Media votos
6,5
Votos
5.717
Críticas
5.217
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
6
6,1
1.600
Serie de TV. Comedia. Drama. Intriga. Thriller
Miniserie de TV (2018). 6 episodios. Félix, después de varios días de esperar noticias de una mujer que ha conocido, decide intentar encontrarla. Se da cuenta de que en el fondo la conoce muy poco. Apenas sabe donde vive y menos donde trabaja. Comparte con un amigo suyo periodista el misterio, pero este apenas le cree y escucha con incredulidad el relato de esta mujer de la que hasta ahora nada sabía. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
117/21(27/05/18) Sugerente serie española creada por el barcelonés Cesc Gay para el canal Movistar, seis bonitos episodios (concebida como temporada única) en formato thriller, con sugestivas dosis de humor y romanticismo, teniendo entre sus puntos fuertes su enmarcación natural el hermoso país de los Pirineos, Andorra, sacando esplendor la fotografía de su geografía abrupta y nevada; suma su excelente protagonista, el argentino Leonardo Sbaraglia, dos secundarios brillantes, el pujante Pedro Casablanc y el desconocido fuera de Cataluña, Pere Arquillué, apoteósico alivio cómico, un disfuncional anti-sistema, creando un tipo excéntrico que merecería por sí un spin-off; una banda sonora formidable …; así como se añade un argumento intrigante, al que en su debe se estira demasiado, habiendo demasiado relleno en su centro. Y es que su trama procedimental resulta demasiado esquemática, parece un McGuffin para presentarnos a este enamorado de una noche de pasión que ha perdido a la que cree su medio rollito de primavera, tipo peculiar, desprende inocencia, y junto a él mostrar a otros seres singulares. Pues lo de las mafias chinas, el paraíso fiscal andorrano, los espías franceses y españoles, policías corruptos, políticos “pragmáticos”, y más elementos típicos son tratados en modo estereotipado.
La serie no esconde su referente mayor desde antes de sus créditos iníciales, con esa sobre-impresionado enunciado, un calco de él de el film (y por ende la serie) “Fargo” (1996) de los Coen, ello por el espacio natural donde acontece la historia casi por completo, Andorra, con sus paisajes blanco-nevados, se acicala con personajes disfuncionales, humor negro seco, y se pone un poco recursos de cine negro y tienes “Félix”. También se puede ver al protagonista como un pseudo-rol hitchcockiano, un hombre que por casualidad se ve envuelto en una historia de poderes ocultos, donde el peligro letal es constante (“El hombre que sabía demasiado”, “39 escalones”, “Con la muerte en los talones”, y más)
Es una serie que desde el inicio se nos muestra como una comedia ligera con el telón de fondo de una trama criminal, con elementos de suspense e intriga policial, siendo su tono humorístico de media sonrisa, sorprendiendo al espectador por la franqueza (cándida) del protagonista, cruzándose en sus (amateur) pesquisas con todo tipo de personas con las que se juega a que no sepamos de que pata cojean, con lo que el estado zozobra es manejado con eficiencia. Ello desarrollando un peculiar relato romántico, singular porque una mitad de la pareja queda fuera de foco desde el principio, con lo que deben ser las acciones de Félix el que emita al espectador un estado amor incondicional por alguien que no hemos visto con él, para lo que Cesc Gay con seguridad en lo que cuenta y tratando al público de adulto no recurre a los facilones flash-back. EL relato discurre en medio de situaciones que combinan orgánicamente lo romántico, lo policial, lo humorístico, la loa a la amistad, con diálogos inteligentes, componiendo tramos de tensión e intensidad bien medida, sin caer en la caricatura, añadiendo sabrosas dosis oníricas.
Leonardo Sbaraglia compone a un anti-héroe atípico, lejos de ser un rudo o arrojado personaje, se nos muestra como un Félix como un tipo enternecedor, ya cuando lo vemos por primera vez en una reunión con varias mujeres queda clara su noble carácter, con bondad, idealismo, una visión buenist6a del mundo que a medida que avanzan sus investigaciones se va volviendo más sombrío, un Félix con el que es muy fácil empatizar: El actor lleva todo el peso de la serie, siempre en escena, lo soporta con gracia, es una especie de Quijote que lucha contra los Gigantes, maravillosa composición que dota de un lenguaje físico y de gestualidad propio, excelente; El gran hallazgo de la serie es un Pere Arquillué arrollador como Óscar el fiel y extrovertido amigo de Félix, impulsivo, sin filtro, leal, carismático, de una jocosidad natural sublime. Espero verlo más a menudo bien en cine o tele; Pedro Casablanc demuestra una vez más su temple y fuerza actoral sin apenas mover una pestaña, es un intérprete de raza que encarna con brillantez tipos complejos y ambiguos, pero con elegancia en sus maneras; Ginés García Millán como Mario, el amigo policía de Félix, lo encarna con hieratismo, cumple; Mi Hoa Lee como Julia, el anhelo amoroso de Félix, en su debut en cine me queda forzada y poco creíble, aparte me queda su rostro andrógino que me choca de frente contra el flechazo de Félix.
En el debe de la serie está entre otros elementos, que Andorra se desaprovecha como escenario singular de sus gentes, es un mero fondo al que solo se le echa mano para mostrar bellas estampas nevadas, y es que al terminar de ver la serie no habría diferencia si la hubieran filmado en Perpignan o en Oporto; También aun siendo pocos sus episodios terminan por hacerse demasiados, pues tras el hermoso y muy onírico final del cuarto episodio la serie parece languidecer, levantando la cabeza en esporádicos momentos, hasta estirarse en exceso hasta desembocar en un final regularmente trabajado, no te mueve emocionalmente (por lo menos a mí) como debiera, como por ejemplo lo hizo el mencionado final del cuarto capítulo, como si el punch poético, el fuelle se agota y se desinfla, bajando el ritmo, con el añadido torpón de hacer desaparecer al gran Pere Arquillué, el humor es anulado, dejándote un tanto de bajón.
La serie no esconde su referente mayor desde antes de sus créditos iníciales, con esa sobre-impresionado enunciado, un calco de él de el film (y por ende la serie) “Fargo” (1996) de los Coen, ello por el espacio natural donde acontece la historia casi por completo, Andorra, con sus paisajes blanco-nevados, se acicala con personajes disfuncionales, humor negro seco, y se pone un poco recursos de cine negro y tienes “Félix”. También se puede ver al protagonista como un pseudo-rol hitchcockiano, un hombre que por casualidad se ve envuelto en una historia de poderes ocultos, donde el peligro letal es constante (“El hombre que sabía demasiado”, “39 escalones”, “Con la muerte en los talones”, y más)
Es una serie que desde el inicio se nos muestra como una comedia ligera con el telón de fondo de una trama criminal, con elementos de suspense e intriga policial, siendo su tono humorístico de media sonrisa, sorprendiendo al espectador por la franqueza (cándida) del protagonista, cruzándose en sus (amateur) pesquisas con todo tipo de personas con las que se juega a que no sepamos de que pata cojean, con lo que el estado zozobra es manejado con eficiencia. Ello desarrollando un peculiar relato romántico, singular porque una mitad de la pareja queda fuera de foco desde el principio, con lo que deben ser las acciones de Félix el que emita al espectador un estado amor incondicional por alguien que no hemos visto con él, para lo que Cesc Gay con seguridad en lo que cuenta y tratando al público de adulto no recurre a los facilones flash-back. EL relato discurre en medio de situaciones que combinan orgánicamente lo romántico, lo policial, lo humorístico, la loa a la amistad, con diálogos inteligentes, componiendo tramos de tensión e intensidad bien medida, sin caer en la caricatura, añadiendo sabrosas dosis oníricas.
Leonardo Sbaraglia compone a un anti-héroe atípico, lejos de ser un rudo o arrojado personaje, se nos muestra como un Félix como un tipo enternecedor, ya cuando lo vemos por primera vez en una reunión con varias mujeres queda clara su noble carácter, con bondad, idealismo, una visión buenist6a del mundo que a medida que avanzan sus investigaciones se va volviendo más sombrío, un Félix con el que es muy fácil empatizar: El actor lleva todo el peso de la serie, siempre en escena, lo soporta con gracia, es una especie de Quijote que lucha contra los Gigantes, maravillosa composición que dota de un lenguaje físico y de gestualidad propio, excelente; El gran hallazgo de la serie es un Pere Arquillué arrollador como Óscar el fiel y extrovertido amigo de Félix, impulsivo, sin filtro, leal, carismático, de una jocosidad natural sublime. Espero verlo más a menudo bien en cine o tele; Pedro Casablanc demuestra una vez más su temple y fuerza actoral sin apenas mover una pestaña, es un intérprete de raza que encarna con brillantez tipos complejos y ambiguos, pero con elegancia en sus maneras; Ginés García Millán como Mario, el amigo policía de Félix, lo encarna con hieratismo, cumple; Mi Hoa Lee como Julia, el anhelo amoroso de Félix, en su debut en cine me queda forzada y poco creíble, aparte me queda su rostro andrógino que me choca de frente contra el flechazo de Félix.
En el debe de la serie está entre otros elementos, que Andorra se desaprovecha como escenario singular de sus gentes, es un mero fondo al que solo se le echa mano para mostrar bellas estampas nevadas, y es que al terminar de ver la serie no habría diferencia si la hubieran filmado en Perpignan o en Oporto; También aun siendo pocos sus episodios terminan por hacerse demasiados, pues tras el hermoso y muy onírico final del cuarto episodio la serie parece languidecer, levantando la cabeza en esporádicos momentos, hasta estirarse en exceso hasta desembocar en un final regularmente trabajado, no te mueve emocionalmente (por lo menos a mí) como debiera, como por ejemplo lo hizo el mencionado final del cuarto capítulo, como si el punch poético, el fuelle se agota y se desinfla, bajando el ritmo, con el añadido torpón de hacer desaparecer al gran Pere Arquillué, el humor es anulado, dejándote un tanto de bajón.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La puesta en escena es uno de los fuertes muy bien manejados por Gay para infundir un estado de ánimo cuasi-bucólico en varios tramos, diseño de producción de Irene Montcada (“El gran Vázquez” o “Truman”), rodando mayormente en la bella Andorra, deleitándose la cinematografía de Andreu Rebés (“Truman” o “Frágiles”) en planos deliciosos del país pirenaico, tomas aéreos de los bosques y los parajes nevados, cruzadas por las sinuosas carreteras, creando un halo de serenidad turbadora que acuna un relato con muchas muertes, lástima que el marco geosocial al final se torne en algo exótico carente de más significado que el de dar lustre original al entorno, aunque estos lares blancos de cuento de hadas sirven para el momento mágico final del cuarto episodio, cúspide de la serie; En el apartado musical destaca sobremanera el uso del tema de Bill Withers “Ain’t no Sunshine” y la versión de Kristie Stubbe que hace de tema principal de la serie, ello con varias versiones de la misma que otorgan una uniformidad sensible cuando arranca a sonar, infundiendo un aire cuasi-mágico, cuando en sus diferentes arreglos se adapta al tono dramático del momento.
Un desmentido: que los personajes de Leo Sbaraglia y Pere Arquillué, vecinos y amigos pese a sus caracteres opuestos, se llamen Félix y Óscar es puro azar. "Claro que he visto 'La extraña pareja', pero, aunque haya quien no me crea, jamás fui consciente de que coincidían los nombres. Una casualidad, lo juro. Es más, se llaman así porque me remiten a dos personas a las que hace mucho que no veo, y que fueron mi modelo al escribir los personajes", dice Cesc Gay.
En conjunto me queda una serie apreciable (con algunos desequilibrios), pero que pierde fuelle partir del cuarto episodio, estirándose y perdiendo la intensidad ganada. Fuerza y honor!!!
Un desmentido: que los personajes de Leo Sbaraglia y Pere Arquillué, vecinos y amigos pese a sus caracteres opuestos, se llamen Félix y Óscar es puro azar. "Claro que he visto 'La extraña pareja', pero, aunque haya quien no me crea, jamás fui consciente de que coincidían los nombres. Una casualidad, lo juro. Es más, se llaman así porque me remiten a dos personas a las que hace mucho que no veo, y que fueron mi modelo al escribir los personajes", dice Cesc Gay.
En conjunto me queda una serie apreciable (con algunos desequilibrios), pero que pierde fuelle partir del cuarto episodio, estirándose y perdiendo la intensidad ganada. Fuerza y honor!!!