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España España · Complutum
Voto de Pableras:
8
Drama Walt Kowalski (Clint Eastwood), un veterano de la guerra de Corea (1950-1953), es un obrero jubilado del sector del automóvil que ha enviudado recientemente. Su máxima pasión es cuidar de su más preciado tesoro: un coche Gran Torino de 1972. Es un hombre inflexible y cascarrabias, al que le cuesta trabajo asimilar los cambios que se producen a su alrededor, especialmente la llegada de multitud de inmigrantes asiáticos a su barrio. Sin ... [+]
9 de marzo de 2009
29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva película de Clint Eastwood funciona como despedida cuasi-crepuscular del director en su faceta de actor, encarnando a un veterano de Corea que es la máxima de su carrera: el eterno hombre duro y gruñón (impagables sus gestos faciales), un viejo cascarrabias que apunta maneras misóginas y racistas pero que alberga en su interior un corazón de oro.
Así pues, quien esté familiarizado con el director y guste de su carácter polivalente (actor-director) y tenga de buen grado su rol a lo Harry Callahan (por poner un ejemplo archiconocido, ya que también valdrían su sargento de hierro o su “bueno” de Leone), disfrutarán bastante esta película.

‘Gran Torino’ resume la quintaesencia del último Eastwood (dilemas de fe -con el ya clásico personaje del cura-, diálogos sobre la vida y la muerte, fantasmas del pasado y traumas nunca superados (ni enfrentados). Lo malo es que también viene a corroborar los principales (y más hirientes) defectos de su última etapa: personajes hipertróficos y exagerados que resultan meros peleles odiosos (esa familia, por Dios, como aquella de ‘Million Dollar Baby’) y una tendencia al subrayado (porque Eastwood se empeña en dejar bien claro una y otra vez lo buenos que son unos y lo malos que son otros). Esto último no le resta altura moral al relato, pero sí le hace prescindir de cierto gancho y algo de solidez. Los momentos épicos y líricos (el catártico final) siguen siendo marca de la casa (como aquella playa vacía en ‘Cartas desde Iwo Jima’), pero no chirrían, como siempre consigue el bueno de Clint.

Con todo, es un placer ver de nuevo (y por última vez…) al bueno de Clint, con sus frases y apodos desopilantes a todo gas. ‘Gran Torino’ se disfruta, resulta divertida y edificante, y sus giros dramáticos causan impacto (la cara ensangrentada). El buen pulso narrativo juega a favor de un film rubricado por un final que recuerda al de ‘Sin perdón’, pero sólo en la forma, porque el fondo es (desoladoramente) diferente.


(continúa en spoiler sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pableras
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