Pero me encanta Richard Castle.

La serie no propone absolutamente nada novedoso, ni nada que no hayamos visto miles de veces. Por lo general me aburren las series de policías que para colmo son autoconclusivas en cada episodio. Y la cuestión es que tenemos muchas de ellas en la pequeña pantalla. Por suerte hay mucho donde elegir.

Paré en Castle por casualidad, vi un capítulo y, lo reconozco, Fillion me hizo reír. Y así durante la gran parte de la serie. A pesar de su esquema trillado, la serie divierte y es lo que uno busca. La química entre todos los actores funciona a la perfección, y si pudiese echar algo en falta sería que el arco principal avanzase con más velocidad.

En la Temporada 6 para mí ha perdido algo de frescor y reconozco que la fatiga empieza a notarse, pero todavía espero con ganas la T7.

Muy recomendable para desconectar con una serie policíaca que se sale de la norma gracias a su humor.