Breve, sencilla, simpática, desenfadada, gamberra, absurda, ridícula, pasajera, agradable, edulcorada y sorprendente producción de acción y suspense, en la que un grupo peculiar de delincuentes decide poner en marcha el robo con el que pasar a la historia.

Los responsables de la película tienen claro lo que quieren ofrecer y lo hacen como quieren. El arte de robar, sigue los esquemas habituales de este tipo de producciones y de alguna forma es un pequeño homenaje a otras producciones, como: La cuadrilla de los once, Snatch: cerdos y diamantes; Sospechosos habituales, El secreto de Thomas Crown, El golpe y Un trabajo en Italia, entre otras.

El sentido del humor y el tono gamberro, hace que se salve de la quema, logrando ofrecer un peculiar entretenimiento que deja buenas sensaciones.
El arte de robar, queda como una producción entretenida y simpática que llega a entretener para ser olvidada con facilidad.