A cualquiera que haya visto la obra maestra del 50 de Kurosawa, Rashomon, le llama la atención "El último duelo". Historia en tres actos, cuentan una historia y varios puntos de vista, matices que cambian la historia. Que crean un mundo de justos y mentirosos, de héroes o heroínas y sanguijuelas.

Impresionante película e impresionante lo del señor Scott, menuda manera de dirigir una película tan sangrienta, tan violenta y tan cruda sobre la Edad Media. Si los relatos de películas medievales como "Ivanhoe", "El Cid" o "Los vikingos" van por un lado épico, legendario y de cuento, Scott va por el lado contrario. Se va a la Edad Media de manera literal, se aleja del hermoso y encantador Technicolor a una película gris y fría, la misma fotografía te congela. Los duelos eran heróicos, con bellas damas expectantes, sonrientes y muy arregladas, aquí viene la angustia, el dolor, la sangre, el acero, caballos ensartados y las lágrimas por el rostro de Jodie Comer.

En el fondo es cine judicial, contando de una manera lúgubre la angustia en la que vivía la mujer en la Edad Media, se agradece esa visión femenina que han querido los guionistas (Damon y Affleck) añadiendo a la guionista Nicole Holofcener. Aunque en la vida siempre hay "aunques", y es que Ridley Scott al inicio de uno de los 3 relatos indica de manera chula, porque lo hace muy chulo, que es el relato de la verdad. No era necesario, ya tan solo con toda la escala de planos, puesta en escena e incluso detalles del relato te dice sin palabras que es el cierto. Además quita el juego al espectador que quiera creer lo que quiera, aunque yo me quedaba con el relato de la verdad en el caso de que no se hubiera indicado, también os digo.

En resumen, gran película judicial con una estructura narrativa hija de Kurosawa, gris, apagada y muy sanguinolenta. Jodie Comer está espectacular, Damon y Driver están demasiado bien, y el que sobresale para mí es Affleck. El mejor papel de su carrera, fuera de sí, gañán, macarra y con un carisma muy poco habitual en sus personajes.