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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Cine negro. Intriga. Drama Un buscavidas manipulador (Bradley Cooper) se alía con una psiquiatra tan embaucadora como él (Cate Blanchett) para timar a los ricos de la sociedad neoyorquina de los años 40. Nueva adaptación de la novela de William Lindsay Gresham, llevado al cine con anterioridad por Edmund Goulding en 1947.
26 de marzo de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
87/20(16/03/22) Irregular thriller psicológico dirigido por el mexicano Guillermo del Toro a partir de un guión de del Toro y Kim Morgan (su actual esposa), basada en la novela homónima de 1946 de William Lindsay Gresham, segunda adaptación al cine de la obra, tras la versión de 1947 de Edmund Goulding. Protagonizado por (un desubicado) Bradley Cooper como trabajador de feria ambicioso con pasado misterioso, hace sus pinitos en el espectáculo del mentalismo, hay entre los secundarios a un maravilloso elenco con Cate Blanchett, Toni Collette (buena actuación, aunque desaprovechada), Willem Dafoe (con pequeño rol, demuestra lo excelente que es), Richard Jenkins (estupenda actuación cargada de ambigüedad y sensaciones encontradas), Rooney Mara, Ron Perlman (desaprovechado es palabra pequeña), Mary Steenburgen (notable su complicado personaje) y David Strathairn (aplíquese lo mismo que a DaFoe, grande). Primera película del director sin elementos sobrenaturales. Mezcla el cine negro con el horror propio del film de culto “Freaks” (1932), también de la serie “Carnivale”, en historia cargada de seres entre grises y malos, con debilidades y ambiciones se les descontrolan (bien sea la codicia, la arrogancia, o el alcoholismo), donde se nos cuenta el clásico relato de un tipo mísero y su auge despiadado para acabar... (no quiero spoilear).

El misterioso Stanton (Bradley Cooper) recala en una feria ambulante regentada por Clem (Willem Dafoe), empresario sin escrúpulos que le ofrece trabajo. Del Toro nos invita a recorrer este mundo de supuestos talentos extraordinarios: Bruno, el hombre más fuerte del mundo (Ron Perlman), el Alcalde, el hombre más diminuto (Mark Povinelli), Molly, la mujer capaz de transmitir por su cuerpo descargas eléctricas (Rooney Mara) y la pareja de mentalistas formada por Pete (David Strathairn) y Zeena (Toni Collette). Tendrá importancia en la historia una psiquiatra femme fatale, Lillith Ritter (Cate Blanchett), un atormentado millonario, Ezra Grindle (Richard Jenkins), y una delirante mujer, Miss Kimball (Mary Steenburgen).

Tiene un comienzo cautivador, seguimos al protagonista desde una decrépita cabaña donde vemos a un tipo anciano muerto, que arrastra el que se supone su hijo hacia un agujero en el centro de la estancia, luego prende fuego a la cabaña, se lleva un reloj, mientras se aleja del lugar por un poético campo de trigo con las llamas al fondo. Para desembocar por azar en el vagabundeo del hombre en una feria ambulante, todo esto durante unos 10 minutos sin decir palabra, estableciendo el carácter lacónico y misterioso del hombre.

Ello con el telón de fondo inicial con algo que le pega tanto a del Toro, como es el circo. Ello narrado por el director con enorme sentido visual, desde los góticos escenarios del inicio al art decó de la segunda parte, el vestuario, la formidable fotografía (sombría, con angulaciones extrañas, con mucha toma de reflejos,...), creando un clima tenebroso sobre la pantalla. Y es que la historia se parte claramente en dos, la primera como marco el susodicho circo (para mí, la mejor parte, donde entiendo del Toro se siente más a gusto), donde acontece todo en medio de la nada rural. Mostrando la trastienda de la feria (con una alegórica casa Embrujada con el tema de los 7 pecados capitales) como algo triste, lleno de seres marginales, desheredados de la tierra, miserable, artero, lleno de personajes patéticos, medrosos, traicioneros, una gran familia disfuncional. Saliendo de aquí la gran moraleja del film (pienso yo), sobre el juego de espejos sobre el ‘freak’ real es en realidad el espectador que admira estos ‘fenómenos’. Epítome de esto el ‘geek’, donde el patrón del espectáculo (un gran Willem Dafoe) explica cómo la gente al ver a este ser monstruoso se siente mejor al ver que hay gente peor que ellos. Por cierto, sugestivo tramo cuando este cuenta al protagonista como sibilinamente se ‘crea’ un geek, algo muy a tener en cuenta circularmente, de lo mejor de la película. Visualmente muy sugerente, con esos marcados tonos oscuros entre rojos y amarillos. Aquí se produce un triángulo amoroso-sexual, que pivota sobre Sytanton. Por un lado está la libertina hermosa Zeena (buena, aunque desaprovechada Tony Collette, peinada a lo Veronica Lake), que tiene un inverosímil encuentro lujurioso con Stanton en una mini bañera de alquiler, otra relación bastante forzada, que parece solo estar ahí para que Stanton tome contacto con el alcohólico mentalista encarnado por un gran David Strathairn (da igual cuando diga esto), del que ‘beberá’ en sus ambiciones el protagonista. La otra relación es con Molly (una modosita Rooney Mara que parece en contradicción su carácter virginal con su lugar y trabajo, no me la creo tan inocentona), me resulta impostada, sin química alguna entre ambos, se produce por imperativo del guión; y la segunda es en la urbana Bufalo, saltamos a lares de lujo de grandes clubs, hotelazos, mansiones, rascacielos, aquí la cinta baja en sus ansias de trascendencia y querer ser más de lo que puede, el batiburrillo de tramas se solapan, cuando en realidad es mucho más sencillo lo que se cuenta. Siendo este tramo donde del Toro se embarca en dar un aire noir cargado de expresionismo en muchas partes, donde la complejidad y dilemas morales se dan de modo un tanto superficial. Entrando en escena un personaje icónico del cine negro como es la mujer fatal, en este caso la sexy Cate Blanchett como la rubia (en contraste con la virginal morena Molly) psiquiatra Lilitth Ritter, una elegante manipuladora seductora, que juega con Stanton, con sus debilidades. Lástima que la chispa entre la Blanchett (otra con el cabello a lo Veronica Lake) y Cooper sea entre nula y el zero, lo que repercute en la emoción transmitida.

Película que pierde fuelle conforme avanza, ello en gran medida a su desmedido metraje, estiradísimo para lo que cuenta, se podría haber condensado y eliminado sub tramas para dar solidez narrativa... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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