Esta mini serie basada en un futuro distópico en el que nadie o casi nadie podrá permitirse comprar un piso y se verán obligados a vivir en la calle, en recovecos, o en los parkings abandonados por los coches que ya no existen. Los perros se auto pasean con drones, si te paras más de 4 minutos en la calle te cobran por una consumición, la gente no tiene casi vida social, total, ¿para qué?, no sirve de nada, lo único que cuenta es que puedas consultar con tu banco, es decir esas máquinas clavadas en el suelo de la calle que te conectan con el saldo de tu cuenta y te dicen si eres o no apto para ser propietario, no os suena ya bastante?. Pues eso, que parece bastante cercano, sino inminente. El caso que se plantea es de una encrucijada moral/profesional de lo más interesante y la estética, guión y dirección me parecen de un sublime casi insultante.
Lo impío choca con los posos de humanidad que aún quedan en el corazón de algunos super vivientes, de una manera a ratos hilarante.
Sin duda es pequeña, pero enorme en su mensaje y proyección.