196/04(08/09/12) Entretenida y violenta cinta de Tony Scott, con un guión de Quentin Tarantino y Roger Avary del que rezuman muchas de sus constantes a modo de diálogos de enorme mordacidad y de sutiles guiños cinéfilos, Quentin no quedo muy contento con el resultado pues su argumento quedó bastante prostituido en pantalla. Gira en torno a una pareja de inadaptados de Detroit, Clarence (correcto Christian Slater) es un joven empleado de una tienda de comics aficionado al cine de artes marciales y que tiene como alter ego a Elvis Presley (Val Kilmer), en su noche de cumpleaños conoce a una muchacha, Alabama (buena Patricia Arquette), con la que se acuesta, después se ella le dice que es una prostituta contratada por el dueño de la tienda de comics como regalo para él, lejos de ser un problema se enamoran y se casan, Clarence decide hablar con el proxeneta de Alabama, Drexl (divertido Gary Oldman), para la libere de sus obligaciones, pero tras un tiroteo Clarence huye con un maletín cargado de cocaína, el matrimonio planea venderlo en Los Ángeles a través de un conocido metido en el mundo del cine, pero tras de ellos tendrán a la mafia dueña de la droga, derivando en un reguero de violencia sangrienta. Tony Scott imprime su propio sello con un ritmo trepidante, un montaje frenético, con planos breves, y un tono hiperrealista que se emparenta con una patina ‘Pulp’ tan propia del realizador y guionista de mandíbula prominente, ello con frases punzantes, humor negro, muchos tacos (225 veces se dice la palabra ‘fuck’ en el metraje), sangre y balas para hundir el Titanic, y una banda sonora plagada de cañeros temas pop. La cinta aúna escenas que te calaran, la mayoría intensos ententes entre actores, tour de forces fascinantes, el encuentro Clarence vs. Drexl, donde Gary Oldman desparrama un carisma camaleónico excelente, el encuentro Alabama vs. Virgil, donde Patricia y James Gandolfini nos deleitan con un festival gore maravilloso, una pelea salvaje y mugrienta rodada con gran pulso y donde los dos intérpretes tienen una gran química, por supuesto la escena final del múltiple tiroteo, y por supuesto la mejor de todas y por el que ha pasado a la historia el film, el duelo entre dos colosos, Dennis Hopper y Christopher Walken, un diálogo sublime, los dos con un lenguaje gestual y dominio del espacio portentoso, sus miradas, sus entonaciones, sus cínicas sonrisas, es una explosión de emociones, un volcán en erupción, y de fondo el mágico tema ‘Sous le dôme épais où le blanc jasmin’ de Léo Delibes, utilizado por el realizador en su opera prima ‘El Ansia’, sin duda lo mejor del film. Siendo un producto ameno y de grato recuerdo tiene la tara de que excepto la escena Hopper-Walken, el resto es nulo en transmisión de sentimientos, todo queda superficial, ayudado a esto muchas hipérboles cruentas, se les va la mano y con la empatía dramática se enfría, el conjunto es un trufado de buenas escenas, pero todo queda en set-pieces, una sucesión de sketchs dramáticos que pierden conexión unos con otros, tampoco suma la forzada historia de amor, un flechazo más forzado que meter en un desfile de Victoria´s Secret a Pilar Bardem. Christian Slater está simplemente correcto y sobre todo palidece ante la personalidad tsunami de Patricia Arquette que emite candidez, sensualidad y carácter fuerte, excelente, la química entre los dos funciona a trompicones. Me queda una buena obra irregular, pero que sus picos de calidad son maravillosos y me hacen darle el 7. Fuerza y honor!!!