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Voto de lacriticamijeña:
7
5,1
37.950
Terror. Fantástico. Acción. Aventuras
Siglo XIX. En los Cárpatos está la misteriosa y mítica región de Transilvania, donde habita el Mal que se hace presente cuando el sol se pone, y donde toman forma los monstruos que protagonizan las pesadillas de los hombres. Enviado por el Vaticano, Van Helsing inicia allí su lucha contra el conde Drácula y las criaturas bajo su control. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2008
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del extraordinario éxito de “La Momia” y su correspondiente secuela, “El regreso de la Momia”, el imaginativo guionista y director Stephen Sommers había echado sus redes en busca de un cambio de ritmo. Deseaba dar con una idea tan intrigante como las de sus éxitos mundiales y que estuviera a su altura, aunque un tanto diferente. Al cabo, no pudo menos que aceptar un concepto que seguiría explotando su enorme habilidad para presentar personajes intrigantes en medio de excitantes relatos de acción, reflejándolos en un lienzo épico con una sensibilidad decididamente actual. Éste es el punto de partida de Van Helsing, un relato rico en personajes famosos que prepara el regreso de un revitalizado género de aventuras de acción.
En primer lugar, me gustaría decir que es un grave error comparar esta película con sus antecesoras, pues son absolutamente diferentes, desentendiéndose la una de la otra por completo. Esta tendencia impide disfrutar de una película que, si bien no llegará a convertirse en una obra de culto, tampoco puede ser catalogada como simple película de pasar el rato.
Pese a la originalidad del guión en lo que respecta al trío de criaturas góticas unidas por fin en una sola película y la transformación de Van Helsing de un viejo amargado obsesionado con dar caza al vampiro más famoso de todos los tiempos en un cazador de criaturas fantásticas con un oscuro pasado, recordándonos a los súper-héroes más modernos; el excesivo uso de efectos especiales durante gran parte de la película y el barroquismo de determinadas escenas, provoca una saturación en la mente del espectador, impidiéndole disfrutar todo lo que debería de esta creativa historia. Además, el hecho de emplear mucho de algo no significa que esto sea mejor (cantidad no es lo mismo que calidad). El hombre-lobo, Drácula transformado en una bestia alada o sus novias convertidas en grandes aves rapaces… hechos completamente en el ordenador, inspiran menos terror que sus predecesores, que no eran más que simples hombres y mujeres con muchas horas de maquillajes y vestuario tras de sí. Quizás estos dos sean los dos puntos negativos más significativos, pero no por ello los únicos.
(la critica continua en el spoiler por falta de espacio)
En primer lugar, me gustaría decir que es un grave error comparar esta película con sus antecesoras, pues son absolutamente diferentes, desentendiéndose la una de la otra por completo. Esta tendencia impide disfrutar de una película que, si bien no llegará a convertirse en una obra de culto, tampoco puede ser catalogada como simple película de pasar el rato.
Pese a la originalidad del guión en lo que respecta al trío de criaturas góticas unidas por fin en una sola película y la transformación de Van Helsing de un viejo amargado obsesionado con dar caza al vampiro más famoso de todos los tiempos en un cazador de criaturas fantásticas con un oscuro pasado, recordándonos a los súper-héroes más modernos; el excesivo uso de efectos especiales durante gran parte de la película y el barroquismo de determinadas escenas, provoca una saturación en la mente del espectador, impidiéndole disfrutar todo lo que debería de esta creativa historia. Además, el hecho de emplear mucho de algo no significa que esto sea mejor (cantidad no es lo mismo que calidad). El hombre-lobo, Drácula transformado en una bestia alada o sus novias convertidas en grandes aves rapaces… hechos completamente en el ordenador, inspiran menos terror que sus predecesores, que no eran más que simples hombres y mujeres con muchas horas de maquillajes y vestuario tras de sí. Quizás estos dos sean los dos puntos negativos más significativos, pero no por ello los únicos.
(la critica continua en el spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Richard Roxburg interpreta al Conde Dracúla y, tal y como le paso a Eddie Murphy en el remake del vampiro negro, Roxburg no cumple las expectativas, ni siquiera las roza. No inspira terror , no seduce a la cámara y mucho menos a las mujeres que se encuentran tras ella (puede que en la película tuviera tres novias, pero en la realidad no se comería ni una rosca), incluso podríamos decir que en determinadas escenas, podemos apreciar una leve pluma que nos hace plantearnos sus gustos carnales… Lo mismo podríamos decir de Kate Beckinsale, que no sirve para vampiro ni como cazadora de los mismos. Un hecho sorprendente de esta mujer es su asombrosa facilidad para moverse por cualquier lugar y pelear al más puro estilo Jent Li (es decir, acrobacias imposibles que nos recuerdan a los dibujos de anime, sin sufrir rasguño alguno pese a todos los golpes recibidos) siempre embutida en un ajustado corsé, unos pantalones de cuero y unas botas de tacón alto. En mi opinión, debería replantearse lo de seguir en el mundo de la interpretación muy en serio, pues a este paso, su carrera será recordada con más pena que gloria.
Pero no todo son críticas negativas, pues para salvar a la película del desastre tenemos a Hugh Jackman, infravalorado por la industria cinematográfica hasta su aparición como Lobezno en la trilogía de X-Men (debemos recordar la gran polémica que tuvo esta decisión entre los fans de este grupo de súper-héroes, aunque más tarde tuvieran que reconocer su error y aplaudir una más que aceptable interpretación que se ha visto recompensada con la preparación de una película solo de este personaje). Al igual que el papel de Indiana Jones fue escrito para Harrison Ford, el de Van Helsing se creo para Hugh Jackman. El actor se encuentra cómodo en el papel de un hombre que vive maldecido con un pasado que no puede recordar y espoleado por una misión a la que es incapaz de negarse. Un simple movimiento de ojos o una media sonrisa son suficientes, no le hacen falta palabras para conseguir que el espectador se sienta plenamente identificado con este atormentado personaje con una estética que nos recuerda a los años dorados del western. Aparte de Hugh Jackman, tenemos a David Wenham como Carl (cambiando radicalmente de registro y de personaje), aportando una vena cómica que nos recuerdan a los clásicos de los años 40; y Shuler Hensley, como el monstruo de Frankenstein (cuando veáis su actuación recordar el comentario del maquillaje y los efectos especiales y entenderéis por qué lo puse). Sin olvidar el sabor español aportado por Elena Anaya como una de las novias de Drácula, sin duda alguna la más maquiavélica y hermosa de las tres.
En conclusión: Un guión poco perfilado, el exceso de efectos especiales, la espantosa interpretación de algunos de los actores… Acaban por arruinar un producto que podría haber sido catalogada como obra de culto entre los amantes de las criaturas de pesadillas, tal y como hicieron sus dos predecesoras.
Pero no todo son críticas negativas, pues para salvar a la película del desastre tenemos a Hugh Jackman, infravalorado por la industria cinematográfica hasta su aparición como Lobezno en la trilogía de X-Men (debemos recordar la gran polémica que tuvo esta decisión entre los fans de este grupo de súper-héroes, aunque más tarde tuvieran que reconocer su error y aplaudir una más que aceptable interpretación que se ha visto recompensada con la preparación de una película solo de este personaje). Al igual que el papel de Indiana Jones fue escrito para Harrison Ford, el de Van Helsing se creo para Hugh Jackman. El actor se encuentra cómodo en el papel de un hombre que vive maldecido con un pasado que no puede recordar y espoleado por una misión a la que es incapaz de negarse. Un simple movimiento de ojos o una media sonrisa son suficientes, no le hacen falta palabras para conseguir que el espectador se sienta plenamente identificado con este atormentado personaje con una estética que nos recuerda a los años dorados del western. Aparte de Hugh Jackman, tenemos a David Wenham como Carl (cambiando radicalmente de registro y de personaje), aportando una vena cómica que nos recuerdan a los clásicos de los años 40; y Shuler Hensley, como el monstruo de Frankenstein (cuando veáis su actuación recordar el comentario del maquillaje y los efectos especiales y entenderéis por qué lo puse). Sin olvidar el sabor español aportado por Elena Anaya como una de las novias de Drácula, sin duda alguna la más maquiavélica y hermosa de las tres.
En conclusión: Un guión poco perfilado, el exceso de efectos especiales, la espantosa interpretación de algunos de los actores… Acaban por arruinar un producto que podría haber sido catalogada como obra de culto entre los amantes de las criaturas de pesadillas, tal y como hicieron sus dos predecesoras.