Alex de la Iglesia resuelve un trabajo de encargo con solvencia pero sin pasarse. Lástima, porque la introducción de la historia es impresionante.
Un matrimonio joven con un bebé se instala en la casa de sus sueños. Como es de esperar empiezan los fenómenos extraños que van derivando hacia un final que se adivina sin esfuerzo. La cinta es de lo más correcta y sólo queda lastrada por el trabajo de los protagonistas principales: Leonor Watling, mediocre, como es habitual en ella (esa manía de hablar entre dientes le resta muchos puntos) y Javier Gutiérrez oscila entre lo creíble y lo cutre con prodigiosa facilidad.
La trama que se nos cuenta traerá gratos recuerdos al espectador de uno de los mejores episodios de "Alfred Hitchcock presenta", el llamado "El caso del señor Pelham". En esencia, "La habitación del niño" nos cuenta lo mismo.
La película garantiza una entretenida y a veces escalofriante tarde de domingo.