Brillante e inteligente producto ideado por la antigua mente pensante de Disney, Jeffrey Katzenberg, responsable de su resurgimiento en los 90 con éxitos como 'La Bella y la Bestia', 'Aladdin' y, por encima de todos, 'El Rey León', cumbre del cine de animación.

Asociado con Spielberg para levantar la división de animación de la nueva DreamWorks, atacó a su antigua (y hegemónica) casa donde más podía dolerle y sin compasión: los cuentos, las canciones, las moralejas obvias y el concepto de familia. Y lo hizo, además, con el novedoso estilo gráfico que más quería el público en ese momento, la animación por ordenador. El objetivo no era otro que arrasar de un plumazo con el imaginario que tan bien había conseguido Disney que arraigara en el público y acabar con su marca. Era una operación empresarial ultraagresiva y compleja... pero le salió perfecta.

'Shrek', a pesar de ser parida con toda esa mala leche empresarial, goza de un tremendo y moderno sentido del humor, de un magnífico sentido de la aventura cinematográfica y de un diseño de personajes ejemplar. En ese sentido, el trabajo de Eddie Murphy creando al asno es pura orfebrería artística.

Hay que añadir que, además, el film goza de un apartado visual con estilo propio y realmente bonito. El guión, responsable a la postre de soportar todo este mastodóntico engranaje de intereses, es magnífico y nos llega a convencer de que nos han contado algo completamente nuevo "no como lo de Disney", cuando ha hecho exactamente lo mismo.

A sus pies por tal rocambolesca y maquiavélica hazaña. El negocio del cine en Hollywood es salvaje.