Cuando empecé a ver la película, pensé: "ya estamos otra vez con la típica comedia americana. Aunque, bueno, para pasar un rato, no está mal ver algo entretenido". Pero, a medida que iba avanzando, empecé a ver que NADA es lo que parece.

Tiene la estructura, más o menos, de la primera película que hizo esta directora "Tú a Londres y yo a California" (remake del clásico "Tú a boston y yo a California"). Es más, la historia se da, más o menos, en los mismos escenarios (solo que, esta vez, es desde el punto de vista adulto enfoncándolo, poco a poco, a una película familiar y entretenida).

Pero, a partir de la misma, va creando diferentes universos llenos de humanidad, romanticismo puro y muy creíble y, sobre todo, esperanza para todos los protagonistas. Es cierto que el contexto navideño en el que se desenvuelve impulsa estos aspectos. Aunque, la gran sorpresa es que, a su vez, se hace un homenaje al cine clásico.

Y la película, al final, se convierte en un intento, dentro del cine comercial, para impulsar la idea de hacer un homenaje a esas comedias de Hollywood en donde el sexo no importaba, la elegancia brillaba en todo su esplendor, el romanticismo puro y verdadero era lo que predominaba por encima de tantos valores materiales (esto se manifiesta a través de la visión de las bandas sonoras de cine que interpreta Jack Black, en las escenas en las que él sale).

Todos los actores bordan sus papeles y los llevan a la naturalidad más absoluta. La historia es un mágico homenaje, además de tener un enfoque refrescante y elegante. En fin, ¿qué más puedo decir? . ¡¡RECOMENDADÍSIMO PELICULÓN de 5 estrellas!!.