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Voto de lyncheano:
9
7,4
42.595
Thriller
Anna, Georg y su hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago. Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas quedan para jugar al golf al día siguiente. Mientras padre e hijo preparan el velero, Anna prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa de los vecinos, se presenta para pedir que le presten algunos huevos porque a Eva no le queda ninguno. De ... [+]
1 de julio de 2008
51 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás hayan escuchado alguna vez que las escenas más brutales que nos ha legado la gran pantalla son las de ''La Matanza de Texas'', algo con lo que estoy muy de acuerdo si a lo que nos referimos es a crudeza gráfica y tensión mortal, pero si lo que queremos es chocar contra la situación más desagradable, cruda, terrible, malvada y desalentadora que nos podamos imaginar, obligatoriamente tenemos que ver esta película de culto, película de autor, película experimental u obra maestra a secas. ''Funny Games'' es lo más horrible y realista que uno pueda sentarse a ver hoy en día. Cinta olvidada por el gran público, algo lógico, pues sus escenas de violencia gratuita y salvaje, aunque jamás se nos llegue a mostrar nada de sangre ni mucho menos ''gore explícito'', no son aptas para todo el mundo. De hecho, apostaría a que más de uno y de dos se vieron obligados a salir de la sala para ir a vomitar su tensión al baño. Y vuelvo a repetir que no aparece nada de casquería, es simplemente que la situación es tan real, tan grave, tan desesperanzadora y, sobre todo, tan posible, que la gente no puede aguantar tal despliegue de maldad humana para con nosotros mismos y prefiere cerrar los ojos y no quedarse a ver algo que probablemente hayan tenido que sufrir algunas personas en sus carnes, pues recordemos que el intrusismo del hogar es algo lamentablemente de moda, y a veces no sólo para robar, como es el caso que nos ocupa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Uno de los muchos aciertos de Haneke consiste en despojar al film de un posible final feliz, limitándose a crear una sorprendente complicidad con los espectadores, con quienes uno de los dos jóvenes criminales llega incluso a hablar y compartir opiniones.Se dedica además a jugar con la posibilidad de que al menos alguno de los miembros de la familia (una familia que estereotipa la cotidianeidad de la forma de vida de la clase media-alta austriaca, y por extensión de toda sociedad de bienestar, tan arraigada en el cine de Haneke; el ultraje de la realidad que todos conocemos, de la seguridad y comodidad burguesa, ajenas al peligro que en este caso viene (¿totalmente?) desde fuera) escape, como parece sugerir en la memorable y larguísima escena en la que los asesinos se marchan para darles una oportunidad (que de alguna inquietante manera casi parece como si no tuvieran el valor necesario de aprovechar) después de haber matado al crío. Pero poco después acaban con nuestras esperanzas y nos recuerdan que aquí no hay concesiones, ni héroes, ni nada que escape a lo que posiblemente ocurriera en una situación así en la vida real. En palabras del educado criminal protagonista de la cinta: ''hemos de darle a la gente un final creíble, ¿no?'', y por eso, cuando en un descuido la mujer mata a su bobo compañero de fechorías, el joven rebobina la cinta y evita ese poco probable suceso de película comercial americana. Es un elemento nada real que el director utiliza magistralmente para que todo sea más realista, una evidente pero a la vez exquisita paradoja cinematográfica que es toda una revelación de intenciones y de estilo. Las actuaciones, ''a pesar de'' esas brillantes e hipertensas tomas interminables, son de lo mejorcito que he visto en mucho tiempo. Totalmente creíble, y por eso brutalmente sobrecogedora. Los delincuentes van pasando de casa en casa, amparados en la soledad y tranquilidad del lugar, matando a los propietarios de cada una de ellas valiéndose del hecho de que cada futura víctima les hubiera visto en casa del anterior vecino, como para darle un toque de familiaridad y alejar la desconfianza hacia el extraño, y así entran pidiendo huevos de parte de ese vecino que el otro conoce tan bien, iniciando una vez más su macabro juego. Tan sencillo como terrible. El hábil director no intenta darnos una explicación de por qué lo hacen, simplemente lo convierte en algo más dentro del macabro juego que nos plantea, y nos sugiere que escojamos como motivo lo que mejor nos haga sentir o lo que prefiramos según nuestra propia percepción de la realidad social, pues al fin y al cabo eso no importa en este momento. Lo que importa en este momento, si no me equivoco, es que estás fuera de combate... y hay dos tipos en tu casa que van a hacer sufrir y luego van a asesinar a tu hijo. Y luego a tu esposa. Y después a ti, por supuesto.