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Voto de TOM REGAN:
5
6,5
23.230
Drama. Comedia
A principios de los años setenta, una época de gran agitación social con la encarnizada lucha por los derechos civiles como telón de fondo, Ron Stallworth se convierte en el primer agente negro del departamento de policía de Colorado Springs. Pero es recibido con escepticismo y hostilidad por los mandos y algunos de los agentes. Sin amedrentarse, decide seguir adelante y hacer algo por su comunidad llevando a cabo una misión muy ... [+]
24 de febrero de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
12/12(18/01/19) Sobrevaloradísimo film del siempre combativo Spike Lee, con una cinta que no está ni mucho menos entre lo mejor del cineasta neoyorkino. Parece que con el “coñazo” que dieron hace unos años con lo de que el cine de afroamericanos estaba siendo ninguneado a hora hay miedo en la crítica a arremeter contra productos del montón que apenas pasan de nivel telefilm. Es un encargo de Jordan Peele (“Get Out”) al director, para una dramedia basada en hechos reales guionizada por Lee, Charlie Wachtel, David Rabinowitz, Kevin Willmott y Lee, adaptando el libro de memorias “Black Klansman” de Ron Stallworth, ambientada en Colorado Springs en la década de 1970, thriller que sigue al primer detective afroamericano en el departamento de policía de la ciudad cuando se propone infiltrarse en el KuKluxKlan local para destapar sus planes criminales. La historia en manos de Lee se convierte en uno de sus típicos productos para atacar el racismo inherente en la sociedad americana, y aquí la sutilidad es algo inexistente, cayendo en la caricatura para exhibir el Mal de KKK, mostrando a estos como paletos inútiles, esto hace que su mensaje pierda calado en su afán de menospreciar las raíces y crecimiento de esta gente, encima hace piruetas alegóricas para emparentar al KKK con la actual administración Trump, poniendo en boca de los racistas del capirote frases-sloganes del mandamás del tupé rubio como “America First” o “Make America Great Again”. La cinta me resulta bastante irregular, con un argumento con muchos agujeros, con un desarrollo poco verosímil, con un desvarío de tonos que desentonan entre sí, estirando un narración que no da de sí, donde la tensión e intensidad es nula, con diálogos poco estimulantes, añádase actuaciones sin demasiado fuste, planas, con un pretendido humor que no llega a mueca, y con un drama tan subrayado que deja de tener fuerza. Tras un sugestivo prólogo el film decae en ritmo, se vuelve tedioso, no te motivan unos personajes clichés. Hay algunas referencias al blaxploitation que triunfó en los 70, quizás si hubieran ido por el lado de parodiar este sub-género hubieran tenido más éxito, pero tiran por el camino de en medio y se queda en bluf, esos sí, con una cohorte de aduladores no vaya a ser que el enfant terrible Lee despotrique de ellos, como ha hecho con Eastwood, o Tarantino por una película que ni vio (“Django Desencadenado”).
Es una película que en su arritmia avanza atropellándose, discurriendo en un tono de humor que solo alcanza la ligereza que anula cualquier capacidad de sentir peligro, pero la sonrisa nunca aparece, pues los supuestos gags se quedan cosa de brocha gorda, lo del numerito estrella de reírse del líder del Klan porque por teléfono no sabe que su interlocutor es negro es propio de niños de parvularios. Y eso que el inicio hacía presagiar un buen metraje, con esas desconcertantes imágenes del film “Lo que el viento se llevó”, esto como reflejo de cómo Hollywood ha reflejado durante décadas con romanticismo y buenismo a un ejército racista, esto tendrá su contrapunto circular con el epílogo, con imágenes de archivo de las manifestaciones-enfrentamientos (cuasi-bélicos, cual Guerra Civil renacida) en Charlottesville (Virginia) en agosto del 2017, donde hubo atropellos con muertos contra los pro-derechos civiles, choque debido a las manifestaciones de supremacistas blancos que protestaban por la retirada de una estatua del general confederado Robert E. Lee. Esto en clara alusión de Spike a que la lucha no terminó en 1865, si no que más de siglo y medio después continúa. Esto azuzado por pirómanos como el presidente USA actual, Trump, que en su atávica mentalidad equipara a racistas con defensores de la libertad. Tras las imágenes de la estación de “lo que el viento…” pasamos a un fulgente discurso de Alec Baldwin en primer plano en b/n encarnando con vigor inusitado al supremacista Dr. Kenneth Beauregard (tras el la bandera de la Confederación).
Pero tras este radiante despegue la cinta cual suflé se desinfla en un film rutinario, donde intenta elevarse de modo remarcado y remasticado con discursos (el del líder afro Kwame) que intentan aleccionar y ser didácticos sobre como los negros eran oprimidos entonces y por ende aún continúan siéndolo, pero todo me suena a sobado, esto lo hizo mucho mejor Lee en “Malcolm X”, y con un actor mucho más carismático, esto me resulta sobado. Solo tiene un pico a la hora y media con el fascinante montaje en que por un lado vemos a Jerome Turner (activista pro-derechos civiles de los negros), contar a una nutrida audiencia un tremebundo caso de un linchamiento en Waco (Texas) a un pobre negro (Jesse Washington) retrasado mental de 17 años, el 15 de mayo de 1916, acusado por una turba de violación a una mujer blanca (Lucy Fryer, esto cruzado con una ceremonia de iniciación al KKK (ataviados con las túnicas y los capirotes en las manos), de Ron Stallworth (en realidad Flip), siendo el maestro de ceremonias David Duke, líder del Klan, da un discurso; En el clímax del montaje Turner habla que uno de los motivos que alentó a estos blancos a hacer esto fue una película, “El Nacimiento de una Nación”, estrenada un año antes y que hizo resurgir al Klan; Entonces en un paralelismo nada sutil vemos como zenit de la reunión del KKK proyectan el referido film, y los espectadores hierven de rabia contra los negros ante la muy racista película.
Resto es una buddy-movie sin chispa alguna, intenta tener alguna dimensión haciendo al blanco (avatar de Ron) que sea judío, para que la mente de la infiltración sea negra y el cuerpo judío. Lo que odia el Klan, pero todo se siente metido con calzador, sin poder de emocionarte. Tirando de estereotipos como el policía racista, los palurdos racistas, la idiota esposa (delirante Ashlie Atkinson),… (sigue en spoiler)
Es una película que en su arritmia avanza atropellándose, discurriendo en un tono de humor que solo alcanza la ligereza que anula cualquier capacidad de sentir peligro, pero la sonrisa nunca aparece, pues los supuestos gags se quedan cosa de brocha gorda, lo del numerito estrella de reírse del líder del Klan porque por teléfono no sabe que su interlocutor es negro es propio de niños de parvularios. Y eso que el inicio hacía presagiar un buen metraje, con esas desconcertantes imágenes del film “Lo que el viento se llevó”, esto como reflejo de cómo Hollywood ha reflejado durante décadas con romanticismo y buenismo a un ejército racista, esto tendrá su contrapunto circular con el epílogo, con imágenes de archivo de las manifestaciones-enfrentamientos (cuasi-bélicos, cual Guerra Civil renacida) en Charlottesville (Virginia) en agosto del 2017, donde hubo atropellos con muertos contra los pro-derechos civiles, choque debido a las manifestaciones de supremacistas blancos que protestaban por la retirada de una estatua del general confederado Robert E. Lee. Esto en clara alusión de Spike a que la lucha no terminó en 1865, si no que más de siglo y medio después continúa. Esto azuzado por pirómanos como el presidente USA actual, Trump, que en su atávica mentalidad equipara a racistas con defensores de la libertad. Tras las imágenes de la estación de “lo que el viento…” pasamos a un fulgente discurso de Alec Baldwin en primer plano en b/n encarnando con vigor inusitado al supremacista Dr. Kenneth Beauregard (tras el la bandera de la Confederación).
Pero tras este radiante despegue la cinta cual suflé se desinfla en un film rutinario, donde intenta elevarse de modo remarcado y remasticado con discursos (el del líder afro Kwame) que intentan aleccionar y ser didácticos sobre como los negros eran oprimidos entonces y por ende aún continúan siéndolo, pero todo me suena a sobado, esto lo hizo mucho mejor Lee en “Malcolm X”, y con un actor mucho más carismático, esto me resulta sobado. Solo tiene un pico a la hora y media con el fascinante montaje en que por un lado vemos a Jerome Turner (activista pro-derechos civiles de los negros), contar a una nutrida audiencia un tremebundo caso de un linchamiento en Waco (Texas) a un pobre negro (Jesse Washington) retrasado mental de 17 años, el 15 de mayo de 1916, acusado por una turba de violación a una mujer blanca (Lucy Fryer, esto cruzado con una ceremonia de iniciación al KKK (ataviados con las túnicas y los capirotes en las manos), de Ron Stallworth (en realidad Flip), siendo el maestro de ceremonias David Duke, líder del Klan, da un discurso; En el clímax del montaje Turner habla que uno de los motivos que alentó a estos blancos a hacer esto fue una película, “El Nacimiento de una Nación”, estrenada un año antes y que hizo resurgir al Klan; Entonces en un paralelismo nada sutil vemos como zenit de la reunión del KKK proyectan el referido film, y los espectadores hierven de rabia contra los negros ante la muy racista película.
Resto es una buddy-movie sin chispa alguna, intenta tener alguna dimensión haciendo al blanco (avatar de Ron) que sea judío, para que la mente de la infiltración sea negra y el cuerpo judío. Lo que odia el Klan, pero todo se siente metido con calzador, sin poder de emocionarte. Tirando de estereotipos como el policía racista, los palurdos racistas, la idiota esposa (delirante Ashlie Atkinson),… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
… de uno de los cabecillas del KKK, pero entre el prólogo, hora y media al referido montaje Turner-Duke me hayo ante la nada, lo olvidable, y después, hasta el epílogo otro vacío de un supuesto increscendo tontorrón con slows y música enfatizarle que queda ridícula.
Esta es una cinta en la que Lee no espera que el espectador piense, le da todo cocinado y masticado, la complejidad y matices quedan lejos de la película, donde un negro se ríe de unos tarugos , que es como son pintados el KKK, lo cual les anula peligro amenazante, lo cual es un tiro en el pie. No hay orgánicamente fuerza incisiva, más bien un panfleto, de buenas intenciones, loable en su mensaje, pero como película espero algo más que un folleto con discursos sueltos mal armados guionísticamente. Donde los personajes son meras perchas sin fondo alguno, buenos muy buenos y malos muy tontos, sin arco de desarrollo, más lisos que los pechos de Keyra Knightley.
Resulta que todo el intríngulis es que un agente de policía negro se hace pasar por un racista supremacista blanco para comunicarse con el KKK, pero físicamente será un blanco el que se encuentre con los del Klan, y no notan los del capirote el cambio de voz? Y por otro lado, porque no es Flip el que llama y habla por teléfono con los “arios”? Pero es que Ron es un genio de espía infiltrado, les da su verdadero nombre? Luego da a los del KKK su número de teléfono, el que tiene en la comisaría de policía (¿?); Lee en su retorcimiento de la realidad pone retratos de la campaña electoral del republicano Nixon en las paredes del KKK, esto en contra de la verdad, pues David Duke (líder del KuKuxKlan) era demócrata entonces; Por cierto la historia real sucede en 1979, pero Spike la traslada a 1972.
El protagonista Ron Stallworth lo encarna John David Washington, hijo del mítico Denzel Washington, y que viene a demostrar que la actuación carismática de su progenitor aun no le ha llegado; Adam Driver poco puede hacer con un papel aséptico, siendo de expediente X que esté nominado al Oscar a mejor actor de reparto; Topher Grace es un error más de casting, nada creíble en un papel que debía destilar fuerza incendiaria y se parece más en su fragilidad a Bob Esponja; Jasper Pääkkönen como el violento supremacista Felix Kendrickson queda guiñolesco en su estereotipo; Ashlie Atkinson da el cariz de la ama de casa que esconde una mentalidad reaccionaria sin perder sus señas de marujona, otra caricatura; Destacar en roles puntuales a un Alec Baldwin formidable en el prólogo, y a Harry Belafonte narrando tremulante el linchamiento.
Spoiler:
Se cierra con una de las imágenes más desafiantes de la carrera de Lee, una bandera estadounidense al revés que se desvanece en blanco y negro, símbolo de luto amenazante?
Que esta película tenga seis nominaciones a los Oscar solo puede hablar o de miedo a que tachen a la Academia de racista, o a que sea un mal año de cine, tan malo es imposible haya sido, me inclino por la primera opción. Y es que ha sido nominada nada menos que a los importantes (puaj!): Mejor película, Mejor director Spike Lee, Mejor actor de reparto (Adam Driver), Mejor guion adaptado (Spike Lee, David Rabinowitz, Kevin Wilmott, Charlie Wachtel), Mejor banda sonora Terence Blanchard, y Mejor montaje (Barry Alexander Brown).
En conjunto me queda un film ordinario, que en su función (la que quiere darle Spike) de remover mi conciencia a través de una historia orgánica me ha dejado frío, fuera del prólogo, epílogo y bloque mencionado del montaje Turner-Duke. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/02/blackkklansman-del-siempre-combativo.html
Esta es una cinta en la que Lee no espera que el espectador piense, le da todo cocinado y masticado, la complejidad y matices quedan lejos de la película, donde un negro se ríe de unos tarugos , que es como son pintados el KKK, lo cual les anula peligro amenazante, lo cual es un tiro en el pie. No hay orgánicamente fuerza incisiva, más bien un panfleto, de buenas intenciones, loable en su mensaje, pero como película espero algo más que un folleto con discursos sueltos mal armados guionísticamente. Donde los personajes son meras perchas sin fondo alguno, buenos muy buenos y malos muy tontos, sin arco de desarrollo, más lisos que los pechos de Keyra Knightley.
Resulta que todo el intríngulis es que un agente de policía negro se hace pasar por un racista supremacista blanco para comunicarse con el KKK, pero físicamente será un blanco el que se encuentre con los del Klan, y no notan los del capirote el cambio de voz? Y por otro lado, porque no es Flip el que llama y habla por teléfono con los “arios”? Pero es que Ron es un genio de espía infiltrado, les da su verdadero nombre? Luego da a los del KKK su número de teléfono, el que tiene en la comisaría de policía (¿?); Lee en su retorcimiento de la realidad pone retratos de la campaña electoral del republicano Nixon en las paredes del KKK, esto en contra de la verdad, pues David Duke (líder del KuKuxKlan) era demócrata entonces; Por cierto la historia real sucede en 1979, pero Spike la traslada a 1972.
El protagonista Ron Stallworth lo encarna John David Washington, hijo del mítico Denzel Washington, y que viene a demostrar que la actuación carismática de su progenitor aun no le ha llegado; Adam Driver poco puede hacer con un papel aséptico, siendo de expediente X que esté nominado al Oscar a mejor actor de reparto; Topher Grace es un error más de casting, nada creíble en un papel que debía destilar fuerza incendiaria y se parece más en su fragilidad a Bob Esponja; Jasper Pääkkönen como el violento supremacista Felix Kendrickson queda guiñolesco en su estereotipo; Ashlie Atkinson da el cariz de la ama de casa que esconde una mentalidad reaccionaria sin perder sus señas de marujona, otra caricatura; Destacar en roles puntuales a un Alec Baldwin formidable en el prólogo, y a Harry Belafonte narrando tremulante el linchamiento.
Spoiler:
Se cierra con una de las imágenes más desafiantes de la carrera de Lee, una bandera estadounidense al revés que se desvanece en blanco y negro, símbolo de luto amenazante?
Que esta película tenga seis nominaciones a los Oscar solo puede hablar o de miedo a que tachen a la Academia de racista, o a que sea un mal año de cine, tan malo es imposible haya sido, me inclino por la primera opción. Y es que ha sido nominada nada menos que a los importantes (puaj!): Mejor película, Mejor director Spike Lee, Mejor actor de reparto (Adam Driver), Mejor guion adaptado (Spike Lee, David Rabinowitz, Kevin Wilmott, Charlie Wachtel), Mejor banda sonora Terence Blanchard, y Mejor montaje (Barry Alexander Brown).
En conjunto me queda un film ordinario, que en su función (la que quiere darle Spike) de remover mi conciencia a través de una historia orgánica me ha dejado frío, fuera del prólogo, epílogo y bloque mencionado del montaje Turner-Duke. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/02/blackkklansman-del-siempre-combativo.html