Puntos fuertes:

- La historia. Intensa y emotiva a partes iguales (escenas como el reencuentro de Moisés con sus hermanos o el incidente que provoca la huida de Moisés son sobrecogedoras).

- La ambigüedad. Esto no es la típica película de dibujos donde los buenos son muy buenos y los malos son muy malos. Más allá de las consideraciones religiosas de cada uno, en esta película tenemos a un protagonista (Moisés) y un antagonista (Ramsés) que realmente se quieren y por las circunstancias se ven obligados a enfrentarse. Aunque está claro quién es el bueno y quién es el malo, uno no deja de empatizar con el teórico villano en muchos momentos, especialmente gracias a una figura que, sin hacer ruido, tiene muchísima importancia…

- Estoy hablando del hijo de Ramsés, un acierto total. Apenas tiene dos o tres escenas, pero es fundamental para conseguir la mencionada empatía que uno acaba sintiendo por momentos con el bando de los egipcios. Este personaje y su final son los que hacen al espectador dudar de la bondad de unos y la maldad de otros.

- La banda sonora. Hans Zimmer es un genio y aquí lo demuestra con creces. “Libéranos” (Deliver us), la canción introductoria, es espectacular e hila perfectamente con la bonita melodía con la que la madre de Moisés se despide de su hijo. “Todo lo que quiero” (All I ever wanted) es preciosa y está cargada de sentimiento, en este caso el de Moisés por su hogar. (Por cierto, esta canción deriva en una escena, la pesadilla de los jeroglíficos, realmente terrorífica, de las que de pequeño no podía ver sin abrazar con fuerza a mi almohada.) “La mirada celestial” (Heaven’s eyes) te hará querer tararearla y bailarla. “Con los grandes juegas ya” (Playing with the big boys) es genial y muy siniestra, además de ampliar un poco nuestros conocimientos sobre dioses egipcios. “Las plagas” (The plagues) es épica a más no poder. Y qué decir de “Si tienes fe” (When you believe), un colofón magistral tanto a la BSO como a la película.

- Los escenarios están perfectamente creados, y precisamente algunos de los momentos en los que mejor se ven son durante las canciones (la construcción de las pirámides y posteriormente el río en “Deliver us”, el palacio de Moisés en “All I ever wanted” o el apocalipsis desatado sobre estos mismos escenarios en “The plagues”). Sin embargo, para mí la mejor escena en este apartado es la carrera de carros entre Moisés y Ramsés.

Puntos débiles:

- Los personajes. Aunque Moisés y Ramsés son personajes de tremenda profundidad y complejidad, no acabas de congeniar con ninguno de ellos, ni tampoco con ninguno de los secundarios que los rodean, o al menos ese es mi caso. Quizá se deba a que sus actitudes casi se asemejan más a las de personas reales que a las de personajes de ficción. La forma en que están dibujados tampoco me gusta mucho, aunque encaja con el estilo egipcio de la película.

- La historia pierde algo de intensidad desde que Moisés deja Egipto hasta que vuelve.

Conclusión: Un 9. A nivel técnico es simple y llanamente una obra maestra (aunque no acaben de convencerme los dibujos de los personajes, esto no desmerece en absoluto un conjunto bestial), la historia es fantástica y te atrapa (casi) en todo momento y, para rematar, te hace pensar y plantearte muchas cosas. Desde mi punto de vista solo le falta tener unos personajes más carismáticos para acabar de ser una obra redonda.