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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama. Comedia Narra una historia real, la de Forrest Tucker, un ladrón de bancos que pasó la mayor parte de su vida en la cárcel o intentando escapar de ella. De hecho, logró fugarse en 18 ocasiones y cometió su último atraco en el año 2000 cuando tenía 80 años. (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2019
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
71/01(01/05/19) Complaciente y condescendiente thriller otoñal, solo tiene interés de ver a Robert Redford en que él ha dicho es su última aparición como actor a los 82 años, para ello le han regalado un papel a su medida, para que disfrute, sobre un tipo que hace lo que le gusta, robar bancos, y aunque es anciano sigue siendo su vocación, ladrón amable y caballeroso. Escrita y dirigida por David Lowery, se basa en la historia real de Forrest Tucker, criminal y artista de la fuga de prisión (escapó de la cárcel 16 veces). Según una tarjeta de título de apertura, la historia es "en su mayoría verdadera". El guión adapta el artículo de David Grann de 2003 en The New Yorker titulado "El viejo y la pistola", que luego se recopiló en el libro de 2010 de Grann El diablo y Sherlock Holmes. La cinta discurre con enorme ligereza, ensalzando la figura del individualista protagonista que da sentido a su vida haciendo lo que le gusta, esto paralelizado en el propio Robert Redford que ha hecho toda su vida lo que le gusta, esto narrado en un tono de comedia con dosis de romanticismo crepuscular, siendo una perversa reflexión sobre el bohemio objetivo de vivir haciendo lo que a uno le place, en este caso si es robar bancos, pues a ello, imagínate si fuera un asesino en serie (¿?), también se puede entender como un homenaje a la vejez. Me es un film tan entretenido como plúmbeo, sin arriesgar, todo muy previsible, sin sorprender, muy lineal, tan agradable de ver como de olvidar. Al lado de Redford también están actores de la “tercera edad” como Danny Glover, Tom Waits y la que más espacio tiene, Sissy Spacek, se suma el muy joven en comparación con estos, Casey Afleck. En los premios Golden Globe Awards, Redford fue nominado a Mejor Actor - Película Musical o Comedia.

Es un relato simpático, elegante, donde se hace un retrato de personalidad del protagonista en el ocaso de la vida, se ha tirado desde los 15 años robando, y el foco se pone sobre el en su ancianidad, loando la libertad personal, paradójico en un tipo que estuvo decenas de veces en prisión, pero para él esto no era más que una etapa más de que disfrutar intentando escapar, que saborea la vida, pero todo esto me queda artificioso, revestido de un buenismo impostado, donde todos los personajes son buenos, los ladrones, el poli, los dependientes a los que roba, la mujer con la que Forrest mantiene una relación, todo embestido de un romanticismo nostálgico acartonado, propio de films manipuladores, es un universo manufacturado para emocionarte maniqueamente. Donde lo mejor es Redford haciendo guiños a su carrera, a “La jauría humana”, (1966), a “Dos hombres y un destino” (1969), o “El golpe” (1973). También son apreciables las escenas de él con Sissy Spacek.

Por lo demás resulta una cinta frugal en hondura dramática, aspira a mucho más de lo que consigue, donde hay una sub trama sobre un policía, John Hunt, que sigue a Forrest, y que se rebela como una especie de paralelismo de la que se dio en “Heat” (1995), Neil McCauley/Robert DeNiro Vs. Vincent Hanna/Al Pacino, pero aquí se queda en algo regularmente (siendo benévolo) cosido a la trama. Hay un uso mediocre de las elipsis por parte de Lowery, saltos temporales que descolocan.

Lowery intenta hacer un film atemporal, de tono clásico, para ello recurre a recursos de fotografía (de Joe Anderson) de sabor añejo en su granulado, y con una música (de Daniel Hurt) vintage, pero esto no la hace mejor, pues lo importante en una película es el guión, y este resulta demasiado simple.

Robert Redford un actor de leyenda en su última actuación se regala para su canto de cisne un rol de anti-héroe de lo que los estadounidenses llaman “Bigger than life”, su carisma desborda la pantalla, en contraposición a sus papeles de galán aquí se explaya mostrando en primeros planos sus arrugas, expresan el tiempo vivido, sigue teniendo esa sonrisa que enamora, con sus ojos azules con ojeras, un encanto de tipo capaz de tener una palabra amable para la gente a la que atraca, donde el director le trata con tanto cariño que siempre deja fuera de plano su arma cuando roba, para mantener ese halo de cuasi-Robin Hood caballeresco. Lástima que este One Man Show sea tan liviano; Resto del reparto quedan desdibujados, como ese agente de policía John Hunt encarnado por Casey Afleck, otro rol amable que empatiza con el atracador, en una subtrama esbozada solamente que parce tendrá algún sentido, pero conforme avanza el metraje parece un parche, una idea metida con calzador; Está Sissy Spacek como Jewell, mantiene ententes con Redford deliciosos, charlas que rezuman chispa, de lo mejor del film, y la veterana actriz derrocha alma; Están Danny Glover y Tom Waits, en unos papeles de cuasi-cameos, seguramente parte de su importancia se perdería en la edición, pues sus apariciones resultan minúsculas, apuntes a pie de página en su relación con Redford, lo que podría haber sido una sub capa sobre la amistad otoñal se queda en algo parco.

Momento recordable por sus significado es el final, cuando tras llamar Forrest al agente John Hunt desde una cabina, cuelga y se dirige con su cartera hacia un banco, para volver a sentirse vivo atracándolo, desaprece de espaldas en clara alegoría de como se aleja del cine para siempre (o quizás sea como los toreos y vuelva):

"Cuando aquel día de la primavera de 1999 los agentes de policía detuvieron al hombre que acababa de atracar un banco a mano armada, se quedaron boquiabiertos al darse cuenta de que se trataba de un anciano de 78 años. Y su sorpresa solo creció al descubrir que el abuelo no era otro que Forrest Tucker, que llevaba seis décadas atracando y que, al menos según lo que se decía de él, siempre lo hizo con una sonrisa en la cara; era un ladrón tan amable y caballeroso, se decía, que los empleados de las sucursales que asaltaba prácticamente le servían el botín en bandeja. En una ocasión, al condenarlo, un juez afirmó: «Hay que reconocer que el tipo tiene estilo».
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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