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Voto de TOM REGAN:
7
6,4
21.055
Acción. Thriller
John Wick (Keanu Reeves) regresa a la acción, solo que esta vez con una recompensa de 14 millones de dólares sobre su cabeza y con un ejército de mercenarios intentando darle caza. Tras asesinar a uno de los miembros del gremio de asesinos al que pertenecía, Wick es expulsado de la organización, pasando a convertirse en el centro de atención de multitud de asesinos a sueldo que esperan detrás de cada esquina para tratar de deshacerse de él. (FILMAFFINITY) [+]
26 de agosto de 2019
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
135/12/17/08/19) Tercera entrega (tras “John Wick” de 2014, y “John Wick: Capítulo 2” de 2017) de las aventuras letales de uno de los (YA!) Iconos del cine de acción, John Wick encarnado por un Titánico Keanu Reeves (con secundarios de lujo), el tipo que comenzó un genocidio de sicarios por que le robaron el coche y mataron a su perro. Dirigida por Chad Stahelski y escrita por Derek Kolstad, Shay Hatten, Chris Collins y Marc Abrams, basada en una historia de Kolstad. Film que va de más a menos, con una primera media hora Homérica, de lo mejor que ha parido el cine del género del SXXI, solo comparable a “Mad Max: Fury on the road”, un aquelarre imaginativo arrollador, pero tiene un desarrollo en que va perdiendo fuelle hasta un rush final en el que a pesar de brillante visualmente termina por agotar al no estar además al nivel del mencionado primer tramo. Arrancando justo en el punto donde se quedó la anterior, sin introducción previa, aquí hay que venir con las anteriores vistas, in media res y comenzar el carrusel de golpizas, tiroteos, persecuciones, y muertes de todo tipo, con John una hora antes de ser excomulgado del gremio de asesinos y una recompensa de $ 14 millones por su cabeza cortesía de la todopoderosa High Table. (Mató a un hombre en el terreno sagrado del Hotel Continental, lo cual es Tabú). Según Reeves, el título de la película fue tomado de la famosa cita militar romana del siglo IV "Si vis pacem, para bellum", que significa: "Si quieres la paz, prepárate para la guerra". Una secuela, “John Wick: Capítulo 4”, está en desarrollo y se lanzará el 21 de mayo de 2021. Una trilogía que hasta a hora en su superficie trataba en la primera sobre la Venganza, la segunda sobre la traición, y esta tercera es sobre la supervivencia. Donde los referentes pulp de los que bebe son múltiples, pasando por un filtro que la hace genuina, influenciada por obras como la “Operación Dragón” protagonizada por Bruce Lee por lo de las peleas en zonas acristaladas, que a su vez eran un tributo a la cinta de Orson Welles “La Dama de Shanghái”, hay elementos Bond en los cambios de países y en el antagonista primero, emulo del Jaw de Richard Kiel, y hay mucho del film de John Boorman “A quemarropa”, en esa ansiada venganza por algo material, que en realidad esconde el orgullo y dignidad.
No hay pizca de introspección de los personajes, no hay desarrollo, se mueven por instintos básicos, supervivencia y venganza, lealtad traición, codicia y arrogancia, pintados en cuatro brochazos cual comic, eso sí, muy bien delineados. Pero es que el entre a ver esta película no esperará disquisiciones existenciales sobre el sentido de la vida, aquí es la acción pura y dura, por no haber, no hay ni el típico y plomizo romance de algunas cintas, aquí es un anti-héroe intentando sobrevivir a toda costa, es más de lo mismo pero aumentado, expandiendo el wickiverse, hablándonos esta vez de la High Table que domina este inframundo de mercenarios. Este es un producto única y exclusivamente pasarratos, cine escapista para olvidarte un rato de tus mundanales problemas y te sumerjas en un mundo idealizado, de una ligereza que lo hacen muy recomendable, pero nunca entraría en ningún top cinéfilo. Es un tour de forcé light, sin intensidad, pero con cautivadoras escenas. La sensación que me ha deja es de cierto desgaste en su tramo final, me ha dejado un tanto torcido el gesto en su pérdida de gas, plagiando en cierta medida el final de la segunda parte, no ha habido un clímax a la altura de la primera media hora. Su rush final se alarga demasiado, provoca en el espectador (o sea yo) cierto cansancio agotador, cayendo en la rutina de un John Wick arranca vidas cual funcionario pone sellos en las cartas.
Su media hora de arranque es Épica, Memorable, Apoteósica, primero John Wick de noche huyendo de todos lados en Manhattan mientras una horda de sicarios que salen de todos lados, le acosan: Hay tres secuencias sublimes, empezando por un duelo contra en una biblioteca un gigante, Ernest (el jugador serbio de baloncesto delos Dallas Mavericks Boban Marjanovic, de 2,21 m), en una claro emulo a al villano “Jaws” de la franquicia James Bond (en “The Spy Who Loved Me” de 1977, y “Moonraker”, de 1979), encarnado por otro enorme Richard Kiel (2,17 m), manteniendo los dos un enfrentamiento encarnizado donde los libros se convierten en armas, acabando todo en un trágala tremendo (un volumen de tapa dura de Cuentos populares rusos, de Alexánder Afanásiev); Tras una pequeña pausa con un doctor, otra pelea sensacional en una armería, donde los pasillos del lugar, junto con las vitrinas de los cuchillos como improvisación producen una carnicería contra decenas de malos apabullante; Sin parada alguna pasamos a una cuadra donde un caballo pasa a ser un poderosa arma letal, y esto se enlaza con una persecución de “yakuzas” con espadas en moto tras John a caballo por un puente, me han faltado los cohetes de satisfacción tras el éxtasis ante esta Memorable puerta de entrada.
Las peleas son deleite para el que disfrute de la acción purista, combinadas con el sonido hacen espectáculos visual cautivador para aficionados al género, con disparos en la cabeza de la que mana cual surtidor un chute de sangre, ello con dosis de humor negro, guiños paródicos en el modo que regodea en su “genocidio”; con gore hiperreal (el modo en que Wick atraviesa en primer plano un ojo de sicario con un puñal; o el masoquismo de John Wick al dejarse torturas) donde los enemigos brotan por todos lados en un aquelarre, sin fin, donde Wick debe pelear con varios de ellos en una especie de circo de tres pistas, ... (sigo en spoiler)
No hay pizca de introspección de los personajes, no hay desarrollo, se mueven por instintos básicos, supervivencia y venganza, lealtad traición, codicia y arrogancia, pintados en cuatro brochazos cual comic, eso sí, muy bien delineados. Pero es que el entre a ver esta película no esperará disquisiciones existenciales sobre el sentido de la vida, aquí es la acción pura y dura, por no haber, no hay ni el típico y plomizo romance de algunas cintas, aquí es un anti-héroe intentando sobrevivir a toda costa, es más de lo mismo pero aumentado, expandiendo el wickiverse, hablándonos esta vez de la High Table que domina este inframundo de mercenarios. Este es un producto única y exclusivamente pasarratos, cine escapista para olvidarte un rato de tus mundanales problemas y te sumerjas en un mundo idealizado, de una ligereza que lo hacen muy recomendable, pero nunca entraría en ningún top cinéfilo. Es un tour de forcé light, sin intensidad, pero con cautivadoras escenas. La sensación que me ha deja es de cierto desgaste en su tramo final, me ha dejado un tanto torcido el gesto en su pérdida de gas, plagiando en cierta medida el final de la segunda parte, no ha habido un clímax a la altura de la primera media hora. Su rush final se alarga demasiado, provoca en el espectador (o sea yo) cierto cansancio agotador, cayendo en la rutina de un John Wick arranca vidas cual funcionario pone sellos en las cartas.
Su media hora de arranque es Épica, Memorable, Apoteósica, primero John Wick de noche huyendo de todos lados en Manhattan mientras una horda de sicarios que salen de todos lados, le acosan: Hay tres secuencias sublimes, empezando por un duelo contra en una biblioteca un gigante, Ernest (el jugador serbio de baloncesto delos Dallas Mavericks Boban Marjanovic, de 2,21 m), en una claro emulo a al villano “Jaws” de la franquicia James Bond (en “The Spy Who Loved Me” de 1977, y “Moonraker”, de 1979), encarnado por otro enorme Richard Kiel (2,17 m), manteniendo los dos un enfrentamiento encarnizado donde los libros se convierten en armas, acabando todo en un trágala tremendo (un volumen de tapa dura de Cuentos populares rusos, de Alexánder Afanásiev); Tras una pequeña pausa con un doctor, otra pelea sensacional en una armería, donde los pasillos del lugar, junto con las vitrinas de los cuchillos como improvisación producen una carnicería contra decenas de malos apabullante; Sin parada alguna pasamos a una cuadra donde un caballo pasa a ser un poderosa arma letal, y esto se enlaza con una persecución de “yakuzas” con espadas en moto tras John a caballo por un puente, me han faltado los cohetes de satisfacción tras el éxtasis ante esta Memorable puerta de entrada.
Las peleas son deleite para el que disfrute de la acción purista, combinadas con el sonido hacen espectáculos visual cautivador para aficionados al género, con disparos en la cabeza de la que mana cual surtidor un chute de sangre, ello con dosis de humor negro, guiños paródicos en el modo que regodea en su “genocidio”; con gore hiperreal (el modo en que Wick atraviesa en primer plano un ojo de sicario con un puñal; o el masoquismo de John Wick al dejarse torturas) donde los enemigos brotan por todos lados en un aquelarre, sin fin, donde Wick debe pelear con varios de ellos en una especie de circo de tres pistas, ... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
… debe mantener equilibrio para poder acabar con todos mientras a unos los hiere, a otros acribilla y vuelve a los heridos para rematarlos, no hace prisioneros. Ello con modo de rodar extraordinaria atrapándote, con planos generales, con pocos cortes, con poca cámara en mano que muchas veces marea, con lo que todo es diáfano a la vista.
Puesta en escena sobresaliente en su función dramática de trasladar sensaciones y removerte, empezando por el gran diseño de producción de Kevin Kavanaugh (“El Caballero oscuro”), llevándonos a NYC , Montreal, Marruecos (Casablanca; Essaouira), y en Sahara Occidental, componiendo escenarios imaginativos como ese palacio de cristal; Esto potenciado por la exclente cinematografía del danés Dan Laustsen (“La forma del agua”)siendo fundamental para las escenas de acción sin cortes, adaptándose de modo fenomenal a las luchas, con esas bellas tomas nocturnas de NYC bañadas de semioscuridad y de luces fluorescentes, adornado esto por la fina lluvia, o en esas complicadas tomas en los enfrentamientos en lugares rebosantes de vidrio, o esa asfixiante escena rodada bajo el agua, con disparos en slow, jugando con los cromatismos de forma sugestiva en una gran labor; La electrizante música es obra de Tyler Bates (“Deadpool 2”), y Joel J. Richard (“John Wick” ), adaptándose como guante a mano a la acción, pero sin trascender. Llamando la atención el uso de la música clásica para algunos tramos, de Pyotr Ilyich Tchaikovsky, Søren Bebe, Giordana Trivellato, Edvard Grieg, o Antonio Vivaldi.
Keanu Reeves ha creado con su estoica encarnación el rol por el que debería recordarse, cual Schwarzenegger ha nacido para Terminator, el actor libanés sea amolda al pétreo John Wick, por encima del místico Neo de Matrix, le adorna con laconismo, hieratismo, un taciturno que solo ansía huir hacia adelante, eso sí para ello deberá dejar un sinfín de cadáveres por el camino, para ello su poderosa fisicidad se ajusta maravillosamente a las vibrantes coreografías: Tipo hermético y taciturno, del que apenas sabemos, nada, nos llegan pequeñas reseñas, pero es el espectador el que tiene que rellenar con su imaginación los huecos que nos dejan las medias palabras, otorgándole esto un misterio que lo eleva como figura cuasi-sobre-natural. Rol de leyenda.
Entre los secundarios destacan los marciales Ian McShane y Lance Reddick provenientes de las dos anteriores como encargados del Continental de NYC, esta vez con el segundo entrando en acción; Laurence Fishburne Laurence como Rey Bowery, con menos poso que en la anterior, apunta a más para la siguiente entrega; Jerome Flynn (eterno Bronn de GOT) como Berrada, gerifalte cínico de la High Table, deja su impronta de pícaro; Asia Kate Dillon da vida a un nuevo personaje “The Adjudicator”, hace cumplir reglas de la Mesa Alta con eficiencia similar, en un rol demasiado frío, apunta a más de lo que da al final; Anjelica Huston sentando cátedra con carisma en su rol enigmático de The Director, instructora de ballet que debe un favor a John Wick; Mark Dacascos como el mordaz sicario Zero, chef de sushi, líder de un ejército ninja (en el que están los stuntman Cecep Arif Rahman y Yayan Ruhian de la saga indonesia “The Raid”) films de acción), demuestra grandes dotes para los combates (algo ya resabido), pero par a mi gusto dista de los antagonista Common y Ruby Rose; Pero la que más huella deja (tras John Wick por supuesto) es Halle Berry como la adusta e irascible Sofía interpretado por Halle Berry, en un rol que apunta a spin-off, combinando introspección en sus ententes con Wick, dejando un halo de misterio en su relación, y sobre todo arrolladora en las escenas de acción apoyada por su pastores belgas Malinois.
En conjunto me queda, un film bueno, con algo de fatigoso en su tramo final que le impide elevarse por encima de la segunda parte. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/08/john-wick-3.html
Puesta en escena sobresaliente en su función dramática de trasladar sensaciones y removerte, empezando por el gran diseño de producción de Kevin Kavanaugh (“El Caballero oscuro”), llevándonos a NYC , Montreal, Marruecos (Casablanca; Essaouira), y en Sahara Occidental, componiendo escenarios imaginativos como ese palacio de cristal; Esto potenciado por la exclente cinematografía del danés Dan Laustsen (“La forma del agua”)siendo fundamental para las escenas de acción sin cortes, adaptándose de modo fenomenal a las luchas, con esas bellas tomas nocturnas de NYC bañadas de semioscuridad y de luces fluorescentes, adornado esto por la fina lluvia, o en esas complicadas tomas en los enfrentamientos en lugares rebosantes de vidrio, o esa asfixiante escena rodada bajo el agua, con disparos en slow, jugando con los cromatismos de forma sugestiva en una gran labor; La electrizante música es obra de Tyler Bates (“Deadpool 2”), y Joel J. Richard (“John Wick” ), adaptándose como guante a mano a la acción, pero sin trascender. Llamando la atención el uso de la música clásica para algunos tramos, de Pyotr Ilyich Tchaikovsky, Søren Bebe, Giordana Trivellato, Edvard Grieg, o Antonio Vivaldi.
Keanu Reeves ha creado con su estoica encarnación el rol por el que debería recordarse, cual Schwarzenegger ha nacido para Terminator, el actor libanés sea amolda al pétreo John Wick, por encima del místico Neo de Matrix, le adorna con laconismo, hieratismo, un taciturno que solo ansía huir hacia adelante, eso sí para ello deberá dejar un sinfín de cadáveres por el camino, para ello su poderosa fisicidad se ajusta maravillosamente a las vibrantes coreografías: Tipo hermético y taciturno, del que apenas sabemos, nada, nos llegan pequeñas reseñas, pero es el espectador el que tiene que rellenar con su imaginación los huecos que nos dejan las medias palabras, otorgándole esto un misterio que lo eleva como figura cuasi-sobre-natural. Rol de leyenda.
Entre los secundarios destacan los marciales Ian McShane y Lance Reddick provenientes de las dos anteriores como encargados del Continental de NYC, esta vez con el segundo entrando en acción; Laurence Fishburne Laurence como Rey Bowery, con menos poso que en la anterior, apunta a más para la siguiente entrega; Jerome Flynn (eterno Bronn de GOT) como Berrada, gerifalte cínico de la High Table, deja su impronta de pícaro; Asia Kate Dillon da vida a un nuevo personaje “The Adjudicator”, hace cumplir reglas de la Mesa Alta con eficiencia similar, en un rol demasiado frío, apunta a más de lo que da al final; Anjelica Huston sentando cátedra con carisma en su rol enigmático de The Director, instructora de ballet que debe un favor a John Wick; Mark Dacascos como el mordaz sicario Zero, chef de sushi, líder de un ejército ninja (en el que están los stuntman Cecep Arif Rahman y Yayan Ruhian de la saga indonesia “The Raid”) films de acción), demuestra grandes dotes para los combates (algo ya resabido), pero par a mi gusto dista de los antagonista Common y Ruby Rose; Pero la que más huella deja (tras John Wick por supuesto) es Halle Berry como la adusta e irascible Sofía interpretado por Halle Berry, en un rol que apunta a spin-off, combinando introspección en sus ententes con Wick, dejando un halo de misterio en su relación, y sobre todo arrolladora en las escenas de acción apoyada por su pastores belgas Malinois.
En conjunto me queda, un film bueno, con algo de fatigoso en su tramo final que le impide elevarse por encima de la segunda parte. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/08/john-wick-3.html