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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
7,3
20.208
Animación. Fantástico. Comedia. Aventuras Después de que todas las mascotas caninas de Megasaki City sean exiliadas a una isla que es un vertedero, un niño de 12 años emprende un viaje para buscar a su perro extraviado. (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
170/09(18/12/19) Delicioso y encantador (con sus desequilibrios) segundo largometraje de stop-motion del texano Wes Anderson, rodado casi una década después de “Fantástico Sr. Fox”, que adaptaba un cuento de Roald Dahl, aquí el guión es original del propio director adaptando una historia de él mismo junto a Roman Coppola, Jason Schwartzman y Kunichi Nomura. El relato se aleja de condición infantil para adentrarnos en historia de amistades, intolerancia, corrupción de los medios y manipulación de la sociedad, ello adornado con sutiles muestras de humor negro. Ambientada en un Japón ucrónico, la historia sigue a un muchacho que busca a su perro después de que la especie es desterrada a una isla luego del brote de una gripe canina. La película con sus altibajos tiene tramos enternecedores, divertidos, cautivadores. Con la fachada de una fábula de aventuras Wes proyecta una oda al amor las mascotas, de entendimiento entre de diferentes, superando el clasismo social, en contra del autoritarismo y la opresión, todo entrelazado a mucho cinismo, hieratismo, guiños fílmicos, hay alguna irregularidad, pero el conjunto se hace querer en su inherente nostalgia y dulzura. El realizador con un reparto coral extenso (voces afamadas), donde todos rezuman humanidad (también en los canes), siempre patente. Anderson en su cosmopolita visión del mundo nos ha paseado por supuesto por USA (por ejemplo “Moonrise Kingdom”), por la India (“Viaje a Darjeeling”), por Centroeuropa (“El Gran Hotel Budapest”), por África (“Lifeaquatic”), y ahora nos lleva a Japón tomando como referente al “Emperador Akira Kurosawa”, se pueden ver influencias a “El ángel ebrio”, “El Perro Rabioso”, “El infierno del odio” y sobre todo a “Las 7 Samuráis”, en lo que es un cuento moral que deja un buen regusto, apoyándose en esa marca de la casa que es una puesta en escena sibarita. La cinta tiene una labor maravilloso de cariño al detalle, con 20,000 rostros y 1,105 títeres animados fueron creados por "12 escultores trabajando seis días a la semana" para la película. Se hicieron 2,000 títeres más para personajes de fondo. Los títeres detallados de los personajes principales tomaron un promedio de dos a tres meses para crear. Había una leyenda negra contra Wes Anderson por su filmografía en que varias de sus películas a los perros les pasaba algo malo, que quizás ha tratado de revertir con esta cinta.

La cinta posee un prólogo que nos enmarca en situación, sobre un enfrentamiento ancestral legendario entre perros y gatos por la supremacía en ser mascotas de los humanos, y vemos una representación de teatro Kabuki que es una clara referencia del estilo sereno y reflexivo del cine andersoniano, donde lo estético prodigioso es el anzuelo para atraparte en sus líricas redes. Poblando los fotogramas de seres inquietos, profundos, vulnerables, dubitativos, acomplejados, siempre en busca de la felicidad. Anderson en su filmografía sigue siempre unos patrones que lo hacen reconocible, lo de la profusión de personajes, los encuadres simétricos, la fotografía cromática cercana al híper-realismo, el juego de decorados entre lo real y la parodia, y unas historias donde se mezclan la hondura y la ingenuidad, donde se mezcla el humor y el drama, y donde la nostalgia da un cariz entrañable al metraje, eso sí, no siempre con resultados brillantes, pero siempre estimables y recomendables. Ello desarrollado con tramos tan alegóricos como el delicioso de la preparación de un plato típico nipón, a modo de expresar el cuidado con el propio Wes Anderson trata a sus películas, esto incluso se puede incidir en que en muchas ocasiones el director vuelca más en la preparación que en el sabor.

Un canto a la amistad y el entendimiento entre seres marginales (algo muy del universo andersoniano), en este caso añadiendo el componente de como los humanos tratamos a nuestras mascotas. Aunque estos canes son claramente una proyección alegórica de seres marginados por la sociedad, que los gobiernos de turno utilizan como chivos expiatorios de sus problemas (quizás un solapado torpedo contra la actual administración Trump de la Casablanca), todo esto reflejado en una subtrama paralela a la principal de la Isla en la ciudad de Megasaki, ello con un tono juvenil, con mucho humor ácido, con algunos gags inteligentes, jugando con las falsas apariencias y la percepción del espectador para descolocarlo y provocar su sonrisa, como el humor negro en el tramo en que nos hacen creer que el perro que busca Atari en la isla era uno que murió de inanición al poder abrir la jaula en la que estaba, luego vemos que una letra cambia todo, o el tramo de la incineradora donde hacen creer al espectador (poniéndolo en tensión dramática) que el grupo de perros (asamblearios) que acompañan a Atari y Chief han sido incinerados.

Los personajes transpiran humanidad (valga el palabro tratándose en su mayoría de perros), ello sobre todo por sus diálogos, ricos en matices y ambigüedades. Hay un cuarteto de perros Rex (v.o. Edward Norton), King (v.o. Bob Balaban), Boss (v.o. Bill Murray) y, Duke (v.o. Jeff Goldblum) que se mueven de modo ultra-democrático, todas sus decisiones se toman en “asamblea” de votaciones, lo cual lleva en muchos casos al absurdo de que cuando terminan de votar la situación para la que lo han hecho ya les ha superado, con lo que sirve de sutil crítica a la política asamblearia que se mueve cual tortuga coja, no sabiendo tener cintura para situaciones complicadas. Esta educación comunal pude deberse a su proveniencia de estar con dueños, sentirse arropados en tiempos pasados, esto en confrontación con Chief, un perro callejero de mentalidad individualista, que no quiere tener amo, se siente un alma libre, por este motivo mantiene con los perros “caseros” discusiones de claro sabor político, donde además sobresale el clasismo social de creerse unos superiores a los otros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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