Sam Raimi perfeccionó su "Posesión infernal" rodando prácticamente la misma película. De hecho, realiza planos idénticos variando las situaciones (la cabaña, la novia poseída también llamada Linda, la grabación del magnetófono, el Libro de los Muertos, el ser que asoma a través de la trampilla del sótano, los árboles del bosque, etc). Sin embargo, "Terroríficamente muertos" cuenta con una fotografía más destacada pese a mantener su siniestra oscuridad y relata más detalladamente el origen del Necromicon (clave en su final anticipatorio de "El ejército de las tinieblas", para mí de lo mejor de la película).
Raimi parece olvidar por momentos elaborar un poco el guión. No obstante, podemos perdonárselo al hallar otra vez entretenimiento a raudales, más humor negro y sangriento y, como novedad, homenajes cinematográficos de escenas que recuerdan a "Alien", "Terminator" o a esa historia incluida en el "Doctor Terror" de la Hammer, con la mano de Ash cobrando vida por sí sola.
Quien no viera antes "Posesión infernal" pensará que Ash es un Rambo esotérico sin sentimientos por matar a su novia. Los que ya la visionaron, entenderán la frialdad del héroe después de lo que experimentó en la primera parte de la trilogía. Y es que este Ash, aun manco, es mucho Ash.
Nota: 7,6