Una joven china superdotada para memorizar y un ex agente de la elite, se unirán para hacer frente a los problemas que les vinculan con las mafias rusa y china que dominan a la policía de la ciudad.
Vehículo de acción rebuscado para el lucimiento exclusivo de su estrella principal Jason Statham, que vuelve a encarnar un personaje que sigue el perfil de tipo duro, que recuerda a trabajos anteriores del actor.
Se dedica a golpear a diestro y siniestro, con contundencia, pero el argumento de la historia resulta endeble y no consigue resultar atractivo, cayendo en una sucesión de secuencias de acción previsibles y monótonas.
La forma de conectar las dos historias de la niña y el exagente de elite, resulta forzada e inverosímil y a partir de unas bases débiles, desarrolla una trama de intereses alrededor de un código que la niña ha memorizado y que tiene en jaque a los bandos de la mafia y de la propia policía.
La relación entre los dos protagonistas no engancha, ni despierta la atención, ya que estos no consiguen transmitir química, personajes lineales y vacíos en una trama de mucho ruido y pocas nueces.
Ofrece innumerables secuencias de acción reiterativas, repleta de combates y tiroteos vacíos e irrelevantes, que resultan descafeinados y carentes de interés.
En un momento de la trama, llaman al personaje que interpreta Jason Statham basurero y si nadie lo remedia, en vista de la reciente filmografía del actor, éste se acabará encasillando en este tipo de papeles basura.