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Voto de TOM REGAN:
5
4,8
1.182
Ciencia ficción
Un hombre normal y corriente como nadie es abordado por una bella mujer sintética, proponiéndole un plan que podría cambiar su vida por completo. Adaptación de la historia corta "Sales Pitch" de Philip K. Dick. (FILMAFFINITY)
11 de agosto de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
256/16(10/08/20) Lioso y farragoso episodio de la serie antológica del canal británico Channel4, la que vino a sustituir a la exitosa “Black Mirror” (tras el éxodo de esta a Netflix). Dirigido por Marc Munden (“Utopia” o “Black Sails”), con guión de Tony Grisoni (“Tideland” o “Miedo y asco en Las Vegas”), basado en un relato corto de Philip K. Dick, “Sales Pitch”, publicado por primera vez en la revista Future Science Fiction, junio de 1954, pero que por lo que leído tiene poco en común con la historia original. Relato que tiene entre sus grandes alicientes que está protagonizado por el gran Steven Buscemi y Sidse Babett Knudsen (protagonista de “Borgen”), pero el metraje me resulta muy lioso, abarca demasiadas ideas (Inteligencia artificial; Maternidad; Insatisfacción conyugal; Terroristas; Corrupción; Sororidad, Venta de seguros; Una consejera marital cerdiforme (Suencarnada por Joanna Scanlan); hay un tipo que recoge las basuras que actúa como pepito grillo guardian; y más) y no aprieta ninguna, me dio la sensación de que en la mesa de edición se dejaron trozos que harían comprensible el torpe desarrollo del capítulo, con elipsis atropelladas, dejando lagunas que hacen cojear el minutaje de modo superlativo (qué sentido tiene la vigilante cerdo-humaniforme? Porque caducan las verduras tan rápido? Porque no dejan cultivar a las personas? Que hay a pocos centímetros bajo tierra que no deja cultivar? Porque si una Jill quiere insertarse otra conciencia al hacerlo sigue teniendo la misma? Y muchas más). Una distopía que tiene mucho de la obra que inspiró “Blade Runner” de también Dick, con esos seres artificiales deseosos de tener conciencia. Pero esto evoluciona de forma embarullada mezclando un ridículo thriller de tráfico de ‘conciencias artificiales’ con el drama de un tipo con sueños de escapar de su rutina diaria viajando en barco a “Elysian Fields” y “El Dorado”.
Esta historia se desarrolla en un futuro lejano donde la tierra se derrumba hacia el mar y personas artificiales conocidas como Jacks y Jills viven junto a personas normales. Ed Morris (Steve Buscemi) es un trabajador de las instalaciones donde se crean e inyectan "Conciencia Cuántica" en los cuerpos; estos QC son efectivamente almas artificiales que hacen de los Jacks y Jills quienes son. Los controles de calidad son valiosos y un día Jill (Sidse Babett Knudsen) se acerca a Ed y le propone que la ayude a robar algunos; ella necesita uno para ella, ya que el suyo está fallando y se propone vender los demás.
Por poner algo positivo, está una buena actuación del siempre competente Buscemi, impregnando a su rol de melancolía; Tiene un estimable diseño de producción Lisa Hall (“London spy”), creando unos escenarios futuristas sin ser irrealistas, rodándose en Kimmeridge Bay-Dorset para la vivienda al borde de los acantilados blancos, para la compañía The Spirit Mill se filmó en McLaren Technology Centre en Surrey-UK; Posee una apreciable cinematografía Ole Bratt Birkeland (“Utopia”), de con esas tonalidades apagadas degradadas que infunde un clima macilento-tristón; Y tiene un electrizante tema leit-motive para el protagonista que se oye varias veces, como es “Octopus” de Syd Barrett, cantado por Robin Hitchcock, todo un deleite melómano.
Esta historia se desarrolla en un futuro lejano donde la tierra se derrumba hacia el mar y personas artificiales conocidas como Jacks y Jills viven junto a personas normales. Ed Morris (Steve Buscemi) es un trabajador de las instalaciones donde se crean e inyectan "Conciencia Cuántica" en los cuerpos; estos QC son efectivamente almas artificiales que hacen de los Jacks y Jills quienes son. Los controles de calidad son valiosos y un día Jill (Sidse Babett Knudsen) se acerca a Ed y le propone que la ayude a robar algunos; ella necesita uno para ella, ya que el suyo está fallando y se propone vender los demás.
Por poner algo positivo, está una buena actuación del siempre competente Buscemi, impregnando a su rol de melancolía; Tiene un estimable diseño de producción Lisa Hall (“London spy”), creando unos escenarios futuristas sin ser irrealistas, rodándose en Kimmeridge Bay-Dorset para la vivienda al borde de los acantilados blancos, para la compañía The Spirit Mill se filmó en McLaren Technology Centre en Surrey-UK; Posee una apreciable cinematografía Ole Bratt Birkeland (“Utopia”), de con esas tonalidades apagadas degradadas que infunde un clima macilento-tristón; Y tiene un electrizante tema leit-motive para el protagonista que se oye varias veces, como es “Octopus” de Syd Barrett, cantado por Robin Hitchcock, todo un deleite melómano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En el final Ed tras encontrarse solo decide huir en su velero hacia sus sueños, una vez que pone el barco en alta mar aparecen en la proa altivas las dos mujeres de su vida, su esposa Sally (Julia Davis) y Jill, el intenta disculparse por haber zarpado solo, pero tras una elipsis vemos que Ed es sumergido en el mar (se supone lo han echado ellas), tras lo que aparece en la playa con un disco de música sobre él y comienza acariciarlo sonriendo. Posea, que Sally y Jill han acabado juntas conspirando contra Ed, y en un acto de misandria lo botan de su territorio. Pero como no he conectado en ningún momento con la historia me importa poco entrar a escudriñar los resortes internos de una trama chapuza. Fuerza y honor!!!