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Voto de TOM REGAN:
5
7,0
1.188
Drama
Helen es una cantante de cabaret que decide abandonar su profesión para contraer matrimonio con Edward Faraday, un abnegado científico entregado a su trabajo y cuya situación económica no es muy boyante. Durante un viaje a Alemania, Edward contrae una grave enfermedad, debido a sus investigaciones, y se ve obligado a seguir un costoso tratamiento. Para sufragar los gastos, Helen vuelve a su antiguo trabajo. (FILMAFFINITY)
9 de febrero de 2023
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
37/08(08/02/23) Decepcionante drama por las expectativas creadas, por el tándem del mascarón de proa de la producción, la quinta (de las 7) colaboración entre el director vienés Josef von Sternberg y la actriz berlinesa Marlene Dietrich, además la historia "Mother Love" es escrita (sin acreditar) por la diva germana (acreditada al director), además de estar de ingratos (por su nula personalidad) secundarios el en su rol desagradecido Herbert Marshall y el naif pagafantas Cary Grant. Pero lo que queda es un film demasiado melodramático, plano, e incluso confuso y farragoso en sus torpes elipsis, donde los personajes se comportan en modo cliché, y donde ala Marlene no le pega el rol de mater amantísima. Quizás tuvo que ver en el resultado final que el guion pasó por varias revisiones para superar la censura del tiempo, aunque estábamos antes del Codigo Hays, derivando en que el guion final no gustaba al director y protagonista, estop incide sobremanera en su acomodaticio y chirriante final. El guion es de Jules Furthman (“El Sueño Eterno” o “Rio Bravo”) y SK Lauren (“Crimen y castigo” o “Damas del teatro”), siendo hija de su tiempo en como expone la Gran depresión de Estados Unidos sumado protagonista que viajan por el mundo (Alemania o Francia), aunque todo se rueda en los Paramount Studios (Hollywood-California), ello para hacer viajar al (deprimido) espectador del momento, como demuestra Woody Allen en su gran “La Rosa Púrpura del Cairo”.
Película que solo puede ser recordada por su bucólico inicio donde vemos a un grupo de núbiles chicas alemanas bañándose desnudas en un lago, filmadas con luz etérea que da sensación de ensoñación, haciéndome pensar que estaba ante una cinta transgresora, este tramo edénico fue eliminado para su estreno en Alemania, pero la historia vira hacia el melodrama más sórdido y liso. Pero sobre todo pasará a la historia por la icónica representación del número de cabaret 'Hot Voodoo', ocho minutos donde casi todo es música de orquesta, con alguien disfrazado de gorila, y cuando se quita la cabeza aparece la gran Dietrich con un cabello incandescente rubio y canta, en clara alegoría (creo) de que todas la pueden ver como un monstruo, pero por dentro es una mujer con sentimientos; Y es que los tres números musicales que hay parecen estar metidos con fórceps en la trama, parecen dos películas en una, por un lado el musical y por el otro el melodrama sobre el dolor de una madre y esposa.
La clásica femme fatale Dietrich se convierte en un ser manso, sin apenas determinación, incluso triste, se entrega a un soso muchi millonario (encarnado por Cary Grant en sus comienzos en cine), este cual pagafantas está con ella, vuelve con su marido por amor (¿?), este la echa por adulterio, cuando si no hubiera sido por ello él estaría muerto, ella vaga huyendo con su hijo por el sur de USA prostituyéndose, aunque la peli intenta hacer esto de modo pretendidamente ambiguo, para todos queda claro, y no quiero spoilear más, pero lo que sigue son un conjunto de desatinos cosidos por unos saltos temporales grimantes, pasando de la indigencia estadounidense al estrellato parisino en sus clubs nocturnos sin solución de continuidad, no hay una narración orgánica, todo son viñetas mal cosidas, donde nunca conecto con la protagonista, me resulta poco natural en su actitud. Esto hace que la intensidad dramática requerida para engancharme a lo que veo sea pobre.
Tiene un arranque muy bonito cuando vemos con una iluminación que parece celestial a varias jóvenes nadar alegremente desnudas por el Paraíso que parece ese lago en un bosque. Un grupo de jóvenes estadounidenses de viaje por el país oyen sus sonrisas y cual canto de sirenas van en su busca y allí se cruzan sus miradas los personajes que encarnan Marlene Dietrich y Herbert Marshall, de ahí pasamos a una elipsis de los pies de ella a los pies de un bebe también bañándose (la única elipsis buena del film), es el hijo de ambos, tiempo después y ya en Nueva York. Allí para dormir al pequeño le cuentan los padres la historia de cómo se conocieron en Alemania, ello adornando el relato como si fuera un cuento de hadas, muy bonito esto. Pero entonces lo bueno acaba y saltamos al drama del dolor en espiral, vemos a él yendo a una consulta médica donde le diagnostican intoxicación por radio, en realidad esto era un subterfugio de lo que realmente era en el guion original, y es simple y llanamente que el esposo sufría de impotencia sexual. Y para la cura solo puede ser en Alemania con un alto coste. Y ahí entra ella que sacará el dinero de donde pueda para ayudar a su amado, aunque para ello deba primero venderse como sexy cantante de cabaret, y cuando hace falta más plata hacerlo vendiendo su cuerpo a un ricachón.
Es una muy simplista historia de lo que s capaz de hacer una madre por el amor a su hijo (algo que precisamente Marlene no era para sermonear, que se lo digan a su hija Maria Riva), pero esto no le pega a la femme fatale icónica encarnada por la Dietrich. La peli adolece de un sentido del ritmo frustrante, con un tramo central tedioso sobre la huida hacia ninguna parte de la Madre (de Nueva York a Baltimore, Washington, Nashville, Chattanooga, Savannah o Nueva Orleans). Solo rota esta monotonía aburrida por la aparición de la gran Hattie McDaniels, con su gran carisma en unos pocos segundos se come la pantalla (la que 7 años después haría de mítica criada de Scarlett O’Hara en “Lo que el viento se llevó”, que le valió el primer Oscar a una persona negra), en realidad haciendo sutilmente de una proxeneta de la Marlene. Todo este tramo pre4tnede mucho más de lo que consigue, con un espíritu de contrarreloj en como vemos titulares y teletipos con la búsqueda de la Madre, cual si fuera una peligrosa asesina en serie, me suena hasta ridículo el tono que le quieren dar, esto podría ser creíble si el padre fuera un potentado, pero siendo un mindundi no tiene veracidad alguna esta búsqueda;… (continua en spoiler)
Película que solo puede ser recordada por su bucólico inicio donde vemos a un grupo de núbiles chicas alemanas bañándose desnudas en un lago, filmadas con luz etérea que da sensación de ensoñación, haciéndome pensar que estaba ante una cinta transgresora, este tramo edénico fue eliminado para su estreno en Alemania, pero la historia vira hacia el melodrama más sórdido y liso. Pero sobre todo pasará a la historia por la icónica representación del número de cabaret 'Hot Voodoo', ocho minutos donde casi todo es música de orquesta, con alguien disfrazado de gorila, y cuando se quita la cabeza aparece la gran Dietrich con un cabello incandescente rubio y canta, en clara alegoría (creo) de que todas la pueden ver como un monstruo, pero por dentro es una mujer con sentimientos; Y es que los tres números musicales que hay parecen estar metidos con fórceps en la trama, parecen dos películas en una, por un lado el musical y por el otro el melodrama sobre el dolor de una madre y esposa.
La clásica femme fatale Dietrich se convierte en un ser manso, sin apenas determinación, incluso triste, se entrega a un soso muchi millonario (encarnado por Cary Grant en sus comienzos en cine), este cual pagafantas está con ella, vuelve con su marido por amor (¿?), este la echa por adulterio, cuando si no hubiera sido por ello él estaría muerto, ella vaga huyendo con su hijo por el sur de USA prostituyéndose, aunque la peli intenta hacer esto de modo pretendidamente ambiguo, para todos queda claro, y no quiero spoilear más, pero lo que sigue son un conjunto de desatinos cosidos por unos saltos temporales grimantes, pasando de la indigencia estadounidense al estrellato parisino en sus clubs nocturnos sin solución de continuidad, no hay una narración orgánica, todo son viñetas mal cosidas, donde nunca conecto con la protagonista, me resulta poco natural en su actitud. Esto hace que la intensidad dramática requerida para engancharme a lo que veo sea pobre.
Tiene un arranque muy bonito cuando vemos con una iluminación que parece celestial a varias jóvenes nadar alegremente desnudas por el Paraíso que parece ese lago en un bosque. Un grupo de jóvenes estadounidenses de viaje por el país oyen sus sonrisas y cual canto de sirenas van en su busca y allí se cruzan sus miradas los personajes que encarnan Marlene Dietrich y Herbert Marshall, de ahí pasamos a una elipsis de los pies de ella a los pies de un bebe también bañándose (la única elipsis buena del film), es el hijo de ambos, tiempo después y ya en Nueva York. Allí para dormir al pequeño le cuentan los padres la historia de cómo se conocieron en Alemania, ello adornando el relato como si fuera un cuento de hadas, muy bonito esto. Pero entonces lo bueno acaba y saltamos al drama del dolor en espiral, vemos a él yendo a una consulta médica donde le diagnostican intoxicación por radio, en realidad esto era un subterfugio de lo que realmente era en el guion original, y es simple y llanamente que el esposo sufría de impotencia sexual. Y para la cura solo puede ser en Alemania con un alto coste. Y ahí entra ella que sacará el dinero de donde pueda para ayudar a su amado, aunque para ello deba primero venderse como sexy cantante de cabaret, y cuando hace falta más plata hacerlo vendiendo su cuerpo a un ricachón.
Es una muy simplista historia de lo que s capaz de hacer una madre por el amor a su hijo (algo que precisamente Marlene no era para sermonear, que se lo digan a su hija Maria Riva), pero esto no le pega a la femme fatale icónica encarnada por la Dietrich. La peli adolece de un sentido del ritmo frustrante, con un tramo central tedioso sobre la huida hacia ninguna parte de la Madre (de Nueva York a Baltimore, Washington, Nashville, Chattanooga, Savannah o Nueva Orleans). Solo rota esta monotonía aburrida por la aparición de la gran Hattie McDaniels, con su gran carisma en unos pocos segundos se come la pantalla (la que 7 años después haría de mítica criada de Scarlett O’Hara en “Lo que el viento se llevó”, que le valió el primer Oscar a una persona negra), en realidad haciendo sutilmente de una proxeneta de la Marlene. Todo este tramo pre4tnede mucho más de lo que consigue, con un espíritu de contrarreloj en como vemos titulares y teletipos con la búsqueda de la Madre, cual si fuera una peligrosa asesina en serie, me suena hasta ridículo el tono que le quieren dar, esto podría ser creíble si el padre fuera un potentado, pero siendo un mindundi no tiene veracidad alguna esta búsqueda;… (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
…En la siguiente fase entramos en un desatino ponzoñoso cuando vemos a la Madre (ya sin hijo) cae en la pobreza más absoluta y buenas a primeras saltar a ser una afamada cabaretera en Francia, esto atomizado por el número musical donde Marlene está vestida con un atuendo masculino, un traje de frac blanco con sombrero de copa cantando "I Couldn't Be Annoyed", y esto cruje más que el Titanic partiéndoos en dos; Para desembocar en un rush final impostado y moralista que llega a dar arcadas por lo almibarado uy falso que es.
Se puede sobresaltar la notable cinematografía en glorioso b/n de Bert Glennon ("La diligencia" o “Bombarderos en picado”), protagonista en muchos tramos del film, desde el mencionado del evocador inicio cuasi-onírico donde ya comienza a ensalzar la belleza andrógina de la Dietrich, con radiantes primeros planos que exploran con deleite sus facciones, sumando fases de expresiones alemán, como cuando Ned se pelea con ella tras volver de Alemania del tratamiento, vemos como la faz de ella se ensombrece en las tinieblas que se ve cayendo, jugando en algunos casos con las penumbras, con dramáticos travellings, con proyecciones de sombras, planos holandeses.
Dietrich interpreta tres números musicales en la película, "You Little Fulano de Tal" (música y letra de Sam Coslow y Leo Robin) y "I Couldn't Be Annoyed" (música y letra de Leo Robin y Richard A. Whiting). Y el ya mencionado "Hot Voodoo" (música de Ralph Rainger, letra de Sam Coslow), que tiene casi ocho minutos de duración y es principalmente instrumental, con trompeta de jazz y batería. Dietrich canta la letra hacia el final de la secuencia, que tiene lugar en un club nocturno.
Spoiler:
Tras volver a emparejarse con el ricachón Nick, vuelve Helen con este de París a Nueva York, allí Nick la lleva a ver a su hijito Johnny al pisucho del padre Ned. Este impide lo vean, hasta que Nick le ofrece miles de dólares por dejarla estar con él unos minutos, se niega el padre, multiplica por diez el ofrecimiento. Entonces Ned con dignidad accede por nada. La madre pasa al dormitorio del chico, allí él se alegra de verla, y ella lo baña y acuesta. Mientras en la salita espera el padre y Nick, hasta que este segundo se cansa y dice se marcha al hotel dejando a la madre un coche para la vuelta. Entonces el padre pasa al dormitorio donde el niño pide a la madre le cuente como se conocieron ambos, entonces el padre lo hace con sus adornos de cuento de hadas, mientras lo hace Helen y Ned se miran. Tras ello Helen canta un poema de Heinrich Heine que solía cantarle antes de acostarse todas las noches. Al recordar sus sentimientos el uno por el otro, Ned le dice a una entristecida Helen que nunca debe irse del hogar de la familia y la abraza por los hombros; Me es una conclusión acomodaticia y ponzoñosamente moralista, como diciéndonos que la mujer donde debe estar es con su marido cuidando de sus hijos, todo lo demás es pecado y está muy mal, no puede ser que una mujer se abandone al marido (puaj!). Quedando Nick como un pagafantas patético, aunque me queda la duda si al llevar a Helen a ver a su hijito sabía que ella terminaría abandonándolo y se sacrificó por su felicidad o simplemente es un buenazo que no pensaba esto pasaría, aun así ella queda como el culo con este hombre. Final impuesto por la censura, y no achacable al guion pretendido original.
Fueron realizadas tres versiones del guion que redujeron el interés tanto de Von Sternberg como de Dietrich al alejarse cada vez más el resultado final de sus intenciones originales.
Los otros films americanos de la pareja Sternberg/Dietrich sitúan la acción fuera de EEUU, como China ("El expreso de Shanghái"), Marruecos ("Morocco"), Rusia ("Capricho imperial"), Austria ("Fatalidad") y España ("El demonio es mujer").
Me queda un film fallido, puede que, por mor de la censura, pero esto la hace mejor. Gloria Ucrania!!!
Se puede sobresaltar la notable cinematografía en glorioso b/n de Bert Glennon ("La diligencia" o “Bombarderos en picado”), protagonista en muchos tramos del film, desde el mencionado del evocador inicio cuasi-onírico donde ya comienza a ensalzar la belleza andrógina de la Dietrich, con radiantes primeros planos que exploran con deleite sus facciones, sumando fases de expresiones alemán, como cuando Ned se pelea con ella tras volver de Alemania del tratamiento, vemos como la faz de ella se ensombrece en las tinieblas que se ve cayendo, jugando en algunos casos con las penumbras, con dramáticos travellings, con proyecciones de sombras, planos holandeses.
Dietrich interpreta tres números musicales en la película, "You Little Fulano de Tal" (música y letra de Sam Coslow y Leo Robin) y "I Couldn't Be Annoyed" (música y letra de Leo Robin y Richard A. Whiting). Y el ya mencionado "Hot Voodoo" (música de Ralph Rainger, letra de Sam Coslow), que tiene casi ocho minutos de duración y es principalmente instrumental, con trompeta de jazz y batería. Dietrich canta la letra hacia el final de la secuencia, que tiene lugar en un club nocturno.
Spoiler:
Tras volver a emparejarse con el ricachón Nick, vuelve Helen con este de París a Nueva York, allí Nick la lleva a ver a su hijito Johnny al pisucho del padre Ned. Este impide lo vean, hasta que Nick le ofrece miles de dólares por dejarla estar con él unos minutos, se niega el padre, multiplica por diez el ofrecimiento. Entonces Ned con dignidad accede por nada. La madre pasa al dormitorio del chico, allí él se alegra de verla, y ella lo baña y acuesta. Mientras en la salita espera el padre y Nick, hasta que este segundo se cansa y dice se marcha al hotel dejando a la madre un coche para la vuelta. Entonces el padre pasa al dormitorio donde el niño pide a la madre le cuente como se conocieron ambos, entonces el padre lo hace con sus adornos de cuento de hadas, mientras lo hace Helen y Ned se miran. Tras ello Helen canta un poema de Heinrich Heine que solía cantarle antes de acostarse todas las noches. Al recordar sus sentimientos el uno por el otro, Ned le dice a una entristecida Helen que nunca debe irse del hogar de la familia y la abraza por los hombros; Me es una conclusión acomodaticia y ponzoñosamente moralista, como diciéndonos que la mujer donde debe estar es con su marido cuidando de sus hijos, todo lo demás es pecado y está muy mal, no puede ser que una mujer se abandone al marido (puaj!). Quedando Nick como un pagafantas patético, aunque me queda la duda si al llevar a Helen a ver a su hijito sabía que ella terminaría abandonándolo y se sacrificó por su felicidad o simplemente es un buenazo que no pensaba esto pasaría, aun así ella queda como el culo con este hombre. Final impuesto por la censura, y no achacable al guion pretendido original.
Fueron realizadas tres versiones del guion que redujeron el interés tanto de Von Sternberg como de Dietrich al alejarse cada vez más el resultado final de sus intenciones originales.
Los otros films americanos de la pareja Sternberg/Dietrich sitúan la acción fuera de EEUU, como China ("El expreso de Shanghái"), Marruecos ("Morocco"), Rusia ("Capricho imperial"), Austria ("Fatalidad") y España ("El demonio es mujer").
Me queda un film fallido, puede que, por mor de la censura, pero esto la hace mejor. Gloria Ucrania!!!