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Voto de TOM REGAN:
6
7,2
8.543
Intriga. Drama. Cine negro
Manny es un músico de jazz que vive apaciblemente en Nueva York con su esposa Rose y sus dos hijos pequeños. En una aseguradora, una empleada lo confunde con un ladrón que había robado allí unos días antes y lo denuncia a la policía. Comienza entonces para él una angustiosa pesadilla: es detenido y acusado de una serie de hurtos perpetrados en el barrio. Lo terrible es que todos los testigos y las pruebas caligráficas corroboran su ... [+]
25 de abril de 2021
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
135/22/25/04/21) Interesante drama criminal dirigido por Alfred Hitchcock, una rara avis en su filmografía, pues es casi un docudrama en sus ansias de cine verité, de cronista periodístico con esta adaptación de una adaptando historia real de un hombre inocente acusado de un crimen (no se deja margen a la ambigüedad), como se describe en el libro “La verdadera historia de Christopher Emmanuel Balestrero” de Maxwell Anderson y en el artículo de la revista "A Case of Identity", fue publicado en la revista Life en junio de 1953 por Herbert Brean, rodándose en los lugares donde acontecieron los hechos, siendo protagonizada por un comedido Henry Fonda en el rol protagónico, al que lo veo demasiado flemático, no parece tener sangre en las venas, muy pasivo, siempre con un rostro lastimoso. Su esposa la encarna Vera Miles en un papel al que le saca chicha. Toma varios de los mantras del cineasta londinense como es abordar los infortunios de un hombre común acusado erróneamente de algo y obligado a demostrar su inocencia (“39 escalones”, “Sabotaje” o “North By. Noroeste”, son prueba de ello), esto quizás proveniente del ya famoso episodio en que de niño su madre lo llevó a la comisaria para que lo encerraran un rato en una celda como castigo. Pero en este caso lo desarrolla de modo crudo, sin su sardónico humor, sin apenas concesiones estéticas, todo muy ascético, cual reportaje de informativo, también toca los problemas mentales que se producen tras traumas de calado (“Spellbound”, “Marnie”, o “Pyscho” son ejemplo de esto).
Christopher Emanuel "Manny" Balestrero (Henry Fonda), un músico con mala suerte en el Stork Club de la ciudad de Nueva York, necesita $ 300 para el trabajo dental de su esposa Rose (Vera Miles). Cuando visita la oficina de una compañía de seguros de vida para pedir dinero prestado contra la póliza de Rose, el personal lo confunde con un hombre que los había atracado dos veces. Es interrogado por la policía, y le dice que están buscando a un hombre que había robado a la compañía de seguros y otros negocios y que podría ser su hombre. El abogado Frank O'Connor (Anthony Quayle) se propone será su leguleyo defensor.
La clásica aparición de Hitchcock en esta ocasión se hace de modo diáfano, cual si estuviera en uno de los prólogos de su mítica serie “Alfred Hitchcock presenta” (aunque también aparecía como cliente de un banco, pero lo eliminó en la edición), lo hace cual sombra alargada en medio de una calle nocturna para decirnos que lo que vamos a ver es un relato real, me resulta un poco pedante por su parte, pues historias reales se han contado muchísimas a lo largo de la historia y con más enjundia que este. Pues al fin y a al cabo el delito del ladrón al que buscan es por robar unos pocos dólares, nunca causó daño a nadie, y jamás se le vio arma alguna (seguramente era fingido que llevaba una en el bolsillo). Por lo que tampoco es que la acusación sea algo grandioso.
La primera parte de la cinta se atiene a una clásica presentación de personajes, exponiendo a un matrimonio humilde con dos hijos, con problemas económicos con una simple extracción de muela del juicio, vemos el cariño que se profesan en este hogar. Para en la segunda parte ser el fuerte de la película, mostrando con aspereza la odisea de este hombre en su descenso a los infiernos kafkianos de ser acusado de algo que no has hecho, mientras el azar parece conspirar para ir en su contra. Prácticamente la fuerza dramática está en esas 24 horas desde que el protagonista es detenido por la noche, como es arrollado en una espiral que lo va engullendo, desde los humillantes paseíllos por las tiendas, la rueda de sospechosos, el interrogatorio, ese desgarrador plano de la toma de huellas dactilares, como lo enjaulan en el calabozo, el viaje en furgón policial esposado a otro acusado, la primera vista judicial, como es llevado a la cárcel esposado a otro, toda una odisea febril que nos hace sentir AH en primer plano a través de Manny, la angustia de alguien que no entiende nada, ello reflejado en cómo observa desorientado la celda, el camastro, los barrotes, el lavabo, todo en penumbra.
Tras este tramo el ritmo cae bastante para embarcarnos en como el matrimonio Balestrero busca a gente que de coartada para Manny, pero esto resulta un tanto artificioso, pues supongo que este trabajo deberían haberlo hecho la policía, y es que esta no vemos que en momento alguno le pregunte donde estaba en el momento de los robos (¿?). Esta parte solo es atractiva por ver los daños colaterales de la situación, me refiero a la caída mental de la esposa por la presión a que son sometidos, ello expresado de modo sensacional por Vera Miles, sentimos su desvarío psíquico.
La última parte se dedica al juicio, algo bastante débil dramáticamente, terminando cuasi-antes de empezar, para desembocar en el rush del clímax donde entran de lleno las convicciones religiosas hitchcockianas, ya vislumbradas desde que vemos que entre las pertenencias que lleva encima Manny está un Rosario. Visualizado con vigor cuando Manny desesperado reza para que su ‘problema’ se solucione, ello lo vemos en primer plano, entonces vemos a alguien en la noche caminar por la calle, este se acerca al primer plano, donde sobre impresionada está la cara de Manny, hasta que las dos faces se funden solapándose, siendo similares, y sabemos que este es el verdadero ladrón.
En la puesta en escena lo mejor es la cinematografía de Robert Burks (“La ventana indiscreta” o “Vértigo”), filmando en glorioso b/n, en marcados contrastes grisáceos, jugando con el expresionismo de las sombras, de la escasa luz, creando por momentos sensación de asfixia, con planos holandeses, hay tomas subjetivas que nos ponen en la piel del desgraciado Manny, tomas detallistas que elevan las emociones como las manos manchadas de tinta, las esposas, o la cerradura de la celda.
Christopher Emanuel "Manny" Balestrero (Henry Fonda), un músico con mala suerte en el Stork Club de la ciudad de Nueva York, necesita $ 300 para el trabajo dental de su esposa Rose (Vera Miles). Cuando visita la oficina de una compañía de seguros de vida para pedir dinero prestado contra la póliza de Rose, el personal lo confunde con un hombre que los había atracado dos veces. Es interrogado por la policía, y le dice que están buscando a un hombre que había robado a la compañía de seguros y otros negocios y que podría ser su hombre. El abogado Frank O'Connor (Anthony Quayle) se propone será su leguleyo defensor.
La clásica aparición de Hitchcock en esta ocasión se hace de modo diáfano, cual si estuviera en uno de los prólogos de su mítica serie “Alfred Hitchcock presenta” (aunque también aparecía como cliente de un banco, pero lo eliminó en la edición), lo hace cual sombra alargada en medio de una calle nocturna para decirnos que lo que vamos a ver es un relato real, me resulta un poco pedante por su parte, pues historias reales se han contado muchísimas a lo largo de la historia y con más enjundia que este. Pues al fin y a al cabo el delito del ladrón al que buscan es por robar unos pocos dólares, nunca causó daño a nadie, y jamás se le vio arma alguna (seguramente era fingido que llevaba una en el bolsillo). Por lo que tampoco es que la acusación sea algo grandioso.
La primera parte de la cinta se atiene a una clásica presentación de personajes, exponiendo a un matrimonio humilde con dos hijos, con problemas económicos con una simple extracción de muela del juicio, vemos el cariño que se profesan en este hogar. Para en la segunda parte ser el fuerte de la película, mostrando con aspereza la odisea de este hombre en su descenso a los infiernos kafkianos de ser acusado de algo que no has hecho, mientras el azar parece conspirar para ir en su contra. Prácticamente la fuerza dramática está en esas 24 horas desde que el protagonista es detenido por la noche, como es arrollado en una espiral que lo va engullendo, desde los humillantes paseíllos por las tiendas, la rueda de sospechosos, el interrogatorio, ese desgarrador plano de la toma de huellas dactilares, como lo enjaulan en el calabozo, el viaje en furgón policial esposado a otro acusado, la primera vista judicial, como es llevado a la cárcel esposado a otro, toda una odisea febril que nos hace sentir AH en primer plano a través de Manny, la angustia de alguien que no entiende nada, ello reflejado en cómo observa desorientado la celda, el camastro, los barrotes, el lavabo, todo en penumbra.
Tras este tramo el ritmo cae bastante para embarcarnos en como el matrimonio Balestrero busca a gente que de coartada para Manny, pero esto resulta un tanto artificioso, pues supongo que este trabajo deberían haberlo hecho la policía, y es que esta no vemos que en momento alguno le pregunte donde estaba en el momento de los robos (¿?). Esta parte solo es atractiva por ver los daños colaterales de la situación, me refiero a la caída mental de la esposa por la presión a que son sometidos, ello expresado de modo sensacional por Vera Miles, sentimos su desvarío psíquico.
La última parte se dedica al juicio, algo bastante débil dramáticamente, terminando cuasi-antes de empezar, para desembocar en el rush del clímax donde entran de lleno las convicciones religiosas hitchcockianas, ya vislumbradas desde que vemos que entre las pertenencias que lleva encima Manny está un Rosario. Visualizado con vigor cuando Manny desesperado reza para que su ‘problema’ se solucione, ello lo vemos en primer plano, entonces vemos a alguien en la noche caminar por la calle, este se acerca al primer plano, donde sobre impresionada está la cara de Manny, hasta que las dos faces se funden solapándose, siendo similares, y sabemos que este es el verdadero ladrón.
En la puesta en escena lo mejor es la cinematografía de Robert Burks (“La ventana indiscreta” o “Vértigo”), filmando en glorioso b/n, en marcados contrastes grisáceos, jugando con el expresionismo de las sombras, de la escasa luz, creando por momentos sensación de asfixia, con planos holandeses, hay tomas subjetivas que nos ponen en la piel del desgraciado Manny, tomas detallistas que elevan las emociones como las manos manchadas de tinta, las esposas, o la cerradura de la celda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Teniendo un epílogo agridulce, acorde con el tono pesaroso del relato. Y al final mi sensación es que este hombre padeció lo indecible, pero Hitchcock lo ha contado de modo lineal, sin demasiado punch, sin tensión o intensidad, sin secundarios que den solidez al desarrollo. Te sientes embarcado en esta travesía cuasi existencial, por lo de que cualquiera podríamos ser él, pero no termina de emocionarme para que trascender.
Spoiler:
El final resulta desesperanzadoramente amargo, primero con esas mujeres testigos en la comisaria que ahora aseguran es el otro el ladrón, exculpando con ello a Manny, y este cruza las miradas con ella, estas no le pueden aguantar. Luego aparece el ladrón y Manny le culpa de cómo está su esposa. En realidad este será un ladrón, pero no tiene la culpa de lo que le pasó, en todo caso los testigos que le confundieron. Luego le hace una visita a su esposa Rose en el psiquiátrico para contarle la buena noticia, pero esta sigue en estado cuasi-catatónico, y termina con Manny saliendo triste por el pasillo de la clínica, como queriendo decirnos que nunca hay finales felices.
Es poco creíble que no dejen a Manny decir a su esposa que es detenido cuando está en la puerta de la casa, de hehco si es detenido no le leen sus derechos entre los que está poder hacer una llamada que no le permiten, así como tener un abogado, y este nunca aparece esa noche, todo esto me cojea, como que nadie le pregunte si tiene coartada. Tampoco es de recibo que hagan a Manny hacer el paseíllo por los dos comercios, pues predisponen a los testigos contra él. Tampoco entiendo que nadie se pregunte por lo incoherente de ir a pedir un préstamo al banco que has robado.
El abogado de Balestrero, el verdadero Frank O'Connor (1909-1992) era un exsenador del estado de Nueva York en el momento del juicio y más tarde se convirtió en el fiscal de distrito del condado de Queens (ciudad de Nueva York, Nueva York), El Ayuntamiento de Nueva York y un juez de la corte de apelaciones; Rose Balestrero (1910-1982) murió en Florida a la edad de 72 años. A pesar de la afirmación en el epílogo de la película, Rose nunca se recuperó por completo después de su ataque de nervios. Se culpó a sí misma por el arresto de su esposo. Manny Balestrero (1909-1998) sobrevivió a su esposa por dieciséis años y murió en Carolina del Norte a los 88 años; El hijo de Chris y Rose, Gregory, obtuvo una licenciatura en ingeniería industrial del Instituto de Tecnología de Georgia y se convirtió en el director ejecutivo del Project Management Institute; Chris Balestrero demandó a la ciudad por arresto falso. Pidiendo $ 500,000, aceptó un acuerdo de solo $ 7,000. [10] Ganó $ 22,000 de la película, que se destinaron a pagar préstamos para el cuidado de Rose; Una calle se llama "Manny 'The Wrong Man' Balestrero Way" en 73rd Street y 41st Avenue en Jackson Heights, Nueva York. La calle no está lejos de la antigua casa de Balestrero en la vida real.
Bernard Herrmann compuso la banda sonora, como lo hizo para todas las películas de Hitchcock, desde El problema con Harry (1955) hasta Marnie (1964). Es una de las partituras más tenues que escribió Herrmann, y una de las pocas que compuso con algunos elementos de jazz, aquí principalmente para representar la apariencia de Fonda como músico en las escenas de clubes nocturnos.
Me queda una película menor dentro de la gran filmografía hitchcockiana. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
El final resulta desesperanzadoramente amargo, primero con esas mujeres testigos en la comisaria que ahora aseguran es el otro el ladrón, exculpando con ello a Manny, y este cruza las miradas con ella, estas no le pueden aguantar. Luego aparece el ladrón y Manny le culpa de cómo está su esposa. En realidad este será un ladrón, pero no tiene la culpa de lo que le pasó, en todo caso los testigos que le confundieron. Luego le hace una visita a su esposa Rose en el psiquiátrico para contarle la buena noticia, pero esta sigue en estado cuasi-catatónico, y termina con Manny saliendo triste por el pasillo de la clínica, como queriendo decirnos que nunca hay finales felices.
Es poco creíble que no dejen a Manny decir a su esposa que es detenido cuando está en la puerta de la casa, de hehco si es detenido no le leen sus derechos entre los que está poder hacer una llamada que no le permiten, así como tener un abogado, y este nunca aparece esa noche, todo esto me cojea, como que nadie le pregunte si tiene coartada. Tampoco es de recibo que hagan a Manny hacer el paseíllo por los dos comercios, pues predisponen a los testigos contra él. Tampoco entiendo que nadie se pregunte por lo incoherente de ir a pedir un préstamo al banco que has robado.
El abogado de Balestrero, el verdadero Frank O'Connor (1909-1992) era un exsenador del estado de Nueva York en el momento del juicio y más tarde se convirtió en el fiscal de distrito del condado de Queens (ciudad de Nueva York, Nueva York), El Ayuntamiento de Nueva York y un juez de la corte de apelaciones; Rose Balestrero (1910-1982) murió en Florida a la edad de 72 años. A pesar de la afirmación en el epílogo de la película, Rose nunca se recuperó por completo después de su ataque de nervios. Se culpó a sí misma por el arresto de su esposo. Manny Balestrero (1909-1998) sobrevivió a su esposa por dieciséis años y murió en Carolina del Norte a los 88 años; El hijo de Chris y Rose, Gregory, obtuvo una licenciatura en ingeniería industrial del Instituto de Tecnología de Georgia y se convirtió en el director ejecutivo del Project Management Institute; Chris Balestrero demandó a la ciudad por arresto falso. Pidiendo $ 500,000, aceptó un acuerdo de solo $ 7,000. [10] Ganó $ 22,000 de la película, que se destinaron a pagar préstamos para el cuidado de Rose; Una calle se llama "Manny 'The Wrong Man' Balestrero Way" en 73rd Street y 41st Avenue en Jackson Heights, Nueva York. La calle no está lejos de la antigua casa de Balestrero en la vida real.
Bernard Herrmann compuso la banda sonora, como lo hizo para todas las películas de Hitchcock, desde El problema con Harry (1955) hasta Marnie (1964). Es una de las partituras más tenues que escribió Herrmann, y una de las pocas que compuso con algunos elementos de jazz, aquí principalmente para representar la apariencia de Fonda como músico en las escenas de clubes nocturnos.
Me queda una película menor dentro de la gran filmografía hitchcockiana. Fuerza y honor!!!