295/08(06/09/22) Me he revisionado este ‘almodovariano’ film con motivo del fallecimiento (13/12/1921) de la actriz madrileña Verónica Forqué. Una intérprete que nunc protagonizó una película, era una extraordinaria secundaria. En su filmografía notable, se destacó por participar en películas dirigidas por Pedro Almodóvar como esta que me ocupa o “Kika”. Trabajó con directores aclamados, entre ellos Carlos Saura, Luis García Berlanga y Fernando Trueba. Además, fue seleccionada por Stanley Kubrick para el doblaje en español de Shelley Duvall en “El resplandor”.

Aquí escribe y dirige Pedro Almodóvar (que tiene junto a su pareja de grupo musical, McNamara, una aparición en la tv cantando ‘La bien pagá’), basándose parcialmente basada en la historia corta "Lamb to the Slaughter" (1953) escrita por Roald Dahl, que Hitchcock llevó a su serie (Alfred Hitchcock presenta) en 1958. En su cuarto largometraje, el filtro del manchego ha convertida la cinta en una ácida comedia negra, donde hace un análisis despiadado de la mujer en clase media española de principio de los 80, haciendo ejemplo al rol que encarna una impresionante Carmen Maura, una fémina de mediana edad sexualmente insatisfecha, con una vida infeliz, en un matrimonio pesaroso, ama de casa con falta de dinero, pluriempleada, y que para aguantar el día a día cae en las drogas.

Pues para mí este retrato resulta pasado de vueltas, no sé si en su momento, pero visto hoy día está lejos de ser el film que para muchos es sensacional, pues tiene sus momentos, pero en conjunto me es muy desequilibrado, con mucho michelín, con mucho relleno, con situaciones que dan grima en lo grotesco, soy del gusto del humor políticamente incorrecto, pero hay líneas rojas con las que no se debe jugar, y aquí la sobrepasan con mucho en el tratamiento que se da de los hijos, dos adolescentes, uno es traficante de droga analfabeto, no se donde está la gracia en esto, no creo que con los gags en este sentido la gente se descojonará, como tampoco veo el análisis a donde quiere llegar con esta banalización del mundo de las drogas, igual (como es vox populi) es que Almodóvar estaba cómodo con esto y creía en un mundo donde las drogas fueran transversales en edades (puaj!!!); Pero si esto es harto atacable, lo del tratamiento de la pedofilia/pederastia es denunciable, con que alegría y ligereza se habla de que un hijo de poco más de diez años se acueste con hombres mayores, y la madre lo único que le espete es que por lo menos podría haberle sacado algo al hombre mayor, se me ha torcido el gesto ya desde esto, me ha sacado de la historia y me ha puesto de mala leche, me ha condicionado para el resto del metraje. Pero es que, para colmo, aparece un dentista (Javier Gurruchaga), haciendo de esperpéntico lascivo gay y ‘compra’ al niño, pues la madre tiene difícil pagar la consulta, pues se lo queda para sus ‘cositas’. Todo esto me es de asqueroso para arriba. Y vuelvo a lo de antes, se ve que este es el mundo en que se movía el director Ciudadrealeño, donde era normal amancebarse con menores, valga de ejemplo que Gurruchaga fue cogido por la policía en un caso de corrupción de menores donde por teléfono pedía a un ‘morito joven’. Todo muy aleccionador (puaj!!!). Ah, esta vena pedófila la continua estirando, pues estaba muy (putrefactamente) presente en una de sus últimas películas, “Dolor y gloria” (2019).

Si consigo abstraerme a esta hediondez. Puedo hacer el análisis de un film episódico, con muchos vaivenes, muchos dientes de sierra. Donde se hace un acercamiento al alienamiento de las amas de casa de entonces. Pero la cinta falla (amén de lo ya comentado arriba) cuando abre otras sub tramas, me refiero a la que encabeza Gonzalo Suárez (que deriva en un plan para falsear las memorias de Hitler), que se estira con su esposa cleptómana, y engancha con un rol de Emilio Gutiérrez Caba personaje que está más perdido que Pedro Almodovar en una fiesta en la mansión Playboy; y a la de Kitty Manver (haciendo de ama de casa costurera), con una hija con poderes telequinéticos(que que aporta esto? Pues entre nada y zero); Aunque de lo mejorcito es cuando salta a la sub historia que da vida la prostituta Cristal, que hubiera merecido un spin off, maravillosa la actuación de una Verónica Forqué en la cima de sus virtudes, dando vida a esta enternecedora meretriz, con clientes de gustos un tanto disfuncionales (gustan de látigos [desternillante la flema con que pide a su vecina un látigo], de tener enfrente a voyeurs [este cliente encarnado por el director de cine Jaime Chavarri], de disfraces, …), todo ello narrado con gran vis cómica, donde la actriz brilla roba la película con su frescura.

Entre lo positivo también están las brillantes actuaciones de Ángel de Andrés López como el pusilánime y machista marido, derrocha carácter y energía, aunque le faltan matices. Y le sobra la sub trama con una mujer alemana, Ingrid Muller (Katia Loritz); la de una primorosa Chus Lampreave, la singular suegra de la prota, tiene de mascota un lagarto verde, gusta de coleccionar palos que encuentra en la calle, carismática, arrolladora (da igual cuando diga esto); Y por supuesto la espléndida interpretación de una apabullante Carmen Maura, inundando la pantalla con su naturalidad, desapareciendo dentro de la amargada mujer. Lástima que sea en un relato tan irregular y con tanta morralla; Ah, y tenemos un anuncio (salido de la nada, cual meto este sketch por que me da la gana!) de café muy jocoso en su oscura resolución.