Este producto, por llamarlo de algún modo, sale del mismo horno en el que se han cocinado películas como: las recientes versiones de Blancanieves, Oz un mundo de fantasía y Abrahamn Lincoln: cazador de vampiros, de ahí el empleo de un cuento sencillo como Hanzel y Gretel con el añadido de cazadores de brujas.
Hace acopio del empleo de innumerables efectos especiales y presenta una amplia galería de seres fantásticos, que uno ya no sabe ni de que cuento salen.
Los efectos especiales no llegan a resultar lo suficientemente satisfactorios, se aprecia un descenso notable de su calidad en ciertos momentos y sobre todo decepciona mucho el trabajo de los maquilladores.
Tiene el aspecto de una producción de tercera categoría a pesar del dinero que habrán invertido en ella. Sorprende el aspecto físico de las brujas, que parecen ser los actores secundarios que participaron en la película Fantasmas de Marte, con un aparente vínculo sanguíneo con la joven muchacha de El exorcista.
Otro punto que también sorprende negativamente es la banda sonora, sin ser uno un experto en bandas sonoras, deja la sensación de ser un ritmo que has escuchado antes, al ritmo de la banda sonora de Sherlock Holmes, e investigando, descubres que los encargados de la banda sonora son la compañía que dirige Hans Zimmer, como si se trataran de las sobras que no funcionaron en Sherlock Holmes.
Ante la falta de originalidad de los recientes guionistas, lo más lamentable es comprobar como se echa a perder el talento de actores prometedores como Jeremy Renner, un desperdicio.
En su afán de conquistar a los espectadores menos exigentes, abusa de meter en la batidora elementos de otras producciones, que ya funcionaron, pero que aquí, desentonan y mucho, así pues, lo mejor de la película es su corta duración, nada más.
Un producto del absurdo, que desde su origen y gestación, lleva el aroma de la basura que es, que se une a las recientes producciones relacionadas con las figuras de cuentos, una hornada mala del cine reciente.