47/01(01/03/12) La NBC nos regaló este notable homenaje al comic de superhéroes y villanos, donde la fantasía se desborda. Terminada la cuarta temporada y última, que es el cuarto y quinto volumen de esta inconclusa serie haga mi crítica. Hacer una diatriba de una serie de varias temporadas es injusto en la mayoría de ocasiones, pues cada una de las sesiones suele ser distinto al otro, en este caso el nivel magnífico de la primera se vio enmarranado por el de la segunda, debido a la puñetera huelga de guionistas, pero la tercera y cuarta nos redimen, no a las cotas de la inicial pero si ante una obra muy apreciable, de transmisión de valores, poliédrica y muy entretenida. Es una especie de versión bastarda de los X-Men, cuenta las odiseas de un grupo de personas disgregado por el mundo, sin vinculo alguno aparente, de buenas a primeras descubren que poseen poderes sobrehumanos, desde volar, megafuerza, inmortabilidad, viajar en el tiempo y espacio, leer mentes, telequinesia, predecir el futuro, supervelocidad y más y más. Todos ellos anhelan el anonimato y la normalidad para ser conejillos de indias, pero una poderosa organización, ‘La Compañía’, intenta capturarlos a todos para recluirlos y que no hagan daño a nadie, con el pretexto de que no todos son buenos, entre ellos hay uno que es el malo de los malos en la serie, el carismático Sylar (gran Zachary Quinto), su cinismo, sarcasmo, nihilismo y sed de poder nos fascina. Es una historia coral donde cada personaje tiene sus minutos de gloria, estos están dibujados de un modo notable, transmiten empatía, nos resulta sencillo engancharnos a sus tramas, muy trabajadas, con un trasfondo filosófico encomiable <Todos llevamos dentro a un Héroe, aunque no tengamos superpoderes>, así como que no siempre está claro como se hace el bien, no todo es blanco o negro, a veces los héroes se equivocan en su bondad. Es este un producto fresco con un ritmo muy fluido, que va saltando de un héroe a otro, sintiéndote uno de ellos, tocándote lo que les pasa. La puesta en escena es sencillamente prodigiosa, la oda al comic es sobresaliente, no en vano uno de los asesores y productor ejecutivo es Jeph Loeb, guionista de algunas historias de superhéroes famosos como Batman, Superman, Spiderman o Hulk y se nota el espíritu que posee la obra, con una fotografía que bebe del cartoon y unos efectos especiales muy brillantes, con escenas de acción rodadas con brio e imaginación, sin olvidarnos de una banda sonora cuasi-mística, salpicada de temas pop que encajan muy bien. (Continua en spoiler sin spoilers)