Tras el suicidio de su mujer, un prestigioso psicólogo se ira a vivir con su hija a las afueras de la ciudad para superar el trance, pero pronto comenzaran a sucederse extrañas situaciones.
Endeble trama argumental que mezcla terror y psicología, sin llegar a resultar convincente en ninguno de los dos apartados, resultando pobre e ineficaz.
Emplea y genera situaciones que resultan forzadas y que carecen del efecto que pretenden, convirtiendo el desarrollo de la trama en una sucesión de situaciones que pretenden ser inquietantes, sin conseguir producir ese efecto.
Deja la sensación de echar a perder la calidad interpretativa de gran parte del reparto, donde Elizabeth Sue y Famke Jansen son meros adornos que acompañan a un pobre Robert De Niro, que queda eclipsado por la emergente Dacota Fanning, que es la única que consigue alterar la monotonía del relato.
El desarrollo de los personajes es pobre, las situaciones que se generan en torno a ellos, son poco creíbles y todo se desarrolla sin pena ni gloria.
La película pretende repetir el éxito del Sexto sentido, con un intérprete de renombre, en este caso De Niro y una joven muchacha, que emplea el giro argumental gratuito, echando a perder la de por si, poco sólida trama argumental, ofreciendo un resultado pobre e inverosímil, en el que las piezas no encajan.