Una reputada psiquiatra trata a un paciente, que presenta claros indicios de personalidad múltiple, pronto descubrirá que alberga las personalidades de victimas fallecidas por asesinato.
Parte de una premisa prometedora y atractiva, que inicialmente maneja con astucia el suspense, apoyándose en ligeras dosis de terror.
Comete el error de no desarrollar más la trama psicológica, pasando de un Thriller psicológico a uno sobrenatural, en el que se pierde el encanto del misterio inicial, ofreciendo una respuesta fácil y simplona de lo que ocurre.
De todas formas, logra generar una satisfactoria sensación de interés, alrededor del misterio que esconden las diversas personalidades.
En algunos puntos logra jugar con el suspense de una forma eficaz, desarrollando una investigación absorbente, apoyándose en una ambientación oscura y tétrica, que eleva la tensión.
Cuenta en su reparto, con una venida a menos Julianne Moore y un Jonathan Rhys Meyers, que ofrece una interpretación poco satisfactoria.
Lo mejor de todo, el inicio prometedor, que suscita un interés que va creciendo a medida que se descubren nuevos hechos, pero que no cuenta con un desarrollo consistente, haciendo que se pierda en el mundo oscuro de la brujería y lo sobrenatural.
Deja la sensación de que se podría haber hecho algo mejor.