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Voto de DaniBernalR:
8
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7,4
38.004
Comedia. Drama
En Roma, durante el verano, nobles decadentes, arribistas, políticos, criminales de altos vuelos, periodistas, actores, prelados, artistas e intelectuales tejen una trama de relaciones inconsistentes que se desarrollan en fastuosos palacios y villas. El centro de todas las reuniones es Jep Gambardella (Toni Servillo), un escritor de 65 años que escribió un solo libro y practica el periodismo. Dominado por la indolencia y el hastío, ... [+]
12 de abril de 2014
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gran belleza. Quizás el gran problema que plantea es el sobre qué trata. Ves el desfile de personalidades pasar mientras los minutos siguen y siguen terminando, y no atinas a encontrar el conflicto que desarrolle la trama. Trabajas intelectualmente cada escena con la intención de dotarlas de sentido, hasta que comienzas a hilar frases
.
- ¿Quién soy yo? Así empezaba una novela de Bretón.
- Y naturalmente en la novela no hay respuesta.
¿Esta conversación está escogida al azar? ¿Alguna de las escenas carece de significado? Por suerte Paolo Sorrentino no nos cuela ningún tipo de información intrascendente. Su inteligente película nos lleva de paseo por los lugares de Roma más reservados, extraordinarios, hermosos, fastuosos, y un sinfín de adjetivos que quizás todavía no hayan sido inventados, desde el punto de vista de Jep Gambardella (Toni Servillo), un escritor y periodista cuyo intelecto libre de prejuicios consigue que obtenga una visión muy objetiva de la fauna que rodea la ciudad, quizás todo ello en un acto de vanidad por su parte. Este sería el marco en que se encuadra la película, todo desde un punto de vista aristocrático, pero seguiría sin responder a la pregunta, que no es otro que averiguar el conflicto sobre el que rueda la película.
Y como ya viene siendo norma general en este tipo de obras tan complejas, suele dársete demasiado aprisa en sus minutos finales. Quizás sea una crítica social, aristocrática, religiosa o política, contada de manera desordenada a través de todos los personajes que va conociendo o conoce nuestro mundano protagonista. Quizás solo sea una radiografía de los estratos sociales que imperan en la majestuosa Roma. O tal vez, una cadena de estampas que nos enseñan la capital italiana desde un punto de vista más profundo. Pero sin duda, la única pregunta que se repite en la película en más de una ocasión es la misma. ¿Por qué no escribes un segundo libro? Jep Gambardella persigue un ideal como inspiración para su siguiente obra, que revela a la Santa, no siendo otro que el título que da nombre a esta película, la gran belleza.
- Buscaba la gran belleza, pero, no la he encontrado.
- Sabe por qué solo como raíces. Porque las raíces son importantes.
.
- ¿Quién soy yo? Así empezaba una novela de Bretón.
- Y naturalmente en la novela no hay respuesta.
¿Esta conversación está escogida al azar? ¿Alguna de las escenas carece de significado? Por suerte Paolo Sorrentino no nos cuela ningún tipo de información intrascendente. Su inteligente película nos lleva de paseo por los lugares de Roma más reservados, extraordinarios, hermosos, fastuosos, y un sinfín de adjetivos que quizás todavía no hayan sido inventados, desde el punto de vista de Jep Gambardella (Toni Servillo), un escritor y periodista cuyo intelecto libre de prejuicios consigue que obtenga una visión muy objetiva de la fauna que rodea la ciudad, quizás todo ello en un acto de vanidad por su parte. Este sería el marco en que se encuadra la película, todo desde un punto de vista aristocrático, pero seguiría sin responder a la pregunta, que no es otro que averiguar el conflicto sobre el que rueda la película.
Y como ya viene siendo norma general en este tipo de obras tan complejas, suele dársete demasiado aprisa en sus minutos finales. Quizás sea una crítica social, aristocrática, religiosa o política, contada de manera desordenada a través de todos los personajes que va conociendo o conoce nuestro mundano protagonista. Quizás solo sea una radiografía de los estratos sociales que imperan en la majestuosa Roma. O tal vez, una cadena de estampas que nos enseñan la capital italiana desde un punto de vista más profundo. Pero sin duda, la única pregunta que se repite en la película en más de una ocasión es la misma. ¿Por qué no escribes un segundo libro? Jep Gambardella persigue un ideal como inspiración para su siguiente obra, que revela a la Santa, no siendo otro que el título que da nombre a esta película, la gran belleza.
- Buscaba la gran belleza, pero, no la he encontrado.
- Sabe por qué solo como raíces. Porque las raíces son importantes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El periodista sigue su vida conforme a sus ideales y principios, arraigado a la ciudad, a la que hace tiempo que no abandona. En el último momento, atormentado por añorados recuerdos, decide volver al lugar donde experimentó el amor por primera vez, en busca de esa inspiración lejos de Roma y sus convicciones. Es allí, mediante su discurso, donde nos desvela el sentido del film. El sacrificio, la espontaneidad, la vanidad, el fracaso, el engaño, la lujuria, la demencia, la vida, la muerte, la vejez, la juventud, la mediocridad, la explotación, el amor, el tiempo, lo cotidiano… todo ello rebosa belleza, aunque muchas veces dependa del ojo de quien observe o el oído del que lo escuche, pues como dice, todo se oculta mediante palabrería. El conseguir encontrar la belleza en todo ello, en cada uno de esos calificativos, debería ser considerado como La gran belleza. Sin embargo a Jep solo le importa esa parcela que afecta a su vida y le circunscribe, haciendo un breve inciso en que fuera, hay más. El truco del que habla es simplemente ese, empieza su novela, pero hablará solo de la belleza que le es perceptible, la del lugar donde ha echado raíces, y la titulará La gran belleza, y naturalmente en su novela, no habrá respuesta.
Esto es en resumen lo que nos ofrece la flamante ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa 2013, sin perder un ápice de atractivo visual durante las dos horas y veinte minutos que dura la película, en un pulcro ejercicio de dirección que nos regala grandes escenas con ingeniosos movimientos de cámara que terminan en perfectos encuadres de planos, como sucede en la apertura del film. Todo ello, en pro de aportar, a la gran belleza visual. 7/8.
Esto es en resumen lo que nos ofrece la flamante ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa 2013, sin perder un ápice de atractivo visual durante las dos horas y veinte minutos que dura la película, en un pulcro ejercicio de dirección que nos regala grandes escenas con ingeniosos movimientos de cámara que terminan en perfectos encuadres de planos, como sucede en la apertura del film. Todo ello, en pro de aportar, a la gran belleza visual. 7/8.