Supongo que si eres un niño de diez años y te dicen: "¿Qué prefieres, un perrito o un robot gigante que hace lo que le mandes?" una gran parte no se lo pensaría dos veces. Porque un perrito lo tiene cualquiera, pero ni te cuento lo que pueden alucinar los compañeros del colegio cuando les presentes a tu nuevo amiguito Godzilla de Hierro. Claro que el Godzilla de "El gigante de hierro" tiene, cómo no, un corazoncito Teletubbie debajo de toda esa lata y es que estamos ante una película que podría colarse sin desentonar en cualquier catálogo de Disney.

La historia es universal y podría haberse desarrollado en cualquier marco con otro tipo de criatura, pero la ambientación y canciones de los años 50 le dan un toque de ciencia ficción pulp de lo más encantador. Así pues, estamos un "Más allá del límite" corregido, aumentado y formulado para disfrute de los críos.

Llena de gags visuales, diálogos vivos y divertidos y personajes creíbles aunque no demasiado carismáticos, "El gigante de hierro" es un perfecto film para el público al que está dirigido (niños entre 7-12 años) pero también es una emotiva joyita a degustar por cualquier adulto que aprecie el tipo de cine que desarrollan Pixar o Dreamworks en la actualidad.

El apoteósico final, pone la guinda (y el nudo en la garganta) a este precioso entretenimiento.