separó de los otros por haber habido confesión previa, la única prueba para acusar a los otros dos. Jessie es un joven con taras mentales, tiene coeficiente intelectual de 72, fue acosado durante 10 horas por interrogadores que pusieron palabras en su boca (recuerda al interrogatorio al sobrino de Steve Avery del mencionado “Making a murderer”), presionándolo, cuando su supuesta confesión está llena de incongruencias, alteraciones sobre la marcha. Misskelley se retractó de su confesión, de la cual oh, sorpresa! No hay apenas grabaciones. Jessie Misskelley fue condenado a cadena perpetua. A Jessie se le ofreció una sentencia reducida si testificaba en el juicio de los otros dos adolescentes en su contra, pero se negó. Su madre le dijo que estaría sentada en la sala del tribunal y no quería escucharlo mentir.
Segunda parte entra en el juicio compartido de Echols y Baldwin. Se desmenuzan agujeros y lagunas del caso de acusación contra ambos. La fiscalía presenta a un (presunto) experto en ciencias ocultas, aportado todo un conjunto de boutades ridículas. Tras lo que el abogado defensor le cuestiona sobre porque es un ‘experto’, y resulta su ‘sabiduría’ le viene de un cursillo por correo donde nunca hizo examen alguno o trabajo alguno para el mismo (¿?), y sin embargo el juez rechaza una moción para desestimar el testimonio, según el magistrado no necesitas títulos de educación para ser un experto en algunas cosas (¿?), tremenda indefensión; Un forense testifica le sería muy difícil (siendo benévolos) acometer las mutilaciones, y menos dentro del agua, solo se puede intentar con un bisturí, y menos en la oscuridad se supone se hizo. Por no hablar de que nadie encontró evidencia de donde está la cantidad de sangre que debió salir de los niños en las aberraciones, no hay respuesta. Lo que queda es que no fueron asesinados allí; Hay testigos que dicen haber escuchado hablar a Echols de que asesinó a los tres niños y que lo volvería a hacer, y de gente tan fiable que ni lo conocían y lo escucharon de pasada (¿?), hay otro en la cárcel dice se lo contó la segunda vez que habló con él, cuando hay buen funcionario de la prisión dice que lo iba a contar para tener privilegios, pero no le dejan testificar (¿?);...
Retrato de una comunidad cerril, emite prejuicios por como vistes, te peinas, la música que escuchas o los libros que lees, microcosmos fundamentalista cristiano intolerante al diferente, y ello atomizado por amarillismo de una prensa ávida de crear monstruos de los que retroalimentarse. Ello narrado con tremendo vigor por mor de un magistral montaje que va de un lado a otro con enorme fluidez, con agilidad narrativa, cual thriller apasionante que te atrapa en las malsanas redes de una microsociedad de la América profunda. El éxito del documental radica en que se convierte en un alegato contra las grietas en los sistemas judiciales por donde se cuelan los prejuicios sociales.
Comienza de modo impactante no apto a sensibles, mediante video policial nos situamos en el escenario del crimen con aun los cadáveres desnudos en el suelo como fueron descubiertos, ello en medio de un bosque en la orilla de un río, y como escuchamos que todo el macabro infanticidio se asocia a ritos satánicos de sacrificios humanos. El primer tramo se centra en cómo se llegó a los acusados. Partiendo de un oficial de libertad condicional que puso tras la pista a la policía de un chico llamado Damien Wayne Echols, que vestía camisetas de grupos de heavy, tenía personalidad gótica, y era aficionado a religión Wicca, y con este gran indicio (ataque de cinismo!), la policía local lo detiene junto a sus dos mejores amigos, Jason Baldwin y Jessie Misskelley Junior, y tras un controvertido interrogatorio a este último los detienen acusándolos de asesinar a los críos durante un ritual satánico.
Primero tenemos el juicio a Jessie Misskelly, se separó de los otros por haber habido confesión previa, la única prueba para acusar a los otros dos. Jessie es un joven con taras mentales, tiene coeficiente intelectual de 72, fue acosado durante 10 horas por interrogadores que pusieron palabras en su boca (recuerda al interrogatorio al sobrino de Steve Avery del mencionado “Making a murderer”), presionándolo, cuando su supuesta confesión está llena de incongruencias, alteraciones sobre la marcha. Misskelley se retractó de su confesión, de la cual oh, sorpresa! No hay apenas grabaciones. Jessie Misskelley fue condenado a cadena perpetua. A Jessie se le ofreció una sentencia reducida si testificaba en el juicio de los otros dos adolescentes en su contra, pero se negó. Su madre le dijo que estaría sentada en la sala del tribunal y no quería escucharlo mentir.
Segunda parte entra en el juicio compartido de Echols y Baldwin. Se desmenuzan agujeros y lagunas del caso de acusación contra ambos. La fiscalía presenta a un (presunto) experto en ciencias ocultas, aportado todo un conjunto de boutades ridículas. Tras lo que el abogado defensor le cuestiona sobre porque es un ‘experto’, y resulta su ‘sabiduría’ le viene de un cursillo por correo donde nunca hizo examen alguno o trabajo alguno para el mismo (¿?), y sin embargo el juez rechaza una moción para desestimar el testimonio, según el magistrado no necesitas títulos de educación para ser un experto en algunas cosas (¿?), tremenda indefensión; Un forense testifica le sería muy difícil (siendo benévolos) acometer las mutilaciones, y menos dentro del agua, solo se puede intentar con un bisturí, y menos en la oscuridad se supone se hizo. Por no hablar de que nadie encontró evidencia de donde está la cantidad de sangre que debió salir de los niños en las aberraciones, no hay respuesta. Lo que queda es que no fueron asesinados allí; Hay testigos que dicen haber escuchado hablar a Echols de que asesinó a los tres niños y que lo volvería a hacer, y de gente tan fiable que ni lo conocían y lo escucharon de pasada (¿?), hay otro en la cárcel dice se lo contó la segunda vez que habló con él, cuando hay buen funcionario de la prisión dice que lo iba a contar para tener privilegios, pero no le dejan testificar (¿?);...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
...Porque no se investigó a un hombre negro ensangrentado que apareció en una cafetería cerca del lugar donde fueron encontrados los cadáveres el mismo día que buscaban a los tres niños? La sangre que un policía recogió de este hombre desapareció (¿?); Durante el transcurso del juicio a los directores del documental, el padrastro del niño asesinado Chris Bowers, John Mark Byers, les regala una navaja, descubren tiene sangre y la entregan a la policía. Tras examinarla descubren tiene ADN similar al de Mark Byers y Christopher, la evidencia no fue concluyente, el ADN estaba fragmentado y no podía dar vínculos concretos. Byers sube al estrado y dice incongruencias, en declaración anterior dijo no toco esa navaja, pero cuando descubren sangre recuerda haberla utilizado para cortarse las uñas de los pies (¿?), también testifica que azotó con su correa a su hijastro a las 5:30 pm del día de su muerte, ronchas de la hebilla del cinturón se habían relacionado anteriormente con el asesinato ritual; En el interrogatorio a Echols (el abogado de Baldwin no dejó que este subiera al estrado), se cuestiona sobre sus gustos literarios, sus gustos de vestimenta, que porque se cambió de nombre a Damien, pero nunca se le pregunta sobre los hechos de los que se le acusa, tremendo.
El mencionado John Mark Byers, exponente de ‘white trash’, tipo siniestro, con bigote enorme, dentadura derruida, fanático religioso (lo vemos desde el púlpito de una iglesia cantar un himno) con botas de piel de serpiente, lo vemos varias veces por el metraje, primera vez describe de modo bizarro lo que hicieron a los niños en el lugar de los hechos, y espeta escatológicamente lo que hará sobre las tumbas de los acusados. Amante de las armas, vemos dispara contra calabazas a las que pone nombres de los acusados. Y a todos nos queda la sensación de que no es trigo limpio en este infanticidio.
Los familiares de los asesinados aceptan sin dudar la teoría de la policía acusando a los tres, una madre habla a cámara de lo que quisiera le ocurriera y sufrieran en prisión, incluso maldice a los progenitores de estos. Me quedo con un emociónate testimonio de uno de los abuelos de los niños matados, que dentro de sus creencias cristianas dice que perdona a los asesinos (¿?), y asevera que se reunirá en el cielo con su nieto, estremecedor; El padre de uno de los acusados comenta sobre si apoyar o no a su hijo, dice que aunque sea culpable le ayudará, mientras la novia de este dice que si es culpable le desea lo peor.
Damien es de los acusados el que más tiempo en pantalla asume, el más locuaz y carismático, con pinta cercana lo Marilyn Manson: Se nota inteligente, y que sobrelleva la acusación con flema. Joven presumido le gusta cuidar su imagen. Tiene un gran comentario a cámara, cuando compara su caso con el famoso juicio de Salem, cuando a finales del SXVII en lo que eran colonias aun inglesas (en lo que hoy es el estado USA de Massachusetts) fueron juzgadas 19 personas acusadas y ahorcadas por brujería, ejemplificando la historia colectiva de una comunidad en contra de ‘brujas’; El otro acusado con Damien es Jason, joven introvertido y lacónico, superado por los acontecimientos, solo tenemos un momento grácil de él cuando al final del juicio, mientras esperan el veredicto su abogado le habla paternalmente.
Como defectillo, me falta que se entre en las coartadas de los acusados Damien y Jason, por las que prácticamente se pasa de puntillas.
Documental de los que te remueve, te descompone lo sencillo puede ser acusar a alguien sin pruebas. Kafkiano, cuando vemos no hay pruebas físicas relacionen a estos con el crimen, y en el lugar donde se encontraron los cuerpos no había pruebas. Con lo que al dictaminar culpables por el jurado me quedo perplejo, para hacerlo no deben tener duda razonable alguna, y con lo visto en el documental te indignas. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el documental ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/01/paradise-lost.html
El mencionado John Mark Byers, exponente de ‘white trash’, tipo siniestro, con bigote enorme, dentadura derruida, fanático religioso (lo vemos desde el púlpito de una iglesia cantar un himno) con botas de piel de serpiente, lo vemos varias veces por el metraje, primera vez describe de modo bizarro lo que hicieron a los niños en el lugar de los hechos, y espeta escatológicamente lo que hará sobre las tumbas de los acusados. Amante de las armas, vemos dispara contra calabazas a las que pone nombres de los acusados. Y a todos nos queda la sensación de que no es trigo limpio en este infanticidio.
Los familiares de los asesinados aceptan sin dudar la teoría de la policía acusando a los tres, una madre habla a cámara de lo que quisiera le ocurriera y sufrieran en prisión, incluso maldice a los progenitores de estos. Me quedo con un emociónate testimonio de uno de los abuelos de los niños matados, que dentro de sus creencias cristianas dice que perdona a los asesinos (¿?), y asevera que se reunirá en el cielo con su nieto, estremecedor; El padre de uno de los acusados comenta sobre si apoyar o no a su hijo, dice que aunque sea culpable le ayudará, mientras la novia de este dice que si es culpable le desea lo peor.
Damien es de los acusados el que más tiempo en pantalla asume, el más locuaz y carismático, con pinta cercana lo Marilyn Manson: Se nota inteligente, y que sobrelleva la acusación con flema. Joven presumido le gusta cuidar su imagen. Tiene un gran comentario a cámara, cuando compara su caso con el famoso juicio de Salem, cuando a finales del SXVII en lo que eran colonias aun inglesas (en lo que hoy es el estado USA de Massachusetts) fueron juzgadas 19 personas acusadas y ahorcadas por brujería, ejemplificando la historia colectiva de una comunidad en contra de ‘brujas’; El otro acusado con Damien es Jason, joven introvertido y lacónico, superado por los acontecimientos, solo tenemos un momento grácil de él cuando al final del juicio, mientras esperan el veredicto su abogado le habla paternalmente.
Como defectillo, me falta que se entre en las coartadas de los acusados Damien y Jason, por las que prácticamente se pasa de puntillas.
Documental de los que te remueve, te descompone lo sencillo puede ser acusar a alguien sin pruebas. Kafkiano, cuando vemos no hay pruebas físicas relacionen a estos con el crimen, y en el lugar donde se encontraron los cuerpos no había pruebas. Con lo que al dictaminar culpables por el jurado me quedo perplejo, para hacerlo no deben tener duda razonable alguna, y con lo visto en el documental te indignas. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el documental ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/01/paradise-lost.html