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España España · Barcelona
Voto de picais:
9
Romance. Drama. Aventuras Finales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un hombre herido viaja en un convoy sanitario por una carretera italiana, pero su estado es tan grave que tiene que quedarse en un monasterio deshabitado y semiderruido, donde se encarga de cuidarlo Hana, una enfermera canadiense. Aunque su cuerpo está totalmente quemado a consecuencia de un accidente sufrido en África, tiene todavía ánimo para contarle a Hana la trágica historia de su vida. (FILMAFFINITY) [+]
9 de febrero de 2009
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las primeras dos horas de la extraordinaria película que nos regala Minghella son de lo mejor que nos puede dar el cine, la última media hora es pletórica, de un romanticismo exquisito y contenido. La imagen de un atormentado Ralph Feinnes llevando en brazos a Kristin Scott Thomas a través del desierto ha quedado en la memoria colectiva de los cinéfilos como un momento cumbre del romanticismo cinematográfico.
La narración de la historia es un autentico prodigio, combina los flashbach con el tiempo real con autentica sabiduría, consiguiendo en todo momento que el interés se valla acrecentando hasta llegar a ese final sublime, en donde hasta lo mas atroz adquiere sentido y coherencia. Todo ello aumentado con la magnifica fotografía y la maravillosa banda sonora, ambas ganadoras del Oscar, y el trabajo de los actores, también nominados y en el caso de Binoche justamente premiada.
Minghella nos cuenta con maestría como no hay sentimiento más poderoso que el amor, en este caso un amor que está por encimo de todo y de todos, con una entrega total y absoluta, sin reservas, pero no es un amor lacrimógeno, sentimentaloide, de lágrima fácil. La pasión al límite hace saltarse las reglas y los convencionalismos, y ello conlleva ir acompañado continuamente de sufrimiento y reproche, la dicha y la desdicha son mas que nunca las dos caras de esa preciada moneda. Las imágenes son portadoras de una belleza inusitada, con muchos momentos estelares, la emoción esta presente desde el principio y alcanza en su final cotas insuperables, te atrapa desde las primeras escenas y cuando finaliza piensas como pueden hacerse tan cortas dos horas y media de metraje y lamentas profundamente que finalice.
Minghella ganó un Oscar por este trabajo e igualmente le concedieron el de mejor película, pocas veces se habrán otorgado con tanto merecimiento. Pero lo más importante es que consiguió cautivar a millones de personas y hacer al cine aún más grande. La pareja Feines-Thomas irradia química a raudales, tan elegante y bellísima ella, tan atractivo y entregado el. Y todo lo llena de forma omnipresente la figura del paciente que protagoniza junto a la enfermera uno de los mejores finales de la historia del cine.
picais
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