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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama. Intriga. Cine negro Una mujer decide casarse con un hombre de negocios del que está totalmente enamorada. Sin embargo, tras la boda, empieza a sospechar del oscuro pasado de su esposo, un hombre perverso y lleno de maldad. La misteriosa desaparición del hermano de su marido será el punto de partida de una larga investigación... (FILMAFFINITY)
14 de septiembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
333/11(13/09/21) Fallido y desequilibrado thriller psicológico dirigido por Vincente Minnelli, que no se nota cómodo en un género donde se mueve como elefante en cacharrería (su especialidad eran las comedias musicales), teniendo buenos y prometedores mimbres en los protagonistas (Katharine Hepburn, Robert Taylor y Robert Mitchum), pero el guión de Edward Chodorov (“Madame Du Barry” o “El parador del camino”), basado en la historia "Tú estabas allí" de Thelma Strabel, se queda en un sucedáneo blandito a cine hitchcockiano, una mezcla barata entre “Rebeca” (1940) y “Sospecha” (1941), ello con dosis de “Luz de gas” (1940), que comienza de modo desconcertante por parecer una comedia simplona de solterona que encuentra el amor en un tipo de clase alta, entonces hay un tramo (alargadísimo para la nada que aporta) donde se nos hace ver un aprendizaje rancio de ella para alcanzar a ser una mujer aceptada en la clase ‘aristócrata’, grimante la oda a esta privilegiada élite, pero es que encima esto nada suma. Y de repente, y que gradualmente se convierte en film de misterio, intriga y suspense, donde la sospecha marital juega un papel predominante, ello con la sombra de un ser cuasi etéreo que se construye sin verse a través de los comentarios de los demás, como lo era Rebeca en el film homónimo de Hitchcock, pero mientras en el film primigenio todo fluía de modo orgánico, aquí todo se nota forzado, metido con calzador, a empujones nos lo quieren hacer tragar. Ello en una construcción atrompicada de los personajes que viran de un lado a otro de modo caótico (ella va de un lado a otro, primero con una personalidad irritantemente acomplejada al principio, luego virando a intrigada detective; él de un tipo estirado pasa a un psicópata por imperativo del guión), donde la química entre la Hepburn y Taylor es entre cero y nada (no ayudan que sus actuaciones solo denoten lo errado de su casting, no te crees a la Hepburn de mujer frágil, ni a Taylor de ser ambiguo), no te crees su amor, este además expuesto en modo inverosímil (se ven, hablan una cena ya lo siguiente casados), y está Robert Mitchum en un rol de tres escenas, desaprovechado (él mismo repudió el papel).

Ello con giros un tanto rebuscados (cuando todo se ve venir de lejos con las miguitas que van dejando), para llegar a un clímax torpe y aparatoso, de postre tenemos un epílogo chirriante. Y encima hay un metraje desproporcionado para lo que se cuenta, probablemente con una mejor síntesis habría ganado en un ritmo que resulta muy irregular.

Entre lo positivo está la fotografía del pionero del expresionismo alemán, el checo Karl Freund (“El Último”, “Metrópolis” o “Drácula”), jugando con las sombras, con las sugerencias, con los fueras de campo (el mejor el del perro saludando a un desconocido que no se ve), con contrapicados, con dramáticos primeros planos (los de Taylor cuando entra en cólera); También está el buen uso deux machine del tema clásico de la 3ª Sinfonía de Johannes Brahms.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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