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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama. Romance A sus 43 años, Fúsi es un inadaptado, con sobrepeso, que nunca tuvo novia y cuyo único interés son las batallas de la Segunda Guerra Mundial, que reproduce en miniatura en el apartamento en el que vive con su madre. Un día recibe un cupón para acudir a una escuela de baile, donde conoce a Sjöfn, una mujer solitaria, como él, y con profundas heridas psicológicas. (FILMAFFINITY)
24 de mayo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
102/16(22/05/17) Conmovedor film islandés dirigido y guionizado por Dagur Kári, un intimista y hondo relato que hace un emotivo retrato de la soledad, de los complejos de Peter Pan y de Edipo, ello siendo el lienzo sobre el que pivota todo un protagonista que despierta en el espectador una ternura y empatía incisivos, teniendo el protagonista un arco de desarrollo mostrado con tremendo cariño y frescura, respirándose autenticidad, cinta que emociona sin ser sensiblera o azucarada. Obra que maneja los contrastes como catarsis: Un grandullón con figura de gran oso que encierra un alma de niño; Un grandullón dócil, impasible, no se altera nunca, pacífico, y que sin embargo es aficionado al conflicto más violento de la humanidad, la Segunda Guerra Mundial; Su hobby es recrear la batalla de la WWII del Alamein que se produjo en el desierto de Egipto, lugar en contraposición con la gélida Islandia; La mujer con la que tiene relación es de gusto musical pasteloso, mientras él es un fan del heavy-metal; El protagonista trabaja en un aeropuerto de operario de equipajes y sin embargo nunca ha pisado un avión. Es un relato filmado con un gran gusto por el detalle, por describir con la cámara (con muchos silencios) los estados de ánimo, para transmitirnos el mundo cerrado y rutinario del protagonista, haciéndonos estar en comunión con sus anhelos y sueños. Todo esto maximizado por la extraordinaria actuación de Gunnar Jonsson, colosal en su rol de bonachón achuchable, un actor de comedia famoso en su helado país.

Fusi (Gunnar Jonsson) es un cuarentón que vive con su madre. Trabaja en el aeropuerto, donde es objeto de las bromas de sus compañeros. Fuera del trabajo, pasa el tiempo jugando con coches teledirigidos o recreando batallas de la Segunda Guerra Mundial con maquetas. Dado que nunca ha salido con ninguna chica, para su cumpleaños su madre (Margret Helga Johannsdottir) le regala un bono para unas clases de baile. Allí conoce a Sjöfn (Ilmur Kristjansdottir), una mujer dinámica, inestable y solitaria como él. Tendrán importancia en la historia personajes como el único amigo de Fusi, Rolf (Arnar Jonsson); El amante de su madre (Sigurjon Kjartansson); o la vecina de Fusi de ocho años (Franziska Una Dagsdóttir).

Kári hace un cuadro costumbrista de una Islandia melancólica, adusta, hosca, surcada por una atmósfera gris, helada como el clima, que se aisla compuesto cual muro entre los interiores y los exteriores, siendo esta la metáfora del protagonista, de cómo su mundo interior es cálido y afable, y el mundo del que le rodea está hecho de malos pensamientos, de prejuicios, de envidias, de degradación moral, de sospechas, es el transparente como los cristales que muchas veces mira, creando un halo alegórico de su limpia alma en contraste con el mundo real de una sociedad egoísta y pusilánime. Ejemplo de cómo el realizador con poética belleza nos expone estos dos universos (el del protagonista que es una isla en sí mismo y el resto), el modo hábil en que se abre la cinta: Vemos a Fusi trabajar en el aeropuerto, maneja un vehículo carga-equipajes, está en el interior ensimismado, ausente de lo que le rodea, acentuado por los cascos que lleva, apenas atisbamos su figura a través de los cristales con vaho, exhibiendo en unas cuantas imágenes mudas el director lo anodino y solitario del protagonista. Tras lo que hay un plano abierto en picado de la pista de aterrizaje vacía, surcada por el vehículo de Fúsi haciéndonos sentir aún más el aislamiento (reitero, cual isla) de nuestro singular héroe.

Film de ritmo sosegado, ello para hacernos sentir lo ordinario y patético ritmo cansino del protagonista, su estado de ánimo anclado en la nada, en una vida vivida por inercia, sin anhelos, ni desilusiones, marcando a fuego el estudio de personalidad que es la cinta, en un crescendo dramático sereno, pero punzante, hasta desembocar en un tramo final nada acomodaticio y valiente (spoiler). Un protagonista, Fusi, de una profunda ingenuidad, sin maldad alguna, noble, generoso, como “un ser humano maravilloso” es definido por Sjöfn, un tipo que cuando se conoce resulta entrañable, y muy querido, sobre todo cuando es atropellado (por sus compañeros de trabajo, por el padre que lo acusa de un escabroso delito, ...), solterón empedernido (virgen) que vive con su madre y el amante de esta, hombre obeso, convirtiéndose esto en una barrera para socializar, sintiéndose marginado, y aceptándolo él su marginación con estoicismo, sufre el complejo de Peter Pan (eterna niñez), sus aficiones primarias van desde jugar con coches teledirigidos, recrear con figuras escenarios de guerra, gusta de cenar (de modo rutinario todos los viernes) en un restaurante tailandés (siempre el mismo plato), y asiduo a llamar a una emisora de radio para le pongan temas heavy-metal, sufriendo en silencio las vejaciones de sus colegas de trabajo, aún así no guarda resquemor a ellos, es un incomprendido marcado por el prejuicio de su apariencia de raro; El deux machine, su catarsis y viaje del despertar se produce al conocer a una mujer que sufre de bipolaridad, tierna chica que consigue despertar en su turbulenta relación al gigantón, le abre un nuevo mundo, no solo en el amor, si no que desee vivir experiencias nuevas, un ser que remueve sus rituales automatismos, le hace desear cosas que antes ni pensaba, la maduración personal que le hace salir de su crisálida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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