Toca el mundo del contrabando, desde el punto de vista de un tipo que en su día lo dejó y que ahora deberá volver al mundillo que abandonó, para salvar su vida y la de sus seres queridos.
La historia cuenta con unas interpretaciones llenas de fuerza y testosterona, tipos duros, haciendo de tipos duros, pero en una trama que por momentos resulta blanda y poco consistente.
A pesar de contar con alguna que otra sorpresa, resulta lineal, poco creíble y en algunos momentos llega a aproximarse al letargo, evitándolo con alguna amenaza de rigor por parte del matón de turno.
Algunas secuencias son demasiado oscuras innecesariamente, del mismo modo que las secuencias de acción y el desarrollo de diversas situaciones resultan inverosímiles.
Cae en lo previsible, decayendo el pulso narrativo, resultando un metraje excesivo para lo que se está contando.
Como historia de acción, en el fondo no resulta tan satisfactoria como cabía esperar y acaba yendo a pique, quedando bajo las aguas de la trivialidad.